Una victoria en la NFC East nunca es sencilla. Da igual que sea la peor división de la liga, que tu rival ya no tenga nada en juego o que su record sea mucho inferior, la oportunidad de ganar a tu archirival no tiene precio. Y con esa mentalidad salieron los Redskins ante su público. 

Con todo que ganar y nada que perder, los capitalinos tenían la oportunidad de sentenciar prácticamente la temporada de los Eagles venciendo en su estadio. Hawskins estaba ante el primero de, los que se preven, muchos duelos contra su rival de división, y no tardó en mostrar que está hecho para este tipo de encuentros. Su seguridad en el pocket va increcendo con el paso de las jornadas y su estilo de juego comienza a definirse. Con una buena presencia en estático, supo cuando usar sus piernas para hacer llegar la pelota a sus receptores en mejores posiciones. La intermitente defensa de los visitantes también ayudó en algo. Nunca se sabe que versión de la defensiva de Jim Schwartz te puedes encontrar, si la que permitió a los Giants la anterior jornada pasearse por su estadio o la que dejó a los Seahawks en menos de 20 puntos. Esta vez siguieron con su mala dinámica y facilitaron mucho la labor de la ofensiva local con desajustes en el marcaje y tackles fallidos. Uno de ellos sirvió para que de nuevo, McLaurin, el estelar rookie receptor de los Redskins se escapara desde la yarda 50 hasta la end zone en una nueva muestra de su potencial.

Al descanso se llegó con muy malas sensaciones por parte del equipo que más tenía en juego. Pero como viene siendo constumbre, los Eagles encontraron la manera de mantenerse cerca en el partido. Un par de buenas defensas y un ataque que puso todo el peso sobre los hombros del otro destacado rookie, Miles Sanders, consiguió ir subiendo puntos en el marcador. Pero a partir de ahí la alternancia en el marcador fue la tónica dominante. 

Un fumble de Carson Wentz dejó a los Redskins con 3 puntos de ventaja a falta de  4 minutos, y al QB le tocaba volver a demostrar que es capaz de echarse a su equipo a la espalda si la ocasión lo requiere. Un último drive muy bueno, donde el recién adquirido WR Greg Ward se erigió como el héroe al capturar el pase de TD definitivo a 20 segundos para el final.

El marcador aún se abultó más debido a que Washington en un último intento a la desesperada para subir puntos a su marcador, cometió un fumble que Bradgham convirtió en TD.

Los Eagles se mantienen vivos una vez más, aunque siguen sin disipar sus dudas de cara al partido más importante de toda la temporada que tendrá lugar en su casa, frente al otro gran rival, los Dallas Cowboys, con los que se decidiran el título divisional y el paso a playoffs.