El partido que todos quieren ver a sabiendas de lo malo que puede llegar a ser. Y es que las particularidades de la Liga MX hacen que la fecha inaugural sea tan desabrida como esperada, más siendo un torneo de Apertura. La ironía de la expectación por partidos usualmente deslucidos es el sello de distinción de nuestro futbol.

Abrir el torneo en casa siempre es grato, esa es una gran verdad, y si a eso se le añade recibir a un equipo con la convocatoria del Cruz Azul, esa verdad es incontestable. El Estadio Victoria siempre recibe con gusto a los equipos más populares de la liga: tan es así que los hace sentir como en su casa, y aunque ‘La Máquina’ no es precisamente uno de los más seguidos en el Bajío, su afición se hizo escuchar fuerte y claro en el ‘Coloso de la Héroes’.

La clásica hospitalidad de la buena gente de Aguascalientes se vio sorpresivamente reforzada por la lluvia: de ser un buen augurio para la aparición de rayos y centellas pasó a ser un catalizador del azul en la tribuna, pues los precavidos aficionados (que no fueron pocos) llevaron impermeables para no mojarse, con el pequeño detalle de que todos ellos eran azules, situación que pintó aún más de celeste la grada del Victoria.

El partido, francamente feo y, por lo tanto, el desempeño del Necaxa, también: Aguascalientes, lluvioso y Memo Vázquez, dando indicaciones de pie en su área técnica desde el primer tiempo. En la grada, por otro lado, había ambiente: los gritos, las rechiflas y las mentadas de madre, lo usual, con la salvedad de que todo eso estaba dirigido hacia el Necaxa, confirmando, una vez más, que es el eterno visitante. La reacción por el penal espantosamente fallado por Salas se habría escuchado igual en el Estadio Azteca, para no ir tan lejos.

Pero no todo fue a favor de los capitalinos: si la lluvia no ayudó a los ‘Rayos’, el VAR no lo hizo con los azules. Si bien las jugadas consultadas (un penal y un gol en el remate de un penal) fueron bien anuladas, revertir la emoción de gritar un gol cala más que noventa minutos bajo el agua, tenga uno impermeable azul o no. Esta noche el necaxista no podrá quejarse del arbitraje, una pequeña victoria, algo es algo.

Jornada 1, el juego que se sabe malo, pero se ansía ver. El rey del empate regresó a reclamar su lugar en la Liga MX y el Necaxa del semestre pasado quedó en un lindo recuerdo solamente. La lluvia aguascalentense enfrió el ánimo de todos los asistentes a la cancha, dentro y fuera de ella; Cruz Azul no pudo repetir la dosis de la Supercopa MX y los ‘Electricistas’ tampoco pudieron brindar un buen juego a los, otra vez, siempre, pocos aficionados que esperaron todo el verano para verlos de nuevo en acción.

Todo esto es explicable, sí, mas no justificable. El parado de Guillermo Vázquez evidentemente no fue suficiente, pero aún falta integrar el equipo en pleno, hay que decirlo, porque elementos como Gallegos y Baeza aún no alinean y lo más seguro será que no dejen la titularidad en cuanto estén en condiciones de jugar. Paciencia, es Jornada 1, y aunque el mal sabor de boca no se va a quitar de todos modos, ¿de verdad alguien esperaba un juego como los del Clausura 2019?

La próxima semana, Necaxa enfrentará a los Pumas de la Autónoma de México. Será una buena oportunidad para mostrar mejorías palpables o para ser exhibido por un equipo que hizo una semana gratis de pretemporada.

La moneda sigue en el aire para los de Aguascalientes.