La selección francesa de balonmano de la última década es para muchos el mejor equipo de la historia de este deporte. Una generación irrepetible de jugadores ha conseguido la friolera de dos oros olímpicos, dos oros mundiales y tres oros europeos en nueve años, algo que jamás había conseguido nadie antes y que será muy difícil que alguien repita. Los Campeonatos del Mundo de 2009 y 2011 vieron la magnificencia de un grupo único.

El jugador de origen serbio Nikola Karabatic ha sido el líder de una generación que se completaba con jugadores de la talla de Thierry Omeyer, Michel Guigou, Luc Abalo, Didier Dinart o Jerome Fernandez. Sus rivales a lo largo de estos años han sido Croacia, Dinamarca y España, quienes aún hoy forman con la propia Francia el grupo poderoso de selecciones que dominan el mundo del balonmano.

Croacia 2009

El Mundial llegaba a casa de una de las selecciones poderosas. Antes de la fuerte irrupción de la nueva generación francesa, parecía que Croacia iba a convertirse en la nueva dominadora mundial. Sus triunfos en el Mundial de Portugal 2003 y los Juegos Olímpicos de Atenas 2004 presagiaban una época de gloria croata. Sin embargo no fueron capaces de rematar en los siguientes años con nuevos éxitos internacionales, aunque siempre ocuparon puestos de honor. Con la llegada del Mundial a su país pensaban hacerse con su segundo entorchado mundial.

La campeona olímpica de 2008 Francia, la medallista de bronce España y la campeona de Europa ese mismo año, Dinamarca, se postulaban como sus grandes rivales. La selección de Islandia, que había sido plata en los Juegos Olímpicos de Pekín, no estaría en la cita al no conseguir la clasificación para la misma. También habría que tener en cuenta a Alemania, vigente campeona del mundo tras conseguir el oro en casa en 2007.

España terminó desolada tras caer eliminada contra Corea del Sur

Los 24 equipos del Mundial se dividieron en cuatro grupos de seis, de los cuales tres pasarían a la segunda ronda. En el primer grupo Francia consiguió la clasificación sin ceder ni un punto y le acompañaron a la siguiente fase Eslovaquia y Hungría. Se cruzarían en la segunda fase precisamente con el grupo de Croacia, que también ganó todos sus partidos y Suecia, que pasó como segunda. La tercera posición parecía reservada para la España de Valero Rivera, pero en el partido decisivo perdió por 23-24 contra Corea del Sur y los asiáticos se quedaron con la última plaza para la segunda fase.

Por el otro lado del cuadro avanzaba Alemania, acompañada a la segunda fase por Macedonia y Polonia. Se cruzarían con Dinamarca, que no conocía la derrota, Serbia y Noruega.

En la segunda fase las dos primeras selecciones de cada grupo accederían a semifinales. En el grupo 1 las favoritas no fallarían. Francia y Croacia llegaron a la última jornada invictos y matemáticamente clasificados, así que su enfrentamiento solo serviría para dilucidar el primero de grupo, aparte de que quien consiguiera la victoria daría un duro golpe moral a su rival. Fue la anfitriona Croacia la que consiguió el triunfo por 22-19.

Dinamarca y Alemania se jugaron a vida o muerte la última plaza para semifinales

En el otro grupo Dinamarca y Alemania llegaban a la última jornada ocupando plaza de semifinalista, pero Polonia todavía tenía opciones. Los polacos ganaron a Noruega por un gol, por lo que el Dinamarca-Alemania se convirtió en un duelo a vida o muerte en el que el ganador pasaría a semifinales y el perdedor quedaría fuera. En un igualado choque la vigente campeona de Europa, Dinamarca, venció a la vigente campeona del mundo, Alemania. Por tanto, las semifinales enfrentarían a Croacia y Polonia, por una parte, y a Francia y Dinamarca por otra.

La penúltima ronda terminó por ser bastante sosa. Francia y Croacia vencieron de forma meridianamente clara a sus respectivos rivales y se plantaron en la final. El deseo se había cumplido, el partido que todos querían ver en la final se producía. El anfitrión y el aspirante, la Croacia de Balic y Vori contra la Francia de Karabatic y Omeyer, los dos mejores equipos del momento se verían las caras, esta vez por el título. Croacia tenía a su favor a toda su gente animando y la pequeña ventaja moral de haber vencido en la fase de grupos, pero el partido empezaba 0-0 y el 40x20 dictaría sentencia.

Fue un partido muy igualado en el que destacaron los extremos. El zurdo Ivan Cupic, máximo goleador del torneo para los croatas, también estuvo muy acertado en la final y gracias a él Croacia se fue al descanso con un gol de ventaja.

Pero en la segunda mitad emergió la figura de otro extremo, este francés, llamado Michel Guigou. Con tres goles casi consecutivos dio la vuelta al encuentro y puso a Francia por delante. Las genialidades de Balic, la velocidad de Sprem y el talento del joven Duvnjak volvieron a dar ventaja a Croacia, pero en el tramo final del encuentro Karabatic, Guigou y Narcisse se echaron el equipo a la espalda y truncaron el sueño croata. Francia se llevó el triunfo por 24-19 y levantó su tercer trofeo de campeón mundial.

Igor Vori fue nombrado MVP

El bronce fue para Polonia, que dos años después de colgarse la plata se mantenía en el podio contra todo pronóstico. El pivote croata Igor Vori, que terminó la final expulsado, fue nombrado MVP del torneo, mientras que el macedonio Kiril Lazarov fue el máximo goleador del Mundial. El equipo ideal lo coparon prácticamente entre franceses y croatas. Omeyer fue el mejor portero, con Karabatic en el centro, Blazenko Lackovic y el polaco Marcin Lijewski en los laterales, Guigou y Cupic en los extremos y Vori en el pivote.

Clasificación final Mundial 2009
1 Francia
2 Croacia
3 Polonia
4 Dinamarca
5 Alemania
6 Hungría
7 Suecia
8 Serbia
...
13 España

Revive el emocionantísimo partido por el oro entre Francia y Croacia

Suecia 2011

Suecia es sinónimo de balonmano. Su selección es una de las tres que ha conquistado cuatro Mundiales y con esta edición de 2011 también eran cuatro las veces que el país habría albergado la máxima competición mundial de balonmano. Pero la Suecia de 2011 no llegaba como una de las máximas favoritas. Ese papel recaía en Francia, Croacia y en menor medida Islandia, Polonia o España.

Pero Suecia estaba en ese segundo grupo junto a una Dinamarca que afrontaba un cambio generacional y era toda una incógnita. Al final, ambas terminarían siendo las sorpresas del campeonato.

Dinamarca sorprendió desde el principio por su rápido juego

Se repetía formato y la primera fase dejaba un interesante grupo con Francia, España y Alemania, junto las africanas Túnez y Egipto y la asiática Barhéin. Galos e ibéricos se plantaron en la última jornada con todos sus partidos ganados y se jugaron el primer puesto. Francia dominó el partido pero el empuje de España llevó el empate a 28 al marcador. Chema Rodríguez tuvo incluso la victoria en su mano, pero se precipitó en la última acción y el duelo murió igualado. Alemania les acompañó a la siguiente fase, aunque pasó sin puntos. Se cruzarían con Islandia, Hungría y Noruega, que se clasificaron claramente en su grupo. Los magiares llegaron con pleno de victorias a la segunda fase.

En el grupo C se alojó la sorpresa del campeonato. La Dinamarca de Christiansen y Lindberg tenía nuevos líderes, dos jovencísimos Mikkel Hansen y Niklas Landin. Como si fueran grandes veteranos lideraron a su selección a una primera fase perfecta, en la que apabullaron a sus rivales con un juego rapidísimo. Entre ellos una Croacia a la que no dio opción en ningún momento y venció por 29-34. Los croatas también pasaron a la siguiente fase, igualados a puntos con Serbia. En el grupo restante la anfitriona Suecia y Polonia se clasificaron, con la compañía de una sorprendente Argentina que dejó fuera a selecciones más experimentadas como Corea del Sur o Eslovaquia.

España protagonizó contra Islandia treinta minutos para el recuerdo

En la segunda fase Francia y España se mostraron intratables y se aseguraron la presencia en semifinales con sus tres victorias. La selección española destacó sobre todo en el partido contra Islandia, en una primera parte de las mejores que se recuerdan, infranqueables en la defensa 5:1 y prácticamente infalible en ataque. Con 20-10 solucionó el partido y selló su pasaporte a la penúltima ronda.

En el otro grupo Dinamarca siguió asombrando con su juego. Aparte de sus victorias, la forma de conseguirlas empezaba a dar miedo, sobre todo en la figura de Hansen. La segunda plaza del grupo la consiguió Suecia, que en su enfrentamiento decisivo contra Croacia se apoyó en su afición para vencer por cuatro goles y dar una alegría al país. Hacía diez años que Suecia no conseguía una medalla y ahora le llegaba la oportunidad de hacerse con una en casa.

Suecia sorprendió y dejó fuera a Croacia, pero no remató en semifinales

En semifinales sin embargo no pudieron rematar la faena y cayeron en Malmo ante la poderosa Francia. En el otro partido Mikkel Hansen y Niklas Landin terminaron con el sueño español con unos últimos minutos casi perfectos. La final enfrentaría a la gran sensación, Dinamarca, con la gran favorita, Francia.

El partido por el título terminó por ser uno de los mejores encuentros de la historia, por calidad, por igualdad y por emoción. Las estrellas no decepcionaron y aparecieron. Las miradas estaban puestas en Karabatic y Mikkel Hansen y los dos lideraron a sus equipos.

Francia comenzó imponiendo su mayor experiencia y en la primera parte entre Jerome Fernandez y Michel Guigou pusieron tierra de por medio. Pero en el segundo acto el veterano extremo Lars Christiansen y el portero Landin volvieron a meter a los daneses en el partido. El encuentro llegó empatado a los instantes finales y, aunque Karabatic puso a Francia por delante dentro ya del último minuto, Bo Spellerberg respondió cuando el partido moría para mandar el partido a la prórroga.

Revive la segunda parte de la prórroga de la gran final

El capitán Jerome Fernandez decidió uno de los mejores partidos de la historia

Los aficionados al balonmano habían recibido el inesperado regalo de diez minutos más de juego. En los últimos dos minutos y medio del tiempo extra la clarividencia del capitán Jerome Fernandez salió a relucir. Con un siete metros y una penetración dio dos goles de ventaja a Francia y aseguró la victoria bleue. El propio Jerome alzaría una vez más el trofeo de campeón, el cuarto de Francia, el segundo consecutivo de una generación única.

En el partido por el bronce España y Suecia protagonizaron un encuentro también igualado. La actuación de los hermanos Entrerríos en la segunda parte y la lesión de Jonas Kallman terminó decantando la balanza del lado español por un ajustado 23-24. La medalla de bronce fue especial para Alberto y Raúl, que apenas unas semanas antes habían perdido a su madre. El abrazo de los Entrerríos con su padre es una de las imágenes más emotivas de la historia del balonmano español.

Así fueron los mejores momentos de la lucha por el bronce

Clasificación final Mundial 2011
1 Francia
2 Dinamarca
3 España
4 Suecia
5 Croacia
6 Islandia
7 Hungría
8 Polonia
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