Como se diría en inglés: Rockets is Harden, y no es porque quede con forma de elegancia sino porque el jugador James Harden es el motor de unos Houston que con ayuda de Eric Gordon y PJ Tucker hacen de una ofensiva intratable. El “barba negra” antes de los cinco minutos del segundo cuarto ya había cosechado 17 puntos en donde tenía 3 de 6 en triples, a lo cual al final de la noche llegó a marcar un triple-doble con un total de 32 puntos, 13 rebotes y 10 asistencias.
Sin dudas Utah no pudo contener su defensa, la cual fue desregulada y estuvo pernoctada, para detener a un Harden y compañía en donde no lo jugaban al ritmo musical del Jazz, sino que proponían sus propios pasos de baile en donde podían anotar desde cualquier perímetro, hasta en la pintura; pero acabarían la primera mitad a puro triple entre todo debido a que el elenco rojo marcó 6 de 13 tiros de tres puntos, en cuanto los Jazz solo uno de 14 oportunidades, por lo que le permitió ir a el descanso largo con un marcador de 70-44.
Sin lugar a dudas los dos primeros cuartos fueron geniales en el juego de los Houston, en donde estamparon la divergencia de 20 unidades, en donde también obtuvo la mayor ventaja de 26 puntos en el segundo cuarto. Para el retorno del partido, el tercer capítulo tuvo algo similar al anterior y es que por momento los Rockets mermaban su ritmo, pero no significó la falta de imprecisión, lo cual Utah sabía “aprovechar” a paso lento, y aún más cuando Harden pasa al lado del banquillo.
Pese a la tranquilidad de Utah para anotar de la mano de Ricky Rubio y de Royce O’Neale, quienes finiquitaron con 17 unidades, no fue lo suficiente claro como para desnivelar la defensiva de los rojos, ni la ofensiva, en donde en los últimos minutos fue capitalizado por Chris Paul, quien también fue una gran compañía para el MVP de la jornada, en donde registró 17 tantos.
Para el último tramo del encuentro todo estaba dicho, solo fue un monólogo de los de Houston en donde mantuvieron la preeminencia de 20 puntos, teniendo como clave las asistencias de Harden como cuando se topó con un Kenneth Faried abierto, que cesó con una clavada para hacer el 107-87. Para acto seguido dejar que se desvaneciera el reloj en retroceso y finiquitar el partido por la diferencia inicial (20 puntos) 118-98.
Ahora el próximo juego (Nº 3) será el día sábado, para luego en el cuarto game jugarlo en la casa de los Jazz.