Fue el penúltimo en obtener su plaza pero Marin Cilic se presenta a las ATP World Tour Finals de Londres como el gran "tapado" del último torneo ATP de la temporada que reúne en la capital británica a los ocho mejores tenistas del mundo. El croata viene además, en un gran estado de forma tras levantar el ATP 500 de Basilea (Suiza) y de derrotar al serbio Novak Djokovic en el reciente Masters 1000 de París-Bercy. Todo esto hace de Cilic un jugador muy a tener en cuenta en la que será su segunda participación en Londres, tras la de 2014 en la que el tenista de Medjugorge pagó la novatada al caer en los tres encuentros de la fase de grupos.

Luces y sombras en el inicio de la temporada

Cierto es que su comienzo de temporada no fue el esperado. En el primer Grand Slam del año, el Open de Australia, Cilic se vio sorprendido por un gran Roberto Bautista que le venció por la vía rápida en la tercera ronda. Su primera final del año fue en el ATP 250 de Marsella en la que claudicó ante el australiano Nick Kyrgios, también en sets corridos. 

Marin Cilic en Abierto de Australia 2016. Foto: australianopen.org
Marin Cilic en Abierto de Australia 2016. Foto: australianopen.org

El balance de Marin Cilic en lo que llevamos de año es de 47 victorias por 21 derrotas​La inestabilidad fue la tónica en el juego del croata durante esta primera parte del año, combinando buenos resultados como el de Marsella con derrotas tempraneras como en el ATP 500 de Acapulco o en el Masters 1000 de Miami. Entre medias alcanzó los cuartos de final en Indian Wells, cayendo ante el belga David Goffin.

A esta inconsistencia se le sumó una inoportuna lesión de rodilla que le hizo perderse prácticamente toda la gira de tierra, incluidos los Masters 1000 de Madrid y Roma. Ya recuperado y en busca de adaptación de cara a Roland Garros, Cilic acudió al ATP 250 de Ginebra (Suiza) en el cual consiguió llegar a la final, siendo batido en la misma por el favorito del público y principal cabeza de serie, Stan Wawrinka

Parecía que con ese buen resultado en tierras suizas Cilic encararía el segundo grande del año con optimismo pero en París su irregularidad volvió a quedar patente al caer a las primeras de cambio contra el argentino Marco Trungelliti, actual número 145 del mundo, pero contra el que cedió en cuatro sets. 

Cilic devuelve una pelota durante el torneo de Marsella. Foto: zimbio.com
Cilic devuelve una pelota durante el torneo de Marsella. Foto: zimbio.com

Decepción en Wimbledon y primer Masters 1000 en Cincinnati

Tras el varapalo en Roland Garros, llegó la hierba y Cilic recuperó sensaciones en la superficie más adecuada a su juego. En el ATP 500 de Queen´s el croata realizó un buen torneo y sólo se vio frenado en las semifinales por el número dos del mundo y posterior vencedor, el ídolo local Andy Murray. Este buen resultado le hizo encarar con confianza Wimbledon, un torneo en el que había alcanzado los cuartos de final en las dos anteriores ediciones. 

Cilic tiene un récord de 16 victorias por cinco derrotas en los torneos disputados bajo techo en la actual temporada​También este año llegó a dicha ronda, en la que le esperaba un tal Roger Federer. Este partido fue una prueba más del en ocasiones frágil carácter del croata. Cilic desaprovechó un ventaja de dos sets a cero y tres bolas de partido para acabar sucumbiendo en el quinto y definitivo set. La decepción por esta dura derrota quedó patente en la moral del croata que una semana después volvió a dejar escapar una ventaja similar en su partido de Copa Davis ante el estadounidense Jack Sock. Sin embargo, el campeón del US Open 2014 supo rehacerse y condujo a su país a una increíble remontada al vencer a John Isner en el duelo de números uno. 

Pero la inconsistencia seguía marcando los resultados del croata. En Toronto cayó ante su compatriota Ivo Karlovic en su primer partido mientras que en los Juegos Olímpicos de Río 2016 su verdugo fue Gael Monfils en los octavos de final. Sin embargo Cilic aprovechó la resaca de la cita olímpica para encumbrarse a lo más alto en el Masters 1000 de Cincinnati, el primero y único título de esta categoría que ostenta el croata hasta el momento. El servicio y la derecha le funcionaron a la perfección y en la final pudo desquitarse ante el reciente campeón olímpico, el escocés Andy Murray, al que derrotó con gran autoridad por 6-4 y 7-5.

Marin Cilic posa sonriente con su trofeo de Cincinnati. Foto: zimbio.com
Marin Cilic posa sonriente con su trofeo de Cincinnati. Foto: zimbio.com

Batacazo en Nueva York pero gloria con Croacia

Pero ni siquiera un título de tan envergadura como el de Cincinnati consiguió que Cilic lograra algo de regularidad en su juego. Algo que volvió a quedar demostrado en el último Grand Slam de la temporada, el US Open, torneo que ya levantó hace dos años pero que en esta ocasión fue muy amargo para él. En tercera ronda el jugador local Jack Sock demostró que le tenía tomada la medida y le despidió en una prematura tercera ronda. 

En agosto Cilic anunció al sueco Jonas Bjorkman como su nuevo entrenador​Pero con la ayuda de su nuevo entrenador, el sueco Jonas Bjorkman, Cilic ha conseguido lo que parecía casi imposible: regularidad y ser consistente torneo tras torneo, empezando por la victoria ante Richard Gasquet en las semifinales de la Copa Davis, un triunfo con el que cerraría la eliminatoria y que conduce once años después al equipo croata a la final de la Copa Davis. Dicha final será en suelo croata y contra la siempre peligrosa Argentina

Este logro dio la confianza necesaria a Cilic para poder lograr una de las plazas para la Copa de Maestros. Un billete que ha logrado matemáticamente la semana pasada en París-Bercy gracias a buenos resultados como las semifinales en Tokio pero sobre todo al lograr el ATP 500 de Basilea derrotando en la final al japonés Kei Nishikori. El colofón tuvo lugar en los cuartos de final del último Masters 1000 del año, París-Bercy, en el que el croata celebró su clasificación para Londres derrotando por vez primera al serbio Novak Djokovic

Marin Cilic besa su trofeo de campeón en Basilea. Foto: zimbio.com
Marin Cilic besa su trofeo de campeón en Basilea. Foto: zimbio.com

Aprendida la lección, aspira a todo en Londres

Hace dos años Marin Cilic hizo su debut en las ATP World Tour Finals. Gracias a su condición de campeón de Grand Slam, el actual número siete del mundo no necesito meterse entre los ocho primeros para lograr su billete, algo que acabó pasándole factura ya que llegó a la cita de maestros con muy poco ritmo de competición. El croata quedó encuadrado en un durísimo grupo con Novak DjokovicStan Wawrinka y Tomas Berdych. Cilic pagó cara su inexperiencia y cedió en los tres partidos. En los dos primeros, ante Djokovic y Berdych, respectivamente, perdió de manera contundente al hacer solamente seis juegos en el total de ambos partidos. Ya eliminado dio la cara ante Wawrinka pero terminó cediendo en tres mangas.

Cilic durante su partido ante Novak Djokovic en las ATP World Tour Finals 2014. Foto: zimbio.com
Cilic durante su partido ante Novak Djokovic en las ATP World Tour Finals 2014. Foto: zimbio.com

Ahora la situación ha cambiado. Cilic llega con más experiencia y en un gran estado de forma, probablemente sólo superado por el de Andy Murray. Además, su excelente desempeño en pistas bajo techo unido a su tremendo potencial le convierten en un jugador muy peligroso, porque si tiene el día Marin Cilic puede vencer a cualquiera. El contrapunto es que también puede ser presa de su irregularidad y de ceder ante cualquier rival.