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Historia (casi) sentenciada

Si bien matemáticamente hay posibilidades, Tigre perdió una final ante Gimnasia y el panorama es oscuro. Seguir en Primera dependerá solo de un milagro. 

Historia (casi) sentenciada
El zurdazo de Alexi Gómez. Cachete lo logra frenarlo. Gimnasia 3, Tigre 1. ¿Gol de la sentencia? (Foto: Infobae).
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Por Nicolás Diz

Apenas sonó el pitazo final del árbitro Jorge Baliño, Walter Montillo, una de las figuras y que se convirtió en referente para los hinchas por su fútbol y entrega, quedó cabizbajo en el campo de juego, desconsolado, sin poder creer este momento. En La Plata, Tigre perdió un partido que no podía perder y que pudo haberlo ganado, pero no aprovechó cuando tenía oportunidad.

Al comenzar 2019, había una gran ilusión en Victoria, debido a la gran victoria en Córdoba ante Belgrano y por empezar la reanudación de la Superliga contra San Martín de Tucumán y Gimnasia, dos rivales directos. No obstante, el Matador solo sumó un punto de los primeros seis en juego. Solo quedan ocho fechas para finalizar la Superliga (24 puntos posibles) y los cuatro peores promedios descenderán a la B Nacional. Tigre sigue último, con menos de 1,000.

Lo único que mantiene la esperanza: que los rivales directos siguen perdiendo.

Las matemáticas aún permiten soñar con quedarse en Primera. También que los adversarios que también luchan por seguir en la élite del fútbol argentino tampoco despegan. Pero de nada sirve que los otros equipos pierdan si Tigre no gana. No puede descontarles y sigue en el fondo. Y de hecho, de los conjuntos que luchan por la permanencia, a Tigre solo le está jugar contra Patronato. Ya jugó con todos los demás.

El presente es oscuro y muchos hinchas ya están resignados. El equipo de Mariano Echeverría juega con hidalguía, no obstante, no logra ser protagonista en los momentos cúlmines de los partidos. Ni cuando puede ponerse en ventaja ni en defender el resultado cuando se adelanta o empata. Sigue cometiendo los mismos errores en las pelotas paradas. Y la defensa sigue siendo el principal flagelo: cinco goles recibidos en sus dos primeras presentaciones para Gastón Guruceaga, y en toda la Superliga, no hay equipo más goleado que Tigre: 30 tantos encajados. Difícil seguir así.

De 2016 hasta la fecha, han desfilado un sinfín de jugadores, planteles, entrenadores, prueba y error constantes, que desembocan en este triste presente. No obstante, aún no está ficha la última palabra. Nadie se fue aún. Quedan ocho batallas. En abril llegará la hora de los balances y que los culpables asuman su responsabilidad.