Poco a poco 2016 se va terminando, las horas se van descontando y la aparición de las luces y árboles navideños dejan un resultado por delante: el fin de una temporada para que en breves e ponga en marcha otra. Como no podía ser de otra manera, cuando una campaña baja su telón se debe hacer un balance, con las luces y sombras que ha deparado la temporada, y donde por detrás del británico Andy Murray y el serbio Novak Djokovic han estado a un nivel estratosférico, quedando el canadiense Milos Raonic como el primer tenista de los mortales. Llegar al nivel que marcan los dos grandes dominadores de los importantes torneos del 2016 era complicado, pero Milos aceptó el resto y ha obtenido el mejor año de su carrera deportiva, disputando varias finales, y a pesar de tan solo conseguir alzar los brazos en Brisbane, la primera cita del curso, Raonic consiguió terminar en ni más ni menos que la tercera posición del ránking ATP, un resultado que le sabe a gloria siendo el 'primer mortal' en la lista.

Fabuloso comienzo de año que permitía soñar a Raonic

Los comienzos de temporada nunca son fáciles, los entrenamientos realizados durante el invierno se ponen a prueba y deben dar sus frutos en los primeros partidos del curso, por lo que el hecho de que Milos Raonic compareciera en Brisbane conquistando el título al derrotar a Roger Federer en la final por 6-4 y 6-4, el canadiense podía soñar con hacer grandes cosas en la temporada. Continuando por tierras oceánicas, Raonic ponía rumbo al primer Grand Slam del año, en el Open de Australia, donde el canadiense era capaz de llegar hasta las semifinales del torneo cayendo frente a Andy Murray por 6-4, 5-7, 7-6 (4), 4-6 y 2-6. La campaña del canadiense proseguían con una gira de Masters 1000 por Estados Unidos, donde en Indian Wells conseguía llegar hasta la gran final, cayendo frente a Novak Djokovic por 2-6 y 0-6, quedando Miami como el primer mal resultado de la temporada, y es que el canadiense no era capaz de continuar mostrando el nivel con el que había comenzado el año cayendo en cuartos de final frente a Nick Kyrgios por 4-6 y 6-7 (4).

Que la tierra batida no es la superficie preferida de Milos Raonic ha quedado demostrado con el paso de los años, y en este 2016 no sería ni mucho menos diferente. El Masters 1000 de Montecarlo era la primera tentativa sobre arcilla de Raonic en la presente temporada, saldándose esta con unos cuartos de final al perder contra Andy Murray por 2-6 y 0-6, obteniendo este mismo resultado días después en el Mutua Madrid Open, siendo en este caso Novak Djokovic el encargado de vencerle por 3-6 y 4-6. Peor le iría sin duda alguna en el Masters 1000 de Roma, donde Nick Kyrgios le superaba en segunda ronda por 6-7 (5) y 3-6, para que en Roland Garros fuera capaz de llegar hasta la cuarta ronda, donde Albert Ramos era el encargado de conseguir acabar con su aventura por 2-6, 4-6 y 4-6.

A un paso de la gloria sobre la hierba para que los Juegos Olímpicos no estuvieran en su calendario

Sin duda la gran superficie en la que encontraría su oasis de paz Raonic sería sobre la hierba del Aegon Championships de Londres, llegando hasta la final del torneo donde en su camino se cruzaba Andy Murray para derrotarle en la gran final por 7-6 (5), 4-6 y 3-6, para que en el tercer Grand Slam de la temporada, Wimbledon, el canadiense también consiguiera acceder hasta la última ronda del torneo, siendo de nuevo Andy Murray el encargado de derrotarle por 4-6, 6-7 (3) y 6-7 (2). Dos semanas y dos finales que no conseguía vencer, pero que le dejaban muy buenas sensaciones para afrontar la seunda parte de la campaña. Los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, gran cita tenística del 2016, no estarían dentro de la ruta de Raonic, que decidía no acudir a la ciudad brasileña por temor al 'Virus Zika'.

En el Masters 1000 de Toronto regresaría a las pistas Raonic en el mes de Julio, quedando apeado del torneo en los cuartos de final frente a Gael Monfils por 4-6 y 4-6. Mejor resultado conseguiría Milos en el Masters 1000 de Cincinnati, donde en semifinales Andy Murray se cruzaba en su camino para derrotarle por 3-6 y 3-6. El último Grand Slam del curso, el US Open, sería un auténtico fracaso para Raonic, cayendo en la segunda ronda del torneo americano ante Ryan Harrison por 7-6 (4), 5-7, 5-7 y 1-6. La aventura de Raonic en San Petersburgo duraría lo que dura un caramelo en la puerta de un colegio, y es que el canadiense perecía en ni más ni menos que su primer partido contra Mikhail Youzhny por 6-2, 6-7 (6) y 4-6. Poco a poco la temporada de Milos Raonic iba llegando a su fin, llegando hasta las semifinales del China Open, no pudiendo saltar a la pista entregando el triunfo a Grigor Dimitrov.

Dos semifinales  de nivel para concluir el curso

Su caída en la tercera ronda del Masters 1000 de Shanghai ante Jack Sock por 6-0, 4-6 y 6-7 (8), y su derrota en primera ronda de Basiléa frente a Ricardas Berankis por 6-3, 3-6 y 3-6, daban paso a sus dos últimos compromisos del curso: el Masters 1000 de París-Bercy y el Torneo de Maestros. Ya a finales de Octubre comparecería sobre la pista dura de París-Bercy, donde superaba a tres contincantes para no poder saltar a pista frente a Andy Murray. Su último compromiso del 2016 sería el Torneo de Maestros, donde en el 'Round Robin' conseguía superar a Gael Monfils por 6-3 y 6-4, teniendo que claudicar frente a Novak Djokovic por 6-7 (6) y 6-7 (5), para cerrar esta fase inicial imponiéndose a Dominic Thiem por 7-6 (5) y 6-3, accediendo así a las semifinales donde le esperaba el británico Andy Murray, pudiendo saltar esta vez al 02 Arena de Londes para que el tenista local demostrara su poderío venciéndole por 7-5, 6-7 (5) y 6-7 (9).