Hace dos meses, el piloto de Ducati sufría una severa caída el Gran Premio de San Marino. El accidente ocurrió en la curva doce, donde tuvieron lugar todas las caídas del fin de semana, durante el tercer entrenamiento libre en el Circuito de Misano. A consecuencia de la caída, el '29' se lesionaba la vértebra T3 y era declarado no apto por el equipo médico para correr el domingo.
Según fueron pasando las semanas, Iannone mantenía la esperanza de poder volver a pista en la siguiente cita mundialista, pero tampoco fue así. A pesar de sus intentos en el primer libre de Aragón, finalmente tuvo que retirarse del Gran Premio. Y como la cosa no mejoraba de cara a Japón, el equipo tomó la decisión de sustituirle en Motegi y Phillip Island por el español Hector Barberá (Avintia Racing).
Pero a pesar de estos difíciles dos meses para el piloto italiano, todo tiene arreglo y finalmente parece que correrá en el Gran Premio de Malasia que se celebra esta semana en el Circuito Internacional de Sepang. Ante esta noticia, el piloto declaraba sentirse "muy contento por volver a la pista" y daba ánimos tanto a su equipo como a sus seguidores esperando hacer "un fin de semana positivo".
Aunque, obviamente, admite no estar del todo recuperado porque la lesión fue grave, "soy consciente de que no será nada fácil volver porque mi espalda no está en pleno funcionamiento". Pero, a pesar de no estar recuperado al 100%, Iannone no puede estar sin subirse a una moto y batirse con sus rivales. "He decidido volver a la competición porque me resultaba muy difícil estar en casa viendo los Grandes Premios por televisión y tenía muchas ganas de volver; para Ducati, para mí y por todos los incondicionales" explicaba el piloto hace unas horas.
De esta cita mundialista, la penúltima del calendario, el '29' espera "ser rápido y competitivo". Además, ha manifestado que estará cruzando los dedos para obtener resultados positivos.