"Necesitamos tiempo de trabajo" afirmó Juan Antonio Pizzi en tantas conferencias de prensa cuando su continuidad pendía de un hilo. El tiempo transcurrió, y el rendimiento deportivo apareció. La Academia es semifinalista y desde lo futbolístico se observó una notable mejora respecto a encuentros anteriores. 

 

Mediodía fresco en Liniers. Todo listo para el que se esperaba que sea uno de los duelos más parejos de los 4 partidos de Cuartos de Final. Y las predicciones no fallaron. Primer tiempo dominó Vélez pero lastimó igualmente Racing, y, la segunda mitad, fue casi calcada pero La Academia impuso condiciones y el local tuvo sus chances.

En los primeros 45 minutos hubo situaciones para ambos lados, aunque, principalmente pasado el primer cuarto de tiempo, Vélez tuvo la posesión de la pelota. El Fortín trató de romper de diferentes formas la sólida estructura defensiva de el visitante. Desde Gambetas y verticalidad de Orellana y Centurión, hasta centros en busca de alguna cabeza aislada en el área académica. 

Racing, por su parte, con sus armas ofensivas sabía bien que podía lastimar a Vélez con contraataques y transiciones rápidas. Tuvo sus chances. La más clara estuvo en los pies de Chancalay que, tras un recorte exquisito, quedo frente al arco de Alexander Domínguez pero la pelota salió apenas al lado del primer palo. 

A pesar de la escasez goleadora en el encuentro, estaba claro por qué ambos equipos se encontraban en esa instancia. Rigurosidad, buen manejo, y, en definitiva, dos planteles dignos de una instancia superior respecto a la fase de grupos. 

Presión sin interrupción de Vélez, un tiro en el travesaño de Thiago Almada, proyecciones de Mena por la banda y las tapadas de "San" Arias (como lo llaman desde Avellaneda), caracterizaron esta primera mitad. Partido parejo de ambos equipos que sabían que una equivocación podía costar la eliminación.

El segundo tiempo, en cuanto a características futbolísticas, fue muy similar al primero. Hubo un cambio de roles. Racing ahora dominaba el balón y Vélez esperaba para atacar vertiginosamente. Cabe aclarar que el dominio no fue abrumador, pero lo suficiente para incomodar y crearle peligro al equipo de Liniers. 

Ya pasados los 20 minutos era notorio el cansancio en ambos equipos. Menos precisión y lucidez, pero igual concentración para mantener su arco en cero y buscar romper el del rival. A destacar las corridas de Copetti y un remate al arco de Miranda que pasó por arriba del travesaño. Vélez tuvo su chance casi al final cuando a los 44 minutos Mauricio Martínez realizó una necesaria falta táctica para impedir el paso de Guidara. Le costó la segunda amarilla y consecuente Roja.

 

Final de los 90 minutos y, al igual que los dos cotejos del día anterior, todo se definía en penales. Esa instancia que muchos la consideran como "una lotería" y otros reafirman que "Hay que saber patear penales y atajarlos". Sea cual sea la respuesta correcta, si es que la hay, se hizo presente otra vez más la figura de "San" Arias. Espectacular actuación del arquero tapando dos penales. También remarcar la valentía de Enzo Copetti que, otra vez al igual que con Independiente, le tocó un penal determinante, en este caso el último de la serie, y otra vez convirtió y sello la victoria académica.

 

 

El tiempo llegó y los rendimientos dijeron presente, tal como se mencionó al principio. El equipo de Pizzi puso primera hace varios partidos y es parte de los mejores cuatro equipos del torneo local. Además, sigue en pie en la Copa Argentina y en Copa Libertadores. En el torneo internacional tan solo necesita un empate ante San Pablo para clasificar a octavos. 

 

Y Pizzi, cuando parecía semanas atrás que estaba afuera, les cerró la boca a muchos dirigentes que ya le buscaban reemplazo, a pesar que desde el club se desmienta. La "Pizzineta" sigue adelante y observará de cerca el Superclásico de esta tarde, de donde saldrá su futuro rival.