Apasionante duelo el vivido en Murrayfield entre dos selecciones con tendencias opuestas. Escocia se halla en pleno crecimiento como ya se demostró tanto en el Mundial 2015 como en el VI Naciones 2016. Tan solo un error arbitral impidió que el XV del Cardo se metiera en las semifinales de la máxima competición internacional, precisamente ante Australia. Es por ello por lo que este partido de la ventana de noviembre tenía un sabor de revancha, que al final no se pudo consumar.
Escocia sigue sin jugar bien los últimos minutos de los partidos igualados
Y es que aunque resulta palmario que Australia se haya en un momento de forma netamente mejorable, los oceánicos siguen ostentando ese aura ganadora que solo los grandes conjuntos poseen. Son capaces de ganar sin jugar bien y voltear situaciones en contra con contundencia y precisión. Estos intangibles son los que les salvaron de una derrota que habría sido merecida ante Escocia, sumiendo a Murrayfield en un estado profundo de depresión.
Australia sufrió hasta el final
El inicio fulgurante de Escocia vaticinaba un encuentro muy favorable para los locales, llevados en volandas por el públicas. El XV del Cardo salió desatado y logró ponerse con una ventaja nada desdeñable de 10-0, merced al acierto de Laidlaw en las patadas a palos y a un ensayo de Huw Jones, uno de los destacados del encuentro.
Huw Jones fue el jugador más destacado de Escocia
Daba la sensación de que Escocia podía dejar el partido casi sentenciado, a tenor de la falta de intensidad y precisión de los australianos, pero éstos fueron entrando en calor amparados por la falta de chispa de Escocia. Foley lideraba un equipo que logró ensayar por medio de Reece Hodge. Sin embargo, el XV del Cardo hizo otro ensayo que le permitió irse con ventaja de 17-10 al descanso, gracias a un inspirado Jones.
Escocia amplió su ventaja en los primeros compases de la segunda parte, y cuando parecía que lo tenía hecho, se relajó incomprensiblemente cometiendo errores infantiles en defensa. Fueron castigados por un Foley imperturbable en las patadas a palos que volvió a meter a Australia en el partido. La tensión se mascaba en Murrayfield y los viejos fantasmas se hicieron visibles cuando Kuridrani lograba infiltrarse en la defensa escocesa para lograr el ensayo definitivo. Cruel final para una Escocia que parece tener una maldición ante Australia, contra la que ha perdido los dos últimos encuentros y dando mejores sensaciones que los oceánicos.