En un mundial, más si se habla de MotoGP, existen distintos objetivos. El de Álvaro Bautista este año es el de desarrollar una moto nueva, la Aprilia, para traer un paquete competitivo la próxima temporada. En esa evolución, se ha encontrado con varios hándicaps que le han interrumpido ese proceso.
Uno de ellos, el de tener un compañero de boxes fuerte. Ahora, en teoría, es algo que está resuelto con la entrada de Stefan Bradl al equipo. Con la presión que le pondrá este, espera progresar más rápido y de paso ir escalando posiciones.
"Tenemos que tratar de conseguir una moto ágil por todos los cambios de dirección"
Bautista actualmente marcha décimo séptimo en el mundial, a tan sólo un punto de Loriz Baz. Con ese número llega a Brno con los deberes bien claros: "Brno es un circuito muy diferente en comparación con Indy. Tenemos que tratar de conseguir una moto ágil por todos los cambios de dirección, mientras que en los tramos de subida el motor cuenta mucho". Ese es un punto que todos los pilotos tienen en mente, los puntos de dirección del trazado checo que puede provocar algún que otro quebradero de cabeza.
Como el de Aprilia sabe que lo suyo es más una meta a largo plazo, su actuación también se basará en recopilar informaciones que ayuden al desarrollo de la moto: "Vamos a continuar nuestro trabajo de desarrollo con el objetivo de recoger tantos datos como sea posible y sentar las bases para el proyecto de 2016". Encontrándose así con un doble desafío, pues no ha terminado una temporada cuando ya debe pensar en la siguiente.
Pero, como todo piloto, está puesto a su vez en los resultados del presente. En esta primera mitad debatida se ha podido ver una moto poco competente en algunos aspectos, algo que le ha frenado y que Álvaro Bautista espera solucionar: "Este fin de semana esperamos que sea más competitiva para irnos a casa un poco satisfechos". La cita de Brno se convierte así en una pieza más del gran puzzle que está montando Aprilia. Piezas que, tarde o temprano, esperan poder encajar.