Estamos en semana de Gran Premio, y es por ello que nosotros calentamos motores a nuestra manera: echando una mirada al pasado para recordar una de esas citas en Montmeló de las que cortan la respiración; concretamente nos trasladamos al año 2014 para rememorar la cita mundialista tuvo lugar un quince de junio bajo un cielo amenazante de lluvia en la que la victoria se decidió, prácticamente, en la última vuelta.

Una carrera de las reñidas tal y como nos gustan a nosotros, con adelantamientos, toques y frenadas de infarto; con los pilotos llevando sus máquinas hacia límites insospechables. Un carrerón de los de quitarse el sombrero, de principio a fin en el que la batalla estaba servida desde el inicio de carrera, pues nada más comenzar ésta, los adelantamientos fueron constantes entre Pedrosa, Lorenzo, Rossi y un joven Márquez que soñaba con volver a ganar el título mundialista de la categoría reina que un año antes había conseguido siendo rookie, bajo la atenta mirada del resto de sus rivales, que no querían dejarse vencer por “el nuevo”.

Los adelantamientos entre los cuatro pilotos fueron más que constantes durante toda la carrera: ninguno quería dar su brazo a torcer, y es por ello que había luchas incluso dentro del mismo equipo, fe de ello dieron Pedrosa y Márquez, los componentes del HRC, que vuelta a vuelta se batieron en duelo por conseguir las primeras posiciones, aunque eso sí, sin dejar de mirar a Lorenzo, al cual las HRC superaron sin problema, dejándolo relegado a una cuarta posición y a Rossi, el cual se resistió mucho más y temieron en todo momento que el italiano se escapase. Con el paso de las vueltas, “El Doctor” va consiguiendo alejarse más y más de sus perseguidores, aunque Márquez, incesable, seguía en la lucha por recortar todo el tiempo posible y poder acercarse a la victoria.

Sin embargo, un hecho de última hora cambió toda la situación: a falta de 6 vueltas del final, comenzaba a llover sobre Montmeló. Los pilotos levantaron la mano, advirtiendo de la situación. Fue en estos instantes cuando Márquez aprovechó el tirón y consiguió adelantar a Rossi, sumiéndose ambos en una lucha digna de dos campeones mundialistas como eran ellos dos, eternos rivales declarados. Por detrás, un Pedrosa expectante esperaba cualquier fallo por parte de los dos pilotos cabeza de carrera, hasta que al fin llegó: Rossi se coló a cuatro vueltas del final, por lo que el ‘26’ aprovechó para colocarse segundo y acercarse a Márquez, provocando una maravillosa lucha en la última vuelta en la que ambos pilotos del Repsol Honda Team se batieron en un duelo de adelantamientos cuyo vencedor resultó ser Marc Márquez tras el toque que Pedrosa tuvo con el neumático del ‘93’, haciendo esto que el Samurái perdiera la segunda posición a favor de Rossi, mientras que Lorenzo finalmente acabó cuarto, ganándole la batalla a Bradl.

Por detrás cabe destacar el sexto y séptimo puesto de los hermanos Espargaró, con Aleix al frente de ambos, seguidos de Dovizioso, octavo, en un año en el que todavía no había muchos pilotos españoles en pista, tal y como pasa en la actualidad.

Esta fue la victoria 7 de 7 de Marc Márquez, que, finalmente, volvió a llevarse el título de este año bajo el brazo, demostrando la gran fuerza que tenía el ya no tan novato.

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