Tras vivir un sueño en su segunda temporada en MotoGP, ganando las diez primeras carreras, y finalmente consiguiendo su segundo título y el cuarto en su palmarés, llegó 2015 y tuvo que bajar de la nube en la que estaba para aterrizar de golpe y poner los pies en el suelo por primera vez desde que llegó a la máxima categoría.
De la nube al suelo
Tras un año complicado el cual nunca pudo estar donde a él le hubiera gustado, ni con el chasis del respectivo año a principios de temporada, ni con el de 2014 a partir de mediados hasta final de temporada, y por supuesto que no tuvo la oportunidad de defender su corona, Marc saboreaba por primera vez lo que significaba MotoGP. No todo pueden ser rosas siempre, no puede ser que todo salga siempre a la perfección y como tú quieres. De esto se tuvo que dar cuenta él solito y seguir madurando para no repetir los mismos errores en 2016, año en el que ya tenía todas las miradas puestas.
La realidad para Marc Márquez es el día a día que pasa junto a su equipo y en vacaciones junto a su familia. Tanto él como su hermano siguen pasando mucho tiempo en Cervera, ciudad natal de ambos, entrenando sobre todo. Marc, todo un campeón, con cuatro ya en su vitrina, resta la importancia a los lujos, por ejemplo a la hora de llevar un coche u otro.
Marc Márquez: En un coche de lujo, la gente siempre mira quien conduce el coche.
El mayor de los hermanos, mucho más conocido que el pequeño en cuanto al mundo del motor nos referimos, tiene más oportunidades y ocasiones de conducir en momentos oportunos del año, coches de lujo. Aunque Marc prefiere llevar un Honda Civic cuando se trata de circular por las calles de una ciudad. También es cierto que usa esta marca por ser su patrón y patrocinador dentro de los circuitos, como él confiesa. Marc viaja alrededor del mundo por los circuitos más bonitos, conduciendo prototipos sofisticados.
Intentar volver a la nube
Las dificultades que tuvo Márquez el año pasado, que en ningún momento pudo disputar el título, le hicieron ver que estas son las temporadas que sirven de lecciones importantes de cara al futuro. Marc se dio cuenta en 2015 que el sueño se había acabado, y que si quería regresar de nuevo a lo más alto, debería pasar por lo menos una vez en su vida, por la realidad, tener los pies en el suelo. Saber lo difícil que es todo cuando algo no sale bien y reaccionar a tiempo para remontar el vuelo y mantenerse en el aire tanto tiempo como sea posible, para volver a entender lo que es la gloria en un sueño y lo que es la cruda realidad.