Luego de ganar la Copa Argentina 2016, el objetivo supremo para obtener el pasaporte a la Copa Libertadores 2017 (con el agravante que Boca Juniors no la iba a disputar), los cañones apuntaron casi exclusivamente a la conquista de América, para reeditar lo de 2015 y regresar al protagonismo a nivel continental. River se preparó en consecuencia y lo hecho durante la primera mitad de 2017 invitaba a soñar con "la cuarta", sumando una remontada increíble en el Torneo de la Independencia 2016/17.

Debut para olvidar

River comenzó 2017 con una final: la Supercopa Argentina, el trofeo que disputan los ganadores de la liga de Primera División con el vencedor de la Copa Argentina. En este caso, el Millonario se midió ante Lanús, campeón del Torneo Transición 2016. La final se disputó en el Estadio Único de La Plata, y el Granate le dio un golpe duro, goleándolo por 3-0 y negándole a River obtener esta copa, que ya había perdido en 2015 (con Huracán).

Primer semestre: deja vú 2014

Poniendo en contexto: River había quedado muy lejos de la cima en el Torneo de la Independencia 2016/17, tras perder el Superclásico en el Monumental. Claro está, la prioridad era la Copa Argentina, que se consiguió, y durante la primera mitad de 2017, aprovechando que la Libertadores se disputaba anualmente (lo que aliviaba notablemente el fixture), el Millonario se dedicó a reciuperar terreno en el ámbito doméstico. Su primer partido del torneo en su reanudación fue un pálido empate sin goles ante Unión, y encima Boca se ponía once puntos arriba. Sin e jimbargo, La Banda logró cinco victorias consecutivas (Lanús, Belgrano, Godoy Cruz, Tigre y Quilmes). Luego vino un empate (Sarmiento) y otras tres victorias al hilo: Temperley, Boca y Gimnasia LP. El triunfo al Xeneize fue 3-1 en La Bombonera (goles de Pity, Alario y Driussi), nada menos que al puntero del campeonato, al cual llegó a estar a sólo tres puntos de distancia.

Driussi definiendo ante Rossi para liquidar el Superclásico (Foto: El Salvador).
Driussi definiendo ante Rossi para liquidar el Superclásico (Foto: El Salvador).

Mientras tanto, la Copa

El gran objetivo era la Libertadores, motivo por el cual el Millo apuntó sus principales armas, mientras jugaba torneo local. River fue amo y señor del Grupo 3, con tres victorias consecutivas: 3-1 a DIM en Medellín, 4-2 a Melgar en Núñez y 2-1 a Emelec en Guayaquil. Luego, vino un empate ante el equipo ecuatoriano, otra victoria de victoria de visitante (3-2 en Arequipa ante el equipo peruano) y la derrota final en casa ante el cuadro colombiano, por 1-2 (Gallardo apostó por un equipo suplente) y River terminó líder con 13 puntos, pero esa derrota final le impidió ser el mejor primero de la fase de grupos. Así y todo, el Millo pasó a 8vos de final sin despeinarse.

Gol de Alario para ganar en Ecuador (Foto: El Universo).
Gol de Alario para ganar en Ecuador (Foto: El Universo).

River estaba en un nivel superlativo, con el afianzamiento de Augusto Batalla en el arco; una línea defensiva compuesta por Jorge Moreira, Jonatan Maidana, Lucas Martínez Quarta (la revelación), Camilo Mayada; el mediocampo potenciado por la vuelta de Ariel Rojas, comandado por Leonardo Ponzio, más el juego de Ignacio Fernández, y el tridente explosivo con Gonzalo Martínez y los titanes goleadores, Lucas Alario y Sebastián Driussi. Un once de memoria, con un comodín como Rodrigo Mora que siempre rendía entrando en el complemento. La Banda llegó a obtener siete triunfos consecutivas entre torneo local y Copa Libertadores, con una racha de diez victorias al hilo de visitante.

Se sintió el desgaste

Luego del empate de local ante Rosario Central, vino la victoria por 3-0 a Atlético Tucumán y River llegó a estar a una victoria de la cima del torneo, respirándole en la nuca a Boca. Sin embargo, llegaron las dos primeras derrotas en esta segunda mitad de campeonato en el momento menos oportuno: primero, la caída por 2-1 ante San Lorenzo en el Nuevo Gasómetro, y más tarde, el tropiezo en el Monumental por 3-2 ante Racing, que sepultó la ilusión de luchar por el título. Finalmente, River derrotó 1-0 a Aldosivi e igualó 0-0 ante Colón para coronar una buena campaña: fue subcampeón con 56 puntos (a 7 del campeón Boca) y clasificó de forma directa a la Copa Libertadores 2018. Se cumplió una de las metas, no obstante quedó un sabor agridulce por no haber podido llegar a la última fecha con chances de campeonar, aunque esa posibilidad era utópica en diciembre de 2016.

Doping y sanción

Sin duda, el golpe más duro que recibió River éste año fue el hecho de perder a dos jugadores valiosos en el primer semestre: el defensor Lucas Martínez Quarta y el volante uruguayo Camilo Mayada fueron sancionados por la Conmebol a siete meses sin jugar competencias oficiales por dar positivo en controles antidoping, en partidos de la primera fase de la Copa Libertadores. Ambos jugadores consumieron un diurético denominado hidroclorotiazida, sustancia prohibida. La ausencia de Martínez Quarta, quien recién había debutado el año pasado y rápidamente se ganó el puesto en la zaga central, se sintió con creces (además, convirtió tres goles entre torneo y Libertadores). El tanto, el charrúa se había afianzado en el lateral izquierdo. Recién volverán a competir en 2018, esperando recuperar su nivel.

Foto: La Nación.
Foto: La Nación.

Refuerzos de lujo

Sin tiempo para descansar, River debía ya afrontar los octavos de final de la Copa Libertadores, ante un viejo conocido, Guaraní de Paraguay (rival en la edición 2015). Por lo tanto, Rodolfo D´Onofrio concretó la llegada del goleador de Newell´s, Ignacio Scocco, el regreso tras 11 años en España de Germán Lux, a la muralla de Central y zaguero de Selección, Javier Pinola, y al capitán del Valencia español y también hombre de la Albiceleste (y confeso hincha de River), Enzo Pérez. Asimismo, arribaron el lateral izquierdo Marcelo Saracchi y el atacante colombiano Rafael Santos Borré. Como contrapartida, se marcharon los goleadores Driussi (al Zenit ruso) y Alario (al Bayer Leverkusen alemán). De esta manera, River pudo desembolsar 19 millones de dólares en los refuerzos mencionados.

Scocco, Pérez, Pinola y Lux posando con el Manto Sagrado (Foto: Clarín).
Scocco, Pérez, Pinola y Lux posando con el Manto Sagrado (Foto: Clarín).

Segundo semestre: buen inicio

La aventura copera seguía en curso, con éxito: victoria 2-0 en Asunción ante Guaraní, y empate 1-1 de local para asegurarse el pasaje a cuartos de final sin mayores complicaciones, en una serie donde Germán Lux se adueñó del arco, saliendo del mismo Augusto Batalla, cuestionado por su labor en la parte final del semestre pasado. 

Entre los ocho mejores de América, el River de Gallardo empezaba de gran manera la Superliga, ya con 28 equipos, con tres victorias consecutivas: 1-0 a Temperley, 3-1 a Banfield y 3-1 a San Martín de San Juan. Más tarde, tres empates al hilo (1-1 ante Argentinos Juniors, 1-1 ante Tigre y 2-2 vs Atlético Tucumán), que lo alejaron de la punta, pero seguía invicto.

Asimismo, en paralelo, defendía la corona de la Copa Argentina (ya no era la meta, ya que River ya estaba clasificado a la Libertadores) y pasaba de fase con goleadas: 3-0 a Atlas, 4-1 a Instituto y 3-0 a Defensa y Justicia.

La histórica remontada

En cuartos de final, tocaba Jorge Wilstermann, equipo boliviano sensación tras dejar afuera a Atlético Mineiro. En la ida, en Cochabamba, el Aviador sorprendió y goleó 3-0 a La Banda, dejándolo casi afuera a River. No obstante, una semana después, el Millonario mostró todo su potencial en una noche inolvidable y remontó la serie ganando ¡8-0!, con cinco goles de Ignacio Scocco, dos de Enzo Pérez y el restante, de Ignacio Fernández. Histórico por la abultada diferencia en una definición mano a mano en Copa Libertadores, y por el pasaje a semis.

Mientras tanto, el Millonario pasaba a otra semifinal, la de la Copa Argentina, al vencer 4-1 a Atlanta. La vida le sonreía al cuadro de Nuñez. Pero solo fue una ilusión.

El 8-0 a Wilstermann. Foto: El Universo.
El 8-0 a Wilstermann. Foto: El Universo.

Noviembre: VAR, derrota superclásica y crisis

Noviembre fue el mes más catastrófico de River en 2017. Primeramente, porque terminó el sueño continental a manos de Lanús. En la semifinal de la Libertadores, el Millonario se impuso en la ida en el Monumental, por 1-0. Una buena ventaja para definir en La Fortaleza.

La vuelta estaba a pedir de River: gana 2-0, con goles de Ignacio Scocco y Gonzalo Montiel, y tenía todo para meter el tercero. No obstante, el Granate descontó antes del PT y en el complemento, dio vuelta la serie y se puso 4-2 (con goles de Sand, Acosta y Silva). Lo polémico de la noche fue el hecho de que el árbitro Wilmar Roldán apeló al VAR (tecnología para revisar jugadas) para sancionar el penal con el cual Lanús anotó su cuarto gol, pero el juez omitió ese recurso en el primer tiempo, cuando River estaba 2-0 y Marcone cometió una clara falta al llevarae la pelota con el brazo. Así, Lanús fur finalista y River masticó la bronca de la eliminación.

Encima, días después River debía jugar nada menos que el Superclásico en el Monumental, por la Superliga (en la fecha pasada, ya había perdido su invicto al perder 4-0 vs Talleres). Boca se aprovechó del golpe del Millo y le ganó 2-1, con tantos de Cardona y Nández; Leo Ponzio empataba parcialmente. En menos de una semana, River recibió 10 goles y dos golpes durísimos: lejos en la  y sin Libertadores.

Foto: Infobae.
Foto: Infobae.

Diciembre con corona

El único objetivo que le quedaba a River era la Copa Argentina, a la cual llegó a final con comodidad, al vencer 3-0 a Deportivo Morón. Sin embargo, seguía padeciendo en la Superliga: derrotas ante Independiente (último partido de Germán Lux como titular), Newell's y Gimnasia LP. En ese lapso, sólo ganó una vez (2-0 a Unión), sumando 3 puntos de los últimos 18 en juego en el torneo, y sumando 15 puntos en 12 fechas, a 15 del líder Boca (30), fuera de zona de clasificacion a copas internacionales de 2019.

El último encuentro del año fue la final de la Copa Argentina, ante Atlético Tucumán, en Mendoza. River pudo revalidar el título al ganar 2-1, con festejos de los Nachos, Scocco y Fernández. River fue bicampeón, ganó al menos un título por cuarto año consecutivo y encarará 2018 con la Copa Libertadores, la Supercopa Argentina (en marzo jugará la final nada menos que ante Boca) y con la meta de remontar en el torneo local, y un mercado de pases que al parecer será fuerte en Núñez.

Foto: Web.
Foto: Web.

Anuario River 2017

El año de los arqueros: Batalla, Lux y Bologna

Los objetivos cumplidos: título y más copas para 2018

Las figuras de 2017: Driussi, Scocco, Moreira

Los que se despidieron en 2017

Lo que no pudo ser