“La gloria a dios”, se alcanza a leer en la remera que tiene debajo de la camiseta Braian Romero, el atacante de Defensa y Justicia, no solamente fue el máximo artillero de esta edición de la Copa Sudamericana sino tuvo sed de revancha. Hace ocho años atrás, los médicos le dieron por terminada su carrera por un fuerte dolor en el sacro y en el hospital lo tuvieron que internar por artritis.
Sin embargo, siguió buscando su sueño, en el comienzo de la pandemia Independiente le comunicó que no sería tenido en cuenta y decidió emprender vuelto para el “Halcón”. Luego de quedar eliminado por diferencia de gol de la Copa Libertadores, Defensa sacó pasaje para la Sudamericana, donde en perfil bajo y en silencio, con goles importantes Romero se ganó el reconocimiento del certamen.
En la columna vertebral de Hernán Crespo, el ex Argentinos fue clave en la ofensiva, donde en total anotó diez tantos en su cuenta personal y quedó solamente a uno de alcanzar el registro de Eduardo Vargas en la edición 2011 con la Universidad de Chile. Las víctimas favoritas del nacido en San Isidro fueron Vasco da Gama,Bahía por tres-ida y vuelta-,Coquimbo Unido-hatrick y Lanús, durante la participación en la Libertadores en total anotó tres conquistas ante Delfín, Olimpia y Santos.
Por otro lado, en junio próximo termina el préstamo en Defensa y tiene que volver a Independiente, dueño de su pase. El sábado, una vez finalizada la final comentó: "Estoy feliz por lo que elegí, hoy dio sus frutos, sabía que este era el club y estoy feliz por la decisión", destacando donde le gustaría seguir su futuro, tirando indirectas para el "Rojo".