Tras la caída que sufrió Marc Márquez en el Gran Premio italiano de Mugello, en la que por suerte no sufrió ningún daño físico y pudo volver a pista aunque esta vez sin coger puntos, el piloto catalán decide pasar página y se sube a pilotar un coche de Fórmula 1.
No es la primera vez que Marc demuestra ser un piloto en toda regla y no tener reparo en coger los mandos de otro vehículo que no sea su Honda, y esta vez lo ha vuelto a demostrar subiéndose a un monoplaza, más exactamente al de la escudería italiana Toro Rosso.
Estos días en los que ambos pilotos de Honda realizarán unas jornadas completas de test en el circuito austriaco de Spielberg al volante de un monoplaza, han sido posibles gracias a Red Bull quien quiso agradecerles su compromiso con la marca y sus buenos resultados obtenidos a lo largo de sus trayectorias.
La semana se preveía interesante y es que para empezar con los preparativos, el lunes el piloto de Cervera visitaba las instalaciones de Red Bull Racing y probaba un simulador del quipo para intentar hacerse con los mandos del monoplaza que iba a conducir el martes. Pero Marc no estuvo sólo, estuvo acompañado por los miembros de la escudería, quienes le aconsejaron bastante acerca de la prueba, y entre los que se encontraban el asesor de la marca, Helmut Marko, y el ex piloto del equipo Red Bull, Mark Webber.
El martes Marc Márquez se subía al monoplaza con motor V8, de los que se utilizaban antes de la entrada, en el Mundial de la Fórmula1, de la tecnología híbrida en el año 2014. Y hoy miércoles es el turno de su todavía compañero de equipo y compatriota, Dani Pedrosa, que le relevará en estas jornadas que Red Bull tienen preparadas.