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Nueva derrota, nuevo dolor de cabeza

Temperley cayó de local por 4-1, por la octava fecha de la Superliga Argentina, frente a Defensa y Justicia y se quedó sin técnico, ya que Gustavo Álvarez presentó la renuncia al finalizar el encuentro.

Nueva derrota, nuevo dolor de cabeza
La gente alentó al gasolero. Foto: TemperleyOK.
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Por Federico Ferster

El Gasolero tenía la misión de sumar de a tres puntos, ya que hasta ahora sumaba cinco derrotas, un empate y una victoria en el torneo. Por esta razón, Gustavo Álvarez decidió mandar al campo de juego a Josué Ayala; Rodi Ferreira, Williams Riveros, Ignacio Bogino, Gonzalo Escobar; Adrián Arregui, Leonardo Di Lorenzo, Maximiliano Lugo; Fabián Muñóz, Ramiro Costa y Mathias Villasanti.

El Celeste tuvo unos muy buenos primeros 15 minutos. Salió a buscar el resultado siempre con el sello de Álvarez: buen juego, pelota por el piso y un equipo ancho que ataque los espacios. Pero la mala fortuna siguió reinando en el Beranger. Tras un tiro libre ejecutado por Lugo, que dio en el palo, Defensa y Justicia se adelantó en el marcador. La pelota rebotó en AyalaFernando Márquez  aprovechó para anotar el 1-0 a los 16 minutos del primer tiempo. A partir de ahí, Temperley vivió un calvario. Nicolás Fernández anotó un doblete para el Halcón de Varela, a los 21' y 25' respectivamente, y el encuentro llegó al descanso 3-0 a favor de la visita.

En la segunda parte, el Gasolero salió con la necesidad de buscar el resultado. Pero lo único que se vio fue un equipo partido, que cada vez que lo atacaban sufría el encuentro. Tal es así que, a los 51 minutos, Lisandro Martínez anotó el 4-0, ya dejando sin posibilidad al conjunto dirigido por Álvarez, que no encontraba el camino para revertir la situación.

Para ese entonces Temperley llevaba ya cuatro partidos enteros sin convertir, algo que le preocupaba muchisimo al entrenador celeste. ​Sin embargo, a través de un penal sancionado por Darío Herrera, Ramiro Costa tuvo la chance de descontar, pero falló. Ya la suerte no estaba del lado del elenco gasolero. Sin eficacia de sus delanteros, al equipo local se le dificultaba la tarea de convertir en el arco rival. Finalmente, el Cele encontró el gol en los pies de su volante central, Arregui, quien desde los doce pasos convirtió el descuento.

Ya con el partido 4-1, Álvarez decidió sacar a Di Lorenzo, uno de los pilares en su estadía en el club y con quien generó un vínculo muy fuerte. Esto se notó cuando al salir se fundió en un abrazo que duró unos minutos, lo que significó para todos la despedida del técnico que había conquistado la permanencia en el club la pasada temporada.