Sobraron una parte y varios minutos de la otra. Ponferradina y Racing apenas inquietaron en gran parte del encuentro y se dedicaron a jugar de forma horizontal ante la imposibilidad de romper líneas rivales. Las pocas veces que superaban las defensas, se plantaban ante los guardametas, que casi se quedan congelados en la primera mitad. Andy, con una buena definición tras un largo desmarque, puso con ventaja a la Ponferradina pero Mariano, con un preciso y portentoso remate de cabeza, sorprendió a Kepa y a Alberto Aguilar para hacer la igualada.
Soporífera monotonía
Poco ritmo, quizás debido al frío que invadía Ponferrada, para iniciar el partido. Ambos equipos procuraban tener el esférico para crear peligro y se replegaban para contener las acometidas rivales. Ello provocó una monótona primera parte en la que ningún conjunto creó excesivo peligro. Tan solo la fuerza de las torres de iluminación de El Toralín mantenía despiertos a los aficionados y a ambos guardametas.
El portero visitante Mario Fernández, pese a no haber participado más que de soporte en el ataque iniciado por sus defensas, tuvo que reaccionar para no verse sorprendido por Óscar Ramírez. El lateral, en su intento de centrar en busca de un remate, encontró portería y el espigado '1' racinguista tuvo que esforzarse para desviar el balón.
Pronto respondió el equipo de Paco Fernández, con una jugada de su mejor jugador ante la ausencia de Koné, Miguélez, quien caracoleó en el borde del área y disparo manso a los guantes del debutante Kepa Arrizabalaga. Sin tensión, sin poder de sorprender y con mucho miedo a fallar se mostraron en el resto de la primera mitad.
Reacción berciana
La vuelta de los vestuarios tras al descanso demostró que la charla recibida por los jugadores locales fue más efectiva que la dada por Paco Fernández a los suyos. Manolo Díaz consiguió más mordiente en sus futbolistas más habilidosos y adelantó, dando un poco más de libertad a Andy.
Precisamente el mediocentro, en una llegada desde segunda línea sorprendiendo a la zaga racinguista abrió el marcador. Yuri bajó unos metros para recibir libre de marca, le dejaron girar y vio la entrada de Andy. Samuel se quedó en tierra de nadie y Juanpe dudó si seguir al centrocampista o marcar a Berrocal. Al final la duda salió cara y el brasileño conectó con el andaluz que superó cruzando su disparo a Mario.
Cambio de marcador y movimiento en los banquillos. El primero en mover piezas fue Manolo Díaz, quien dio entrada a Pablo Infante por Tete, muy desafortunado en su oportunidad como titular. La posterior entrada de Rubén Sobrino dotó de más movilidad ofensiva a la Ponferradina que gozó de alguna ocasión, mediante disparos lejanos o centros-chut sin rematador, para cerrar el partido. No lo hizo y lo acabó pagando.
Un Racing peleón hasta el final
No fue el mejor partido de los hombres de Paco Fernández pero la garra que mostraron, el nunca dejarse llevar, le valió un punto. Lo consiguió con un gran remate cayéndose de Mariano. Rubén Durán recogió un balón en la esquina izquierda del área de Kepa, colgó mansamente el esférico y el delantero, adelantándose a Alberto Aguilar, cruzó fuera del alcance del prometedor portero su remate. El tesón dio un empate al Racing ante el poco acierto de Pablo Infante o Sobrino en las jugadas que tuvieron.
Sin poder de reacción, puesto que el gol llegó en el tiempo de prolongación, encaminó la Deportiva un partido más sin salir derrotado en El Toralín, pero con la sensación de que podía haber conseguido los tres puntos. El Racing, sin Koné, sigue en puestos de descenso, a un punto del Barcelona B. La Ponferradina, continúa en sexta posición pero con el Mirandés igualado a puntos.