El Villarreal afrontaba la eliminatoria como una oportunidad de demostrar que había llegado un cambio con Marcelino y que el equipo es competitivo, pero un Marsella iluminado les frenó en seco con una goleada que deja al club groguet con pie y medio fuera de la UEFA Europa League.
El submarino vivió un calvario en un día en el que todo le salía mal, mientras su rival tenía un partido inmaculado. El equipo se vió sobrepasado durante todo el encuentro y la sensación fue de que los jugadores no tenían nada más para reaccionar.
Marcelino quería servir su venganza a la afición de Marsella, pero el reto ha sido mayúsculo y los castellonenses han estado sin ideas todo el choque. La vuelta quedará para soñar con una remontada histórica en competiciones europeas.
Primer tiempo para olvidar
El bache defensivo del Villarreal parecía estar salvado, pero en el Velodrome las carencias se han dejado ver de nuevo. Con una defensa lejos del nivel esperado y que venía siendo consistente en los últimos partidos, el submarino se ha hundido en una eliminatoria que queda casi resuelta.
El equipo francés se adelantaba en el minuto 23 con un gol de Veretout que remataba solo ante Reina. Cinco minutos después Mosquera introducía el balón en su propia puerta, y un penalti antes del descanso asestaba el golpe definitivo a un Villarreal que estuvo irreconocible durante todo el partido.
Aubameyang y sus secuaces
Si algo demuestra el fútbol es que la calidad nunca se pierde. Pierre-Emerick Aubameyang le ha demostrado al Villarreal que es el máximo goleador histórico de la Europa League por algo. El jugador gabonés anotó el 3-0 de penalti, y en la segunda mitad anotó el cuarto gol con una vaselina mágica.
Su actuación estuvo arropada por la de todo el equipo que rindió a un nivel espectacular. Acompañaron al delantero en ataque Ndiaye y Sarra, que junto a ‘Auba’ fueron indescifrables para la defensa amarilla durante todo el partido. La línea ofensiva sumada a una defensa infranqueable, un centro del campo rocoso y la finura de Amine Harit, crearon un escenario propicio para una goleada histórica.
Reacción mínima tras el descanso
Tras un primer tiempo para olvidar, Marcelino daba entrada a tres cambios para redirigir el partido. Saltaban al terreno de juego Alberto Moreno, Dani Parejo y Alexander Sorloth en busca de un imposible. La reacción iba a ser mínima.
El equipo amarillo salía del paso por vestuarios con una marcha más, pero no se vio reflejada en el marcador. El esfuerzo no se vió recompensado, salvo para el equipo que seguía en modo apisonadora. El Olympique anotaba el cuarto gol con una genialidad de Aubameyang, y minutos después Alberto Moreno veía la segunda amarilla y dejaba al Villarreal con uno menos.
Un Marsella casi perfecto
El entrenador marsellés, Jean-Louis Gasset, habría imaginado muchas formas de llegar al descanso con vida, pero llegar con diferencia de tres al medio tiempo no entraba en ninguno de los planes. Su equipo lograba en cada llegada generar peligro en la meta de Pepe Reina, y hacía temblar la defensa en cada ataque que superaba la línea divisoria.
Línea por línea el equipo estuvo a un nivel perfecto, y la única excepción pueden ser los primeros cinco minutos de la segunda mitad en la que el Villarreal logró encadenar varios ataque con peligro pero sin convertir ningún tanto.
Defensa de circunstancias
En un partido de máximo nivel, bajas como las de Juan Foyth o Raúl Albiol son muy significativas. Tanto que el submarino salió al partido con una defensa formada por cuatro centrales: Yerson Mosquera y Eric Bailly en el centro de la zaga, y reconvertidos en laterales, Jorge Cuenca por la izquierda y Aissa Mandi por la derecha.
Tras el descanso, y con la entrada de Alberto Moreno, ocupando su posición natural como lateral izquierdo, la defensa grogueta quedó con Cuenca y Bailly en el centro y Mosquera pasó al lateral derecho.
Esta defensa no iba a durar mucho por la rápida expulsión de Alberto Moreno que hacía que Guedes tuviera que ayudar en la banda izquierda y quedaba así muy lejos de las zonas donde es más efectivo. El conjunto francés optó en la segunda parte por mantener el control del juego y se encargó de que no pasarán cosas que pudieran dar cualquier tipo de esperanza para la vuelta.
Salida difícil en liga
El resultado del partido mancha la buena racha de los de Marcelino que llevaban siete partidos sin conocer la derrota, incluyendo las goleadas a Real Sociedad y Granada. El duro resultado no debe mermar la moral del equipo, que este domingo tiene que afrontar otra salida compleja, nada más y nada menos que al Benito Villamarín.
Con el equipo en la zona media de la liga y con la clasificación a cuartos en Europa casi imposible, el dilema de Marcelino estará en el once que saca este fin de semana, con rotaciones para salir a tumba abierta en la vuelta ante el Marsella, o con el equipo de gala para dejar claro que aún estando lejos, quieren llegar a la pelea por Europa en la clasificación de LaLiga.