Poco a poco 2016 se va terminando, las horas se van descontando y la aparición de las luces y árboles navideños dejan un resultado por delante: el fin de una temporada para que en breve se ponga en marcha otra. Como no podía ser de otra manera, cuando una campaña baja su telón se debe hacer un balance, con las luces y sombras que ha deparado la temporada, y donde en las últimas posiciones del Mundial han aparecido pilotos que no han tenido ni mucho menos su mejor temporada, como es el caso de Tito Rabat, quien se estrenaba en la categoría reina. Tras un año de aprendizaje, en el que ha tenido momentos buenos y malos, el piloto barcelonés tiene ante sí en 2017 la oportunidad de dar un paso hacia delante para demostrar que reune las cualidades necesarias que le permitan ser un piloto puntero en MotoGP.

Puntos de confianza al principio

Abandonar la categoría de Moto2 sin conseguir conquistar el título para dar el salto a MotoGP es algo que no suele suceder habitualmente, pero en esta ocasión Tito Rabat ponía rumbo a la categoría reina tras haber sucumbido al poderío de Johann Zarco, teniendo por delante una ilusionante temporada de aprendizaje. Arrancar con buen pie nunca es fácil, menos aún cuando el primer Gran Premio de la temporada se disputa en el desierto de Qatar y con la noche presente, lo cual hacía que Tito tan solo fuera capaz de ser décimo quinto, obteniendo por ende un punto, que podría saber a poco, pero como comienzo era un buen punto de partida para el barcelonés. Las sensaciones continuarían siendo buenas para Rabat días después en el Gran Premio de Argentina, donde el español conseguiría el que a la postre sería su mejor resultado de toda la temporada, finalizando en la novena posición, un prometedor puesto propiciado por el sinfín de caídas que se producían en el Autódromo Internacional de Termas de Río Hondo, ganando así en confianza Tito al conseguir concluir la carrera.

Dos buenos resultados sería la catapulta para que Rabat en su tercera carrera como piloto de MotoGP consiguiera seguir en la senda de los puntos en el Gran Premio de Las Américas, donde era décimo tercero, concluyendo así la gira de carreras por América para volver de nuevo a Europa, encontrándose en el Gran Premio de España, disputado en Jerez, con su primera carrera sin conseguir terminar en los puntos, finalizando en décimo octava posición, un resultado que no lograba dar la vuelta en el Gran Premio de Francia, yéndose al suelo después de haber conseguido batallar con varios pilotos, disfrutando sobre la moto, pero encontrándose con un cero en su casillero. Los problemas aparecerían en el camino de Rabat en el Gran Premio de Italia, cuando el barcelonés se rompía la clavícula tras sufrir una caída en los terceros entrenamientos libres al irse al suelo en la curva 13, la Biondetti, dando volteretas en la grava, sin poder participar por tanto el domingo en la carrera.

Tras recuperarse de la lesión sufrida en Mugello, Rabat regresa a los puntos

Una vez consiguió superar la lesión sufrida en Mugello, Tito no tendría problemas para volver a subirse a su moto en el Gran Premio de Cataluña, cita en la que conseguiría volver a entrar en los puntos, finalizando la carrera en décimo cuarto lugar, el cual conseguiría mejorar días después en el Gran Premio de los Países Bajos, concluyendo en undécimo lugar para progresar a pasos agigantados en una temporada que marchaba viento en popa para el barcelonés dejando a un lado el traspiés en suelo italiano. Justo antes del parón veraniego Rabat comparecería en el Gran Premio de Alemania quedando a un paso de finalizar dentro de los puntos al tan solo poder ser décimo sexto, lo cual le dejaba deberes para las vacaciones. Tenía que continuar aprendiendo, pero con la mirada siempre en estar dentro de los quince primeros, lo cual le hizo llegar con más ganas e ilusión al Gran Premio de Austria, la única carrera de la temporada en la que corría en igualdad de condiciones con respecto a los demás pilotos al ser la primera vez que se corría dicha carrera, finalizando el piloto del Estrella Galicia 0,0 en décimo cuarta posición.

Complicado final

Sin duda los altibajos estaban a la orden del día para un Rabat que en el Gran Premio de la República Checa rozaría su mejor resultado de la temporada, quedando a tan solo un puesto de lograrlo al ser décimo. Dando un nuevo paso hacia detrás Tito en el Gran Premio de Gran Bretaña también terminaba en los puntos, pero tan solo llevándose uno, y dando un claro retroceso con respecto a los progresos obtenidos anteriormente, quedando a continuación en décimo séptimo lugar en el Gran Premio de San Marino, para que ya en el Gran Premio de Aragón el barcelonés no aprovechara el factor de correr en casa, cerca de los suyos, teniendo que terminar la carrera antes de tiempo al irse en suelo cuando peleaba por finalizar en los puntos, llevándose así una buena lección que aplicar en el futuro. 

Dejando a un lado las últimas carreras, el tríptico de carreras asiáticas y la cita valenciana de la última jornada eran las encargadas de cerrar la temporada y dar las notas finales para un Rabat que por el momento superaba el aprobado raspado. El Gran Premio de Japón sería la primera parada del viaje de Tito por Asia, finalizando en décimo cuarto lugar el barcelonés, para a continuación dar un nuevo paso atrás en el Gran Premio de Australia, quedando a un paso de los puntos al ser décimo sexto, un resultado que empeoraría aún más en el Gran Premio de Malasia, siendo décimo octava para llegar con más pena que gloria a la última carrera del año, en el Gran Premio de la Comunidad Valenciana, una cita que afrontaba el barcelonés con ilusión para terminar siendo décimo séptimo, en una discreta posición. 2016 fue un año de aprendizaje para Tito Rabat, que ahora en 2017 tendrá ante sí una prueba de fuego, la de confirmar la mejoría que tanto se espera de el, conociendo a fondo todas las carreras en la categoría reina.