Este fin de semana no fue nada bien para los de Ducati, pero especialmente para Jorge no tuvo nada bueno para recordar. Volvieron los problemas de los que se quejaba el mallorquín en los entrenos invernales de pretemporada y además se llevó un duro golpe en la tercera sesión libre.

"Somos fuertes en aceleración, en frenada y en mojado. Pero cuando hay que estar mucho tiempo inclinado sufrimos y tenemos muchos problemas de degradación. Nos faltaba tracción y nos costaba a la hora de girar", exponía Jorge. Parece que reaparecieron los demonios que le cegaban a principio de temporada cuando no conseguía adaptarse a la perfección a su nueva moto.

Tuvo tiempo para probar el famoso carenado de la fábrica italiana y teniendo presente que en Phillip Island al estar cerca de la costa tiene fuertes vientos, zanjó: “Con las alas pensaba tener más contacto con la rueda delantera. No sé si este carenado, con tanto viento puede ser algo positivo. Me ha costado más que en las últimas pistas”.

“Antes de la caída tampoco eramos competitivos”, decía el piloto balear. Al producirse la caída, pensó haberse roto la tibia, pero al final resultó ser un esguince en el tobillo que condujo a que llevara muletas por el circuito: “Al final es una distensión muy fuerte que me molesta al andar y un poco al ir en moto. La caída fue fea, sobre todo en la grava, donde empecé a dar vueltas muy fuertes y golpeándome Seguramente tendré que tomar algún calmante para poder salir a la carrera”.

Tras la carrera, finalizó en décimoquinta posición a 26 segundos del primer clasificado reflejando lo que le costó pilotar con la lesión sumando los problemas que tenía con la moto: "Ya me he olvidado de este fin de semana, ni siquiera tiene sentido recordarlo. Solo para ver qué podemos aplicar a la moto del año que viene, que debe mejorar mucho".