El Gran Premio de Jerez se convirtió en una fiesta para el equipo de Ducati, quien celebró la victoria de Miller y la segunda posición de Pecco Bagnaia

La celebración empezó en el parque cerrado, donde los mecánicos esperaban a los pilotos entusiasmados y emocionados. Cuando estos abrazaban a Jack, solamente se les escuchaba decir: “Bravo, bravo, bravo”. 

Posteriormente, Miller bromeaba con no beber de la bota, debido a que Fabio Quartararo dijo en la rueda de prensa que eso era una tradición de otro piloto. Por eso, sin poder contener la sonrisa, bebió de la copa haciéndose fotos. 

De camino al box, confesó que durante la carrera no se creía lo que estaba ocurriendo y que solamente pensaba en conservar su posición viendo como Fabio se alejaba cada vez más. 

Cuando Miller y Bagnaia llegaron al box, fueron recibidos como auténticos campeones abarazándose con todos los miembros del equipo. Además, tanto Gigi como Ciabiatti les quisieron felicitar personalmente y se hicieron fotos con ellos.

Respecto a Bagnaia, el piloto comentó que el inicio de carrera fue complicado debido a los problemas que tuvo con el tren trasero. Sin embargo, por suerte, pudo controlar las dificultades y obtener la segunda plaza. 

Fue un día especial para todos, en el que también hubo tiempo para recordar cuando hace diez años Miller competía en 125 cc y Bagnaia tan solo era un niño.