Ha tardado más de lo que muchos esperaban, pero parece que por fin Jorge Lorenzo da un paso adelante en Ducati. El español tuvo complicaciones a principio de temporada, llegando a ser cuestionado por muchos. Su adaptación a la nueva moto iba a requerir un trabajo más complejo. 

Fue tercero en Jerez, cuarta prueba de la temporada, pero a partir de se fue quedando atrás. Lo contrario sucedió para su compañero de equipo, que no hizo más que crecer a raíz de su victoria en Mugello.

Jorge Lorenzo volvió a estar delante en las últimas carreras. Le vimos liderar varias vueltas aunque todavía no ha tenido la oportunidad de repetir podio. En Austria fue cuarto, un gran resultado, aunque para el español no fue suficiente. Cruzó la línea de meta a 6.6 segundo de Andrea Dovizioso, ganador de la cita. 

Pero fue el pasado fin de semana, en Silverstone, donde pudimos ver al piloto de Ducati de lo más satisfecho. Se posicionó quinto en carrera, un puesto inferior al del Red Bull Ring, pero para el español fue mucho más positivo: a 3.5 segundos de la cabeza -una vez más, su compañero de box- y sintiéndose competitivo, peleando con Johann Zarco.

Las sensaciones van mejorando para Lorenzo, quien cada vez se siente más cómodo encima de su Desmosedici, pero el trabajo sigue siendo constante en el box rojo. “Aún me falta experiencia, solo llevo siete meses con esta moto, que es complicada de entender. Ha habido pilotos que han tardado muchos años en adaptarse a ella. Es una moto que aún requiere de algunos cambios que la hagan más fácil en el paso por curva y la salida de los virajes”, explica el tricampeón de MotoGP.

Unas mejoras que Jorge Lorenzo espera poder incorporar a su actual moto, sin tener que esperar a la próxima temporada. Pero lo importante será encontrar un trazado en el que funcione. El Gran Premio de San Marino podría ser una buena oportunidad. “Todo depende de los circuitos. En Misano, si las cosas no empeoran podemos aspirar al podio y puede que incluso a algo más grande que el podio”, declaraba el mallorquín.