Una etapa marcada por las cotas de montaña, un tercera, dos segundas y la traca final con dos ascensiones de primera con mucha dureza por el porcentaje que harían mella en la condición física de cada uno de los ciclistas que aguantan en el pelotón internacional.
Muchos intereses en juego, la general por un lado, la victoria de etapa y la resistencia para no quedar cortado en el fuera de control y decir adiós a una carrera muy exigente de tres semanas. No se formaba una fuga considerable hasta que en el segundo puerto marcaban un minuto de diferencia.
El sueño de Thibaut Pinot
El ciclista francés de 33 años dice adiós al ciclismo profesional y cuelga las botas en el Groupama FDJ después de tantos años. La razón se debe al trabajo diario para tener una condición física envidiable para estar a la altura de la condición física del resto del pelotón.
Una puerta que no está cerrada del todo pero que confirma que sus planes están marcando su retiro. Estaba en su zona, en su tierra con un recibimiento masivo de aficionados que lo querían ver ganar la última etapa al estilo Alberto Contador en el temido Anglirú.
Al final marcaba distancia con el trabajo de su compañero Valentin Madouas, para dejar atrás a Warren Barguil, Tomas Pidcock y Rigoberto Urán, varios compañeros de fuga desde que se formaba un grupo reducido de corredores en el que estaba Ion Izaguirre.
Tras acabar la ascensión y dar comienzo al peligroso descenso se ponía en marcha una persecución con un reagrupamiento de los tres hombres de cabeza. A la vez desde el pelotón se lanzaba el primer ataque de Tadej Pogacar en busca de la etapa.
Nuevo duelo entre estrellas
El marcaje del líder de la carrera muestra una dura imagen de debilidad, no paraba de seguir la rueda y de mirar de forma constante a su rival para ganar la etapa. Porque ya tiene muy lejos la victoria del Tour de Francia al estar a más de siete minutos de diferencia en la general de favoritos.
Con Felix Gall tirando de ambos, llegaban al terceto cabecero que iba cayendo como una fruta madura. Se quedaban solos y por detrás llegaban los hermanos Yates para comenzar a pensar en la victoria de etapa. Tadej Pogacar solo pensaba en la victoria de etapa y no en sacar diferencias a su máximo rival.
En el duelo final entre ambos se imponía la punta de velocidad del ciclista esloveno que fue más potente para cruzar la línea de meta y así llevarse una pequeña alegría en una condición tan mala en el ámbito moral. Una nueva victoria, sumando 11 en el Tour.
Jonas Vingegaard llegaba en el grupo de favoritos sin mostrar ningún momento de debilidad real en la carrera y confirma las buenas sensaciones. No tenía problemas físicos ni caídas y confirma un dominio de dos años que puede ser en el futuro, dinastía. El tiempo dirá quién gana más tours entre ambos ciclistas.
La baza española
En la dura cota final, Carlos Rodríguez, mostraba la debilidad de una dura caída en un descenso al inicio de la etapa que le costaba graves heridas a Sepp Kuss que lo seguía a rueda. Con graves heridas y chorros de sangre ostensibles saliendo de sus heridas, era un milagro pensar que llegase con los favoritos.
Un duro trabajo para reconectar con cabeza y ceder tiempo ante su máximo rival, Simon Yates, que le recortaba los 18 segundos de diferencia para colocarse cuarto y bajar el corredor andaluz a la quinta posición. Se le ha hecho larga la tercera semana y tendrá que recuperarse de la dura caída en el Tour.
Pello Bilbao no podía recortar tiempo pero confirma sus grandes sensaciones físicas y termina sexto en la clasificación general. Sumado al primer puesto en la general de equipos se van con tres victorias de estapa y con una moral renovada al homenajear al ciclista fallecido en el Tour de Polonia, Gino Mader. Mañana la última etapa y cierre de la 110º edición del Tour de Francia.