La XXIX edición de la Copa del Rey va a dar mucho que hablar. Tras cambiar el formato de competición, los equipos de División de Honor Plata han hecho su aparición, y si no, que se lo digan al Cuatro Rayas Bm Valladolid. Tras una eliminatoria previa entre los conjuntos del segundo peldaño del balonmano español, era el turno de que ocho equipos Asobal tomasen partido en el torneo. Uno de ellos, el cuadro pucelano lo hizo, pero para decir adiós ya que el Teucro no parecía ser el teórico conjunto inferior.

Y es que la supuesta nota de favorito que caía sobre los pupilos de Nacho González no se tradujo al campo. Todo lo contrario, ya que el Teucro fue capaz de dominar a su rival durante la mayor parte del partido. Así, el encuentro comenzaba con un equipo visitante bien asentado en la cancha pero con un punto de mira bastante desviado. Esto llevó a que los locales, con un juego sencillo y eficaz, se pusieran por delante en el marcador (4-5).

Pero la calidad empezó a hacer mella. Nacho González espoleaba a los suyos desde el banquillo con bastantes esparatijismos viendo el rendimiento de su equipo. Esto supuso una eléctrica reacción por parte de los de amarillo que empezaban a imponer su ley y a conseguir distanciarse en el marcador (7-9).

Aquí apareció la portería gallega. Juan Bar empezaba a lucirse bajo palos y a llevar en volandas a su equipo hacía la remontada. Un cambio drástico en el marcador que hacía inoperante todos los esfuerzos de los vallisoletanos por evitar esta renta. Ver para creer. El equipo teóricamente inferior se estaba comiendo literalmente a su rival Asobal para irse al descanso con un ventaja mad que digna (12-10).

El Pabellón Municipal dos Deportes vibraba con la actuación de su equipo y la segunda parte no iba a ser menos. La emoción iba a asentarse de nuevo gracias a la leve reacción pucelana y enseguida se pudo apreciar esto en la igualdad en el marcador (15-15).

Esta igualdad no iba a desaparecer en ningún momento del encuentro y la alternancia en el marcador hacía del partido un duelo bonito de ver. Las idas y venidas eran un plato de buen gusto para el espectador, pero al final el Cuatro Rayas parecía que iba a imponer su veteranía. No fue así, y el cuadro visitante no atinó a la hora de certificar el encuentro. Con un gol a favor tuvo la oportunidad de aniquilar enfrentamiento, pero no hubo suerte y los gallegos provocaron la prórroga con un 27-27 digno de ver.

En el tiempo extra el partido parecía un calco de la segunda mitad. Con la misma igualdad y sensaciones el Cuatro Rayas volvió a tener la oportunidad de certificar su victoria, pero otra vez la poca fortuna o el mal hacer de los de Nacho González provocaba que los pupilos de Javier Barrios consiguieran el empate y por consiguiente ir a la tanda de 7 metros. La suerte iba a ser la elegida para decidir el choque, y está, cayó de lado del equipo pequeño que con un 4-3 se mantiene vivo en la competición.