Brown de Adrogué y Nueva Chicago se veían las caras en una nueva fecha de la Primera B Nacional, en el Lorenzo Arandilla. El resultado, un 1-2 a favor del Torito, no parece conllevar muchas excentricidades, pero el cómo se llegó a ese marcador las tiene.
El juego arrancó con un intento de posesión de ambos conjuntos, con una pequeña supremacía del local, pero sin precisión a la hora de concretar las pocas chances con las que contaron. Así y todo, Alejandro Sánchez se elevó por encima del resto con algunas buenas intervenciones, especialmente una espectacular tapada ante un cabezazo de Juan Manuel García.
Con la igualdad en cero culminó la primera mitad, pero fue el mismo García quien, apenas arrancado el segundo tiempo, puso en ventaja a su equipo.
Con la misma paridad en el juego, quizás con una pequeña ventaja producto de la confianza del gol para los de Pablo Vicó, continuó el complemento, tanto que parecía que no habría más emociones en un partido donde se enfrentaban uno de los equipos que pelea en mitad de tabla, contra quien busca aferrarse a los puestos de ascenso.
Hasta acá, todo normal: no era más que un partido típico de segunda división. Pero, a los 75 minutos, se transgiversó todo. El árbitro Carlos Córdoba ya venía teniendo una muy mala actuación, con tarjetas omitidas, otras mal sacadas, faltas inexistentes cobradas y otras a las que hizo caso omiso, para ambos conjuntos, pero con la insólita expulsión a Juan Manuel Olivares, del Tricolor, cruzó la raya: atacaba Chicago, cuando García (9) cae encima del delantero rival, lo cual el referí consideró no sólo infracción, sino merecedora de amonestación.
El problema es que Córdoba mostró la amarilla a Olivares (8), quizás confundiendo los dorsales, y, al ser la segunda, debió expulsar al mediocampista, que se retiró de la cancha muy enojado, revoleando sus canilleras al juez de línea, que ya había echado al preparador físico local, Agustín Galeota.
Esta fue la gota que rebalsó el vaso. Un partido caliente, comenzó a subir la temperatura cada vez más, y ni hablar después de lo que surgió del tiro libre pitado por la misma infracción que derivó en la expulsión de Olivares: un cañonazo bárbaro de Maximiliano Brito que se metió en el palo del arquero Martín Ríos.
Seguían los reclamos, los insultos y el referí seguía, a entender de los locales, equivocando jugadas, lo que llevaba a que el clima en el estadio estuviera muy caldeado, y el nerviosismo de los hinchas se tradujo en los jugadores, que estaban más preocupados en discutir con Córdoba que en defender el empate o hasta buscar la victoria. Esta situación llevó a que, a falta de cinco minutos para el final, Gonzalo Vivas, de cabeza, anticipara a una defensa estática y venciera la resistencia del buen arquero tricolor.
Ya con el 1-2 en el marcador, sólo quedaba tiempo para que el enojo general se siguiera incrementando, llegando a los hechos que terminaron de manchar la tarde: cuando el referí marcó el final, los jugadores locales se acercaron a reclamar por su arbitraje, pero lo que no pudo ver era que Galeota había vuelto del vestuario y, sin que nadie pudiera pararlo, fue a embestir a Córdoba, sin que pudieran separarlo hasta que llegó la policía a su auxilio.
Los reclamos continuaban y, ante los constantes reclamos de la gente, Córdoba debió retirarse del terreno de juego por una manga desplegable, para evitar recibir proyectiles de la platea local.
Así, con la batalla campal finalizada y los hechos extradeportivos de lado, finalizó la jornada. Con este resultado, Nueva Chicago alcanzó los 46 puntos y se encuentra tercero, a nueve unidades de Argentinos Juniors, que venció hoy a Atlético Paraná por 1-0, y tres del escolta Guillermo Brown de Puerto Madryn, que tiene un partido menos y también hoy superó a Gimnasia de Jujuy (último verdugo de los de Adrogué). Lo sigue de cerca Chacarita, con 44 tantos y dos juegos menos. Por su lado, Brown no logra levantar vuelo y mantiene sus 37 puntos, que lo colocan en la 10° posición.
La próxima fecha, los de Vicó visitarán al Bicho, mientras que Nueva Chicago debe recibir al escolta, Brown de Puerto Madryn.