Las dificultades para Pumas de la UNAM ahora se están reduciendo a una sola cosa: ganar. Este domingo, los dirigidos por Andrés Lillini empataron a un gol ante Rayados de Monterrey en un juego trabado para los locales y que los foraneos estuvieron atrás durante la mayor parte del encuentro.

Y la afición sigue llenando el Estadio Olímpico Universitario ante la presencia de Dani Alves en la plantilla. Las largas filas y las tribunas llenas fueron otra vez las escenas entrañables de un efecto que ha traído el brasileño fuera de la cancha. Y dentro, el ex FC Barcelona volvió a ser titular, a pesar de que las condiciones fueron muy diferentes a las del miércoles contra Mazatlán FC .

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El partido comenzó movido para los universitarios. Primero porque Gallardo le ganaba todas las ofensivas a Pablo Bennevendo y algunas llegadas fueron mucho más importantes ante la cabaña de Julio González. La ofensiva puma todavía no se podía acoplar, a pesar de la gran experiencia de Salvio, Dinneno y del Prete.

Un caparazón que no se abría

Fue hasta el 44' que Juan Ignacio puede botarse al filo del área y retrasa para que Jerónimo Rodríguez lanzara un trallazo que no pudo detener el arquero regiomontano y se abrió el marcador de una manera sorpresiva pero interesante.

Aunque esta alegría duro muy poco, pues al 45+2', una falta fuera del área llevó a un centro que Freire peinó y se estrelló en el palo izquierdo de González para después entrar de manera fortuita. El empate sabía a un golpe doloroso para los auriazules.

La segunda mitad fue todo un concierto para los capitalinos. Fueron los que mandaron dentro del terreno de juego e, incluso, lograron anotar en un tiro de esquina con dos desvíos, pero en la revisión del VAR se vió que Dinenno estaba adelantado, por lo que no contó en el marcador.

La altura, el calor y el desgaste fueron los que consumieron los últimos minutos, los que llevaron a que los unamitas volvieran a tener un empate. Son los únicos invictos del torneo, pero dejaron escapar cuatro puntos en casa y siguen con una empatitis, que los deja a la deriva. Ahora tendrán un viaje a Barcelona, donde la realidad tendrá que ser otra para hacer brillar al equipo en tierras extranjeras.