Poco a poco 2016 se va terminando, las horas se van descontando y la aparición de las luces y árboles navideños dejan un resultado por delante: el fin de una temporada para que en breve se ponga en marcha otra. Como no podía ser de otra manera, cuando una campaña baja su telón se debe hacer un balance, con las luces y sombras que ha deparado la temporada, y donde por detrás del británico Andy Murray y el serbio Novak Djokovic, que han estado a un nivel estratosférico, han aparecido otros tenistas encargados de hacerse con el resto de torneos. A pesar de todo, las luces y sombras son típicas en el mundo del tenis, y en este caso Tomas Berdych ha sufrido un claro bajón con respecto a la pasada temporada, cayendo hasta la décima posición del ránking ATP, un lugar muy por debajo de lo que en un primer momento se podría haber esperado el checo, quien en 2017 buscará resurgir de sus cenizas para volver a triunfar entre las mejores raquetas del mundo.

Irregular comienzo de campaña sin resultados claros

Los comienzos de temporada nunca son fáciles, los entrenamientos realizados se ponen a prueba y dar el nivel esperado es algo que muy pocos consiguen, por lo que la campaña de Berdych comenzaba en el Qatar ExxonMobil Open, torneo en el que llegaba hasta las semifinales, ronda en la que no podía superar a Novak Djokovic, cayendo por 3-6 y 6-7 (3). Las sensaciones en suelo qatarí no eran malas, pero debían ponerse a prueba en la primera gran prueba del 2016, el Open de Australia, cita en la que Tomas tan solo era capaz de llegar hasta cuartos de final al cruzarse en su camino Roger Federer, quien le vencía por 6-7 (4), 2-6 y 4-6, continuando su campaña en el ATP 250 Marsella donde llegaba hasta la penúltima ronda del torneo, perdiendo frente a Nick Kyrgios por 4-6 y 2-6. En el Dubai Duty Free Tennis Championships continuaba coqueteando con las últimas rondas, cayendo en cuartos de final de nuevo contra Nick Kyrgios, quien le vencía por 4-6 y 4-6.

Los problemas aparecerían en el camino del checo en la Copa Davis, donde defendiendo los colores de su país ganaba al alemán Alexander Zverev por 7-6 (6), 1-6, 4-6, 7-6 (5) y 6-4, para que en el siguiente punto de la eliminatoria, contra Philipp Kohlschreiber se vería obligado a retirarse cuando caía por 3-6 y 5-7. La aparición de los Masters 1000 americanos, con Indian Wells como primer plato, serían un nuevo fiasco para Berdych, que caía en cuarta ronda contra Milos Raonic por 4-6 y 6-7 (2), no mejorando en absoluto la situación en Miami, donde el checo llegaba hasta los cuartos de final, pereciendo en su camino frente a Novak Djokovic por 3-6 y 3-6.

La tierra batida y la hierba no encauzan la temporada de Berdych, encasillado en sus errores

Tocaba mejorar, la temporada no iba por el camino que hubiera esperado Tomas Berdych, y la tierra batida no se convertiría en un aliado, sino en un enemigo. En el Masters 1000 de Montecarlo el checo sería eliminado a las primeras de cambio, en segunda ronda, ante Damir Dzumhur por 4-6, 7-6 (1) y 3-6, para que en el Mutua Madrid Open Berdych sucumbiera ante el poderío de Andy Murray por 3-6 y 2-6. En el Masters 1000 de Roma terminaría siendo barrido de la pista contra David Goffin por un avergonzante 0-6 y 0-6, para que en Roland Garros, segundo Grand Slam de la campaña, el checo llegaría hasta cuartos de final, pereciendo contra Novak Djokovic por 3-6, 5-7 y 3-6. El rumbo giraba nuevamente, la llegada de la hierba debería ser un estímulo que encauzara el camino de Berdych, pero en el Gerry Weber Open se iría a casa en primera ronda, donde Marcos Baghdatis le derrotaba por 6-7 (3) y 6-7 (4), dejando a un lado las malas sensaciones en Wimbledon, donde quedaba a un paso de la final, cayendo en semifinales contra Andy Murray por 3-6, 3-6 y 3-6.

El Masters 1000 de Toronto implicaría un nuevo fracaso para el checo, que caía en cuartos de final frente a Novak Djokovic por 6-7 (4) y 4-6, para que Berdych tomara la siempre complicada decisión de no acudir a los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, prosiguiendo su temporada en el Masters 1000 de Cincinnati, donde las buenas sensaciones no aparecían, al perder el checo en tercera ronda contra Marin Cilic por 3-6, 6-4 y 4-6. En el ATP 250 de San Petersburgo caería en semifinales frente a Alexander Zverev por 4-6 y 4-6, consiguiendo llegar a la gloria en Shenzen, donde en la gran final se deshacía de Richard Gasquet por 7-6 (5), 6-7 (2) y 6-3 para conquistar el título.

Sus derrotas en primera ronda de Japón contra Gilles Muller por 6-7 (1) y 1-6, y en el Masters 1000 de Shanghai en segunda ronda contra Marcel Granollers por 6-7 (4) y 6-7 (1), le harían tocar fondo, pero en sus últimos compromisos de la temporada, en el ATP 500 de Viena, no mejoraría sus últimos resultados, al caer en primera ronda contra Nikoloz Basilashvili por 4-6, 7-6 (5) y 5-7, mientras que en el Masters 1000 de París-Bercy, el checo se despediría del torneo en cuartos de final, donde Andy Murray le derrotaba por 6-7 (9) y 5-7. En definitiva, una temporada muy por debajo de lo que se podría haber esperado del checo, que termina con una décima posición en el ránking ATP, contando con treinta y nueve triunfos y veinte derrotas, habiendo sido capaz de alzar un único título en la temporada, en Shenzen. Mucho que mejorar por delante en el 2017.