Tigre ruge. Tigre sigue adelante. Tigre no se rinde y no afloja ante nadie y contra nadie. Y lo está demostrando en este certamen mata-mata, de ida y vuelta. Tanto ante Colón como ante Unión, había que dar vuelta el marcador. Se lograron dos enormes remontadas. Sin embargo, ante Racing, había que conservar la ventaja conseguida tras el 2-0 en Victoria. Y así fue.

En el día de su cumpleaños 55, Nestor Gorosito no contó con todo su mediocampo titular: lesionados Sebastián Prediger y Jorge Ortíz, mientras que Lucas Menossi se perdió la revancha por suspensión. Así que se la jugó con una línea de cinco improvisada: Matías Pérez Acuña-Gerardo Alcoba-Ignacio Canuto-Néstor Moiraghi-Nicolás Colazo, más Agustín Cardozo como volante de contención, pero luego Colazo quedó de 5 y Moiraghi, de 3. La idea era aguantar la embestida de la Academia, obligada a buscar el gol rápidamente. A pesar de esta voluntad de mantener su valla cerrada, no hubo respuesta de la última línea.

Racing se puso en ventaja al minuto 20, en una pelota parada y un cabezazo de Lucas Orban (ley del ex). Antes del cierre del primer tiempo, luego de un mal rechazo de la defensa, le quedó a Lisandro López para estampar el 2-0 antes del entretiempo. Racing igualaba la serie y para colmo de males, se retiraban lesionados Moiraghi y la estrella del equipo, Walter Montillo.

En el segundo tiempo, el local tuvo todo para llevarse la clasificación: jugando ante su público, con en ánimo en alza tras emparejar la llave y con todo el segundo tiempo para hacer uno más. Que pudo ser por Darío Cvitanich, pero Gonzalo Marinelli, que siempre tiene una tapada clave por partido, impidió el tercero del local. El Matador no tenía resto físico para buscar en ataque, mientras en defensa aguantaba como podía.

Pasaban los minutos y parecía que todo iba a definirse desde los 12 pasos, hasta que el genio frotó la lámpara: Diego Morales abrió para la derecha, picándola, y por sorpresa apareció Pérez Acuña, el lateral derecho, que casi sin ángulo sacó un derechazo fulminante que rompió la red de Arias. Un verdadero golazo para enmudecer el Cilindro de Avellaneda, la casa del campeón vigente. El grito de gol que llegó de Avellaneda a Victoria. Una sola maniobra para desmoronar las ilusiones de Racing. Una genialidad para llevarse el premio mayor.

Por primera vez en la historia del Profesionalismo, Tigre logra llegar a una semifinal de una copa nacional (a nivel internacional, lo había logrado en la Copa Sudamericana 2012). Tachó a Colón, tachó a Unión, tachó a Racing (el campeón, no hay que olvidar). En semis, se las vera ante Atlético Tucumán, que tuvo que sufrir hasta el final a pesar de haber ganador 3-0 en la ida: perdió 4-1 ante River Plate en el Monumental pero pasó por el gol de visitante. La ida será en el José Dellagiovanna; la revancha en el José Fierro. Otra prueba más para tratar de llegar a la gran final en el Kempes. Con el plantel diezmado y las últimas energías, el Tigre de Pipo va por todo.

Los goles