El partido que acaba de ganar Boca es de 6 puntos. Sí, porque Newell's y San Lorenzo, sus perseguidores más cercanos, habían triunfado en sus partidos sabatinos y le metían presión al elenco de la Ribera.

En medio de una semana plagada​ de sucesos futbolísticos (lesión grave de de Sebastián Pérez) y extra-futbolísticos (la prensa tildó de sobrevalorado al equipo porque "gana pero no juega bien"), el Xeneize salió al campo del José Amalfitani con una idea fija: vencer para callar voces. Y desde el minuto cero se pudo ver un Boca equilibrado en sus líneas, asentado con el correr del tiempo y eficaz, sobre todo, arriba.  

Desde Agustín Rossi, quien mostró seguridad en las pocas que Vélez lo inquietó pasando por la cuestionada dupla de centrales, quien dio la talla por primera vez en mucho tiempo. En los laterales, la vuelta de Frank Fabra fue más que productiva ya que se proyectó cuando el partido lo ameritaba y defendió cuando había que hacerlo. El colombiano es una fija en el once de Guillermo

En el costado derecho, Peruzzi volvió a ser Peruzzi. Aquel que sorprendiera a todos cuando anuló a un tal Neymar por Copa Libertadores en 2012. Gino fue salida limpia desde abajo y uno más a la hora de atacar. Su recompensa fue el gol para redondear una gran actuación. Sí, justo ante su ex-equipo.  

En la línea de volantes, hay que destacar a dos: Wilmar Barrios y Pablo Pérez. El ex-Deportes Tolima ofició de 5 tapón en su primer partido como titular tras la lesión de su compatriota y cumplió con creces. Ordenado, sencillo y criterioso jugó uno de sus mejores partidos. Dato: de un quite suyo nació el contraataque que terminó en gol de Benedetto. Por su parte, Pablo Pérez fue amo y señor del mediocampo. El rosarino, hoy capitán por ausencia obligada de Fernando Gago, manejó los hilos a su merced, fue el termómetro del equipo y hasta mereció el gol. Su nivel va de menor a mayor tras su última lesión y se hace notar.   

El que no brilló pero sigue siendo consistente en su rendimiento es Rodrigo Bentancur. El juvenil uruguayo, de reciente viaje a Turín entre semana, disputó un partido correcto en una posición poco usual: fue el más adelantado de los volantes y, por ende, uno más a la hora de atacar. Excelso nivel en general de los mediocampistas. 

Y en el frente de ataque, el tridente Centurión-Benedetto-Pavón sigue haciendo estragos. Los tres, a su manera, fueron vitales para llevarse los tres puntos de LiniersCentu (en modo jugador completo) fue un enganche atrasado, limpió el juego en los momentos indicados y un obrero más en defensa. El hoy n° 10 sigue con nivel de Selección. 

Por el otro extremo, Cristian Pavón jugó uno de sus mejores partidos desde que llegó en enero de 2015. Sus dos asistencias y el gol para cerrar el encuentro confirman que las críticas sólo envalentonan para progresar y, lo más importante, ayudar al equipo. El Melli confía ciegamente en él y el 7 lo sabe: arrastra varios partidos en regular nivel y es pieza inamovible en el esquema de Barros Schelotto

Por último, la referencia fija en el área. Darío Benedetto está en estado de gracia y Boca lo festeja. El ex-Arsenal y América de México atraviesa un momento inmejorable: el Pipa llegó a la cifra de 11 tantos y 14 en total desde su arribo al club a mediados del año pasado. Pero eso no es lo mejor si no lo que produce: siempre que marcó Boca salió victorioso. Sí, Darío es un talismán para el plantel y eslabón clave en el engranaje del Mellizo. 

Guillermo había mencionado, cuando Tévez emigró al fútbol chino, que el único que podía reemplazar a un jugador de su jerarquía iba a ser el equipo. No se equivocó. El tiempo le está dando la razón.  

El pueblo Xeneize puede dormir tranquilo. El Boca de los Mellizos avanza a paso firme.