Acaba de nacer 2006. La selección de Croacia ha comenzado tres años antes lo que parece una dinastía. Una gran generación, joven, amenaza con dominar Europa la próxima década. Apoyada en los últimos coletazos de Slavko Goluza y en el surgir de un joven Ivano Balic, aún sin melena, Croacia ha ganado el Mundial de Portugal en 2003 y los Juegos Olímpicos de Atenas en 2004. Pero ya en 2005, cuando todos apostaban por su segundo oro mundial, España la ha sorprendido en la final, barriéndola de principio a fin.

En enero de 2006 todos los ojos de Europa se posan en Suiza, donde va a comenzar un Europeo de Balonmano en el que Croacia, España y Alemania parten como favoritas, con Dinamarca en la recámara. Cualquier otro invitado a la fiesta habría sido mirado con mala cara.

Francia buscaba en 2006 el relevo para Jackson Richardson y un grupo de grandes jugadores

En Francia no esperan gran cosa. A pesar de haber logrado el tercer puesto en Túnez 2005, el equipo 'bleu' vive una época de plena transición. El mago Jackson Richardson había dejado libre su varita tras el bronce mundial, esperando que otro prestidigitador le tomara el relevo. Didier Dinart, que ya es considerado uno de los mejores defensores por su papel en el BM Ciudad Real, se quita presión antes de empezar el campeonato y dice que este Europeo les llega demasiado pronto, que son una selección muy joven y que deben realizar un importante relevo generacional.

Lo cierto es que no le faltaba razón. Aparte de Richardson, otros pilares de la selección habían dejado su lugar a los jóvenes; es el caso de Guéric Kervadec, Gregory Anquetil o Patrick Cazal, que habían llevado al equipo a conseguir dos oros mundiales (1995 y 2001) y otras cinco medallas entre Mundiales y Juegos Olímpicos.

Un equipo con veteranos y noveles

Así pues, las esperanzas de Francia se cimentan en algunos jugadores veteranos como el mencionado Dinart, Joël Abati, los hermanos Bertrand y Guillaume Gille, el polivalente Jérôme Fernandez o el portero Thierry Omeyer. Y junto a ellos los niños, los representantes del futuro del balonmano francés, miembros de unas ilusionantes generaciones de jugadores que con sus clubes están empezando a asombrar a Europa por su rendimiento. Todos hablan de la elasticidad del extremo Luc Abalo, del poderío físico de Daniel Narcisse, de la velocidad de Michaël Guigou y de la variedad de recursos de Guillaume Joli.

Con 21 años Nikola Karabatic ya era una estrella y le llegaba el turno de tirar del carro 'bleu'

Pero sobre todo hablan de él. De un chico que tiene algo especial. El que no le conoce pensará que es serbio... ¡con ese nombre! No van desencaminados, porque su padre es croata, su madre serbia y él nació en Nis (entonces Yugoslavia, hoy Serbia). Pero no, es francés. Sólo tiene 21 años pero ya se ha ganado el derecho a ser considerado una estrella. En el partido de ida de la final de la Champions League de 2003 había logrado 11 goles con los que mantuvo vivo a su Montpellier, permitiendo que el conjunto galo remontara los ocho goles de desventaja en el partido de vuelta. Si este chico hace esto con 19 años debe ser bueno. En el verano de 2005 los principales equipos de la Liga ASOBAL habían ido a por él, pero decidió aceptar la oferta del THW Kiel para liderar el proyecto más ambicioso de Europa.

Con menos de 20 años Karabatic ya era líder en el Montpellier ganador de la Champions. Foto: L'équipe.
Con menos de 20 años Karabatic ya era líder en el Montpellier ganador de la Champions. Foto: L'ÉQUIPE.

Por si alguien no se ha dado cuenta todavía, el protagonista del párrafo anterior es Nikola Karabatic, que en 2006 era todavía un chiquillo, pero con un puesto esperándole en el jardín de los dioses. En Francia confiaban en que fuera capaz de demostrar con la elástica nacional lo que ya había hecho con su club.

Camino al oro de Suiza

Con muchas dudas se plantaron en Basilea, donde les tocaba jugar la primera fase. En ella se encontraban con la campeona del mundo España, otra de las favoritas como Alemania y la cenicienta del grupo Eslovaquia.

España dio una lección en la primera fase a la novata selección francesa

Su debut ante el combinado eslovaco fue plácido, pero en la segunda jornada le llegaba el hueso más duro, el de España. Los de Juan Carlos Pastor ejercieron de campeones y barrieron a Francia en el primer tiempo, haciéndoles ver que todavía eran demasiado jóvenes para esto. En la segunda mitad, sin embargo, los galos reaccionaron y recuperaron una desventaja de ocho goles. De no haber sido por la exhibición de David Barrufet en portería (Luc Abalo todavía recuerda el pie que le puso en la escuadra en pleno contraataque) Francia habría consumado la remontada. Finalmente España venció por 29-26 y se aseguró el primer puesto del grupo. Nikola Karabatic, sin embargo, ya había avisado de lo que era capaz con diez goles.

El equipo dirigido por Claude Onesta siguió con su camino. Ganó a Alemania y consiguió la segunda plaza, logró un pleno de victorias en la segunda fase (ganando a Eslovenia, Polonia y Ucrania) y se plantó en semifinales. Allí esperaba Croacia, el gran 'coco'. Todos pensaron: "Ya está; Francia ya ha llegado donde iba". Pero no sabían que este equipo no era uno cualquiera, que estaba llamado a bañarse en oro. La selección croata de Lino Cervar se sintió impotente, no entendió lo que ocurrió en ese partido, cuando se quiso dar cuenta Francia la había barrido de la pista liderada por Michaël Guigou.

Empieza la competencia con España

Sorprendiendo a propios y extraños Francia había alcanzado la final y estaba a un solo paso de su primer Europeo. La última piedra en el camino era España. Los chicos de Juan Carlos Pastor partían como claros favoritos. Sobre todo porque 52 semanas antes habían subido a lo más alto del podio en el Mundial, pero también por su bagaje anterior, por su victoria en la primera fase y por contar con jugadores como Juanín García, David Barrufet, Rolando Uríos, Alberto Entrerríos, Iker Romero...

La experiencia parecía el mayor motivo por el que España debía hacerse con la victoria y terminar así con la maldición de la plata en los Europeos. La sombra de David Barrufet y el recuerdo de lo que había hecho ante Francia unos días antes hacían que la selección española se sintiera segura de su triunfo.

La lesión de Barrufet marcó la final y dio alas a Francia

Pero comenzó el partido y el legendario portero se lesionó a los pocos minutos. España tenía en la recámara otra figura como 'Jota' Hombrados, pero el miedo que podía inducir 'Don David' se había desvanecido. Este hecho pareció provocar dudas en España y todo lo contrario en Francia, que dio rienda suelta a su calidad y galones a Nikola Karabatic. Su joven estrella anotó 11 goles, mientras que con Barrufet fuera de combate fue otro portero el que brilló, Thierry Omeyer se convirtió en una muralla y comenzó con su costumbre de bajar la cancela cuando juega contra España. Con mucha comodidad Francia ganó aquella final a España por 23-31 y puso la primera piedra en su camino hacia el Olimpo.

Olivier Girault levantó el primer Europeo, que dio pistoletazo de salida al éxito. Foto: Getty.
Olivier Girault levantó el primer Europeo, que dio pistoletazo de salida al éxito. Foto: Getty.

Lo que vino después

Ese oro en el Europeo 2006 puso la base de lo que se conoce como la década más gloriosa de una selección de balonmano. Los jóvenes jugadores que ganaron en Suiza se convirtieron en tiranos que desde entonces han dominado casi sin tregua el balonmano mundial.

A esa pléyade de grandes jugadores se fueron sumando poco a poco otros, que se han convertido en piezas fundamentales de los éxitos 'bleus'. La exquisitez técnica escondida en un corpachón como el de Cédric Sorhaindo se ha adueñado del puesto de pivote, junto al 'hermanísimo' Luka Karabatic. El 'Martillo' William Accambray apareció para hacer aún más temible a la poderosa primera línea gala, mientras que Xavi Barachet y Valentin Porte han reforzado el lado derecho del equipo en los últimos años.

Francia ha ganado ocho oros en las doce últimas competiciones y es vigente campeona de los tres grandes torneos de selecciones

En esta década exitosa Francia ha logrado nada menos que ocho títulos internacionales: tres Mundiales, tres Europeos y dos Juegos Olímpicos. Han ganado las últimas ediciones de esos torneos, los Juegos de Londres 2012, el Europeo 2014 y el Mundial 2015, por lo que son los vigentes campeones de todo, un honor que ya ostentaron en 2010.

Aunque en 2007 el combinado de Alemania, una doble prórroga y el arbitraje les apartaron del título mundial, en las dos siguientes ediciones del Campeonato del Mundo se llevarían el oro. En 2009 lograron batir en la final a la anfitriona y favorita Croacia, mientras que dos años después se impusieron en la prórroga del partido por el oro a la pujante Dinamarca de Mikkel Hansen y Niklas Landin. En la siguiente edición cayeron precipitadamente, en cuartos de final, y dejaron el camino libre para que España ganara en casa su segundo título. Muchos aventuraron entonces el fin de esa generación, pero en 2015 volvieron a cerrar bocas alzándose con su quinto Mundial.

Los jugadores franceses celebran el título en el último Mundial. Foto: Qatar 2015.
Los jugadores franceses celebran el título en el último Mundial. Foto: Qatar 2015.

En el Europeo, el campeonato en el que todo comenzó, su dominio sólo se ha visto interrumpido por dos triunfos de dos generaciones diferentes de Dinamarca (2008 y 2012). Además de ganar en 2006, Francia se llevó el oro en Austria 2010 y Dinamarca 2014, donde al igual que en el Mundial 2009, ganó al anfitrión en la final. El partido por el oro del último Europeo fue una de sus mayores exhibiciones, ya que destrozaron a los daneses delante de la afición nórdica.

Las dos últimas ediciones de los Juegos Olímpicos son, quizás, las que le han dado más prestigio. En Pekín realizaron un torneo inmaculado, ganando a la anterior campeona (Croacia) en semifinales y venciendo con suficiencia en la final contra Islandia. En Londres sufrieron mucho más. Cayeron en la primera fase ante los islandeses y en cuartos les tocó con España. En esa ronda salió a relucir la suerte del campeón y ganaron por un gol, con un tanto en el último segundo (y pisando el área) de Accambray. Ese partido dio alas a los de Onesta, que volvieron a dejar en la cuneta a Croacia y en la final supieron sufrir contra Suecia.

Resultados de Francia en campeonatos internacionales desde 2006
Año Competición Resultado
2006 Europeo de Suiza ORO
2007 Mundial de Alemania
2008 Europeo de Noruega BRONCE
2008 Juegos Olímpicos de Pekín ORO
2009 Mundial de Croacia ORO
2010 Europeo de Austria ORO
2011 Mundial de Suecia ORO
2012 Europeo de Serbia 11º
2012 Juegos Olímpicos de Londres ORO
2013 Mundial de España
2014 Europeo de Dinamarca ORO
2015 Mundial de Catar ORO

La grandeza de este grupo de figuras, apodados con bastante razón como 'les Experts', se demuestra en que cuatro jugadores distintos han sido distinguidos como mejor jugador del año. Bertrand Gille lo consiguió en 2002, antes de que comenzara la época de dominio, Nikola Karabatic recibió el galardón en 2007 y 2014 (y es favorito para repetir en 2015), Thierry Omeyer lo hizo en 2008 y Daniel Narcisse en 2012. Estos cuatro se unieron a Jackson Richardson y Stéphane Stoecklin, los otros dos franceses elegidos los mejores en años anteriores.

España-Francia: una rivalidad que siempre acaba igual

La final de 2006 fue el inicio de una rivalidad que ha marcado los triunfos franceses. La selección española ha sido un obstáculo que casi siempre ha tenido que superar Francia en su camino hacia el oro. En los 12 campeonatos internacionales disputados en la última década los 'Hispanos' y los 'Experts' se han cruzado en diez partidos. El balance total es de seis victorias francesas, dos empates y dos triunfos españoles. Las únicas ocasiones en que España se llevó la victoria fue en sendas primeras fases, en el Europeo 2006 y el Europeo 2012.

Francia siempre ha ganado cuando el partido ha sido a vida o muerte, con Omeyer como protagonista habitual

Sin embargo, cuando llegan los momentos calientes y las rondas eliminatorias los franceses siempre resultan vencedores. El guion del partido suele ser el mismo: duelos igualados, resueltos en los minutos finales y con Thierry Omeyer marcando la diferencia desde la portería. Francia ha sido quien ha dejado fuera de la lucha por el título a los españoles en la final del Europeo 2006, los cuartos de final de los Juegos Olímpicos de 2012, las semifinales del Europeo 2014 y las semifinales del Mundial 2015.

Captura de TVE del último gol de Accambray en los Juegos Olímpicos de Londres 2012.
Captura de TVE del último gol de Accambray en los Juegos Olímpicos de Londres 2012.

La historia reciente del balonmano español ha engendrado dos grandes rivalidades; contra Dinamarca ha habido intercambio de golpes y reparto casi equitativo de alegrías y tristezas, pero con Francia nunca ha podido el equipo que actualmente entrena Manolo Cadenas. El Europeo de Polonia 2016 es una nueva oportunidad para los españoles en su afán de revancha contra el equipo galo.

El futuro asegurado

El pasado verano Francia ganó el Mundial Juvenil y el Mundial Júnior

Después de diez años en lo más alto, sería de suponer que el tiempo hubiera hecho mella en la selección 'bleu', pero tiene cuerda para rato. Es cierto que algunos de sus puntales dan ya sus últimos coletazos, el eterno capitán Jérôme Fernandez se perderá este Europeo por lesión y a sus 38 años piensa en los Juegos de Río como una gran despedida, el meta Thierry Omeyer tiene ya 39 años y Daniel Narcisse acaba de cumplir 36. Otros como Michaël Guigou, de 33, o la gran generación de 1984 formada por Nikola Karabatic, Luc Abalo y Cédric Sorhaindo todavía tienen unos años al primer nivel.

La preocupación no debe cernirse sobre la afición francesa, pues estrellas de la talla de Accambray y Barachet (que se perderán este torneo por lesión) o Valentin Porte apenas sobrepasan el cuarto de siglo. Pero la mejor noticia para ellos es que por detrás aparecen jugadores de tremenda clase y que aseguran el relevo. Las selecciones francesas han logrado en categorías inferiores numerosos éxitos. En el último verano Francia ganó el oro tanto en el Mundial Juvenil como en el Mundial Júnior y el año anterior logró el mismo metal en el Europeo Juvenil.

Grébille, Fabregas, Koukoud y Melvyn Richardson aseguran el relevo

Algunos integrantes de esas selecciones como el pivote Ludovic Fàbregas o el extremo derecho Benoît Kounkoud se han ganado un puesto en la lista de convocados para este Europeo con 19 y 18 años, respectivamente. Hay otros jugadores que, si cabe, son más prometedores que ellos pero no estarán en la cita de Polonia. El lateral Mathieu Grébille es uno de los jugadores por los que todo el Viejo Continente se pelea, con claros visos de estrella que dominará el balonmano en los próximos años. Lamentablemente, otra lesión se ha cruzado en su camino y le está haciendo pasar la temporada en blanco. De su misma quinta es Kentin Mahé, otro gran jugador que además puede alternar los puestos de central y extremo izquierdo.

Grébille es el crack del futuro de la selección francesa. Foto: Benoît Conta.
Grébille es el crack del futuro de la selección francesa. Foto: Benoît Conta.

El último soplo de aire fresco en el balonmano francés tiene un apellido ilustre. Melvyn Richardson es hijo del mítico Jackson y con 18 años ya ha empezado a causar estragos. En el último Mundial Juvenil guió a Francia al oro y fue nombrado MVP del torneo. Su gran visión de juego, claramente heredada, le permite compaginar el puesto de lateral derecho con el de director de orquesta, convirtiéndole en un atípico central zurdo. Esta temporada está consolidando su juego en la LNH, aportando más de dos goles por partido al Chambéry.

La década protagonizada por Francia es inmejorable, han protagonizado diez años de dominio sin precedentes, pero amenazan con extender su tiranía durante mucho más tiempo. Que se anden con ojo. "Allez les bleus!".