Con rostro serio. Así se mostró el suizo Roger Federer en la rueda de prensa de despedida de Miami, ya que quedó eliminado a las primeras de cambio del segundo Masters 1000 de la temporada frente a Thanasi Kokkinakkis, perdiendo así el número uno del mundo, que lo revalidará el español Rafa Nadal el próximo dos de abril. En esa rueda de prensa contó, entre otras cosas, que, por segundo año consecutivo, no jugará ningún torneo sobre tierra batida y, por tanto, no disputará el segundo Grand Slam del año, Roland Garros.

Confirmaba la noticia el suizo después de que un periodista le preguntara sobre si ya sabía si iba a jugar la gira europea de tierra batida, ya que el propio Roger dijo que después de Miami decidiría qué hacer esta temporada. Y su respuesta fue tajante. "Yo ya lo he decidido. No voy a jugar ningún torneo en tierra, incluido Roland Garros". Por tanto, un año más en el que ni Montecarlo, ni Madrid, ni Roma ni el major parisino podrán disfrutar del, considerado, el mejor jugador de la historia y que, seguramente, por la edad que tiene (36 años), no lo vuelvan a ver en sus pistas, por el riesgo que ello conlleva para Roger el jugar sobre tierra batida para sus rodillas y espalda.

Esta decisión del suizo significa que volverá a prepararse de la mejor forma posible de cara a su etapa favorita del año, como es la gira de hierba, donde defiende los títulos cosechados el año pasado en Halle y Wimbledon y donde querrá repetir éxito esta temporada 2018. Ahora Federer descansará después de una primera parte del año notable, donde consiguió su título número 20 de Grand Slam en Australia, título en Rotterdam, final en Indian Wells y segunda ronda en Miami. Habrá que esperar tres meses para volver a ver al "Maestro" en acción sobre una pista de tenis, para verlo jugar en el jardín de su casa.