El aliento argentino atraviesa las fronteras de la historia

Una pasión nacional en el deporte: la Copa Davis. Esta competencia a nivel mundial empezó a causar fanatismo popular en 2006, cuando se inauguró el estadio Parque Roca.

El aliento argentino atraviesa las fronteras de la historia
La Copa Davis y la pasión que genera en los argentinos (Foto: Info News)
martinmagurno
Por Martín Magurno

La Copa Davis genera pasión, alegría o tristeza entre los argentinos. Sentimientos que se palpitaron durante 80 años en el Buenos Aires Lawn Tennis Club.

Exactamente el 4 de abril de 1931, hombres de saco y corbata se acercaron a las canchas del Tenis Club Argentino para ver a la legión nacional enfrentar a Uruguay, por la semifinal de la Zona Sudamericana.

Estos individuos de clase alta debían abonar “el precio único de un peso en concepto de entradas”, según reflejaba la crónica del diario La Nación por ese entonces. La gente quería vislumbrarse con el juego del cuarteto de casa: Lucilo Del Castillo, Ronald Boyd, Guillermo Robson y Adriano Zappa.

Tapa dedicada a Guillermo Robson, tenista argentino que debutó en Copa Davis en 1923 frente a Suiza (Foto: TenisAy.com)

El furor fue tan inmenso que se “hacían filas” para conseguir un lugar. No malgastaron su dinero, porque pudieron celebrar como Del Castillo vencía en tres sets a Juan Carlos Da Silva y decretaba el primer punto a favor. Y se emocionaron cuando el enfrentamiento terminó 5 a 0, con la curiosidad que los orientales no lograron ganar un juego. El aliento del público local consistía en aplausos respetuosos tanto a la albiceleste como el contrincante. La salvedad fue la intensidad del aplauso y la arenga.

El público entendido del tenis continúo los pasos de Argentina en Copa Davis durante las décadas del ´50 y ´60. Mayor atracción porque podían deleitarse con Enrique Morea (capitán y ganador de la medalla de oro Panamericanos de 1951) y Eduardo Soriano.

Entre 1970 y 1980 se alcanzó el pico de concurrencia. Guillermo Vilas y José Luis Clerc ayudaron a que el fenómeno sucediese.

En 1990, la expectativa se dio vuelta. Los factores del retroceso fueron el rival de enfrente (por ejemplo: Perú y Bahamas en 1986 y 1996, respectivamente), la falta de un referente propio y la instancia a mediarse.

Nueve años después, el club del barrio de Palermo le dijo adiós a la organización del trofeo creado por creado por Dwight Filley Davis. El 6 de marzo de 2005 se jugó la última serie en el Lawn Tennis: Argentina vs. República Checa.

La despedida anticipada se debió a la celebración de la Copa Telmex de 2006. A la par del torneo, se le dio la bienvenida a una nueva generación de tenistas como David Nalbandian y Guillermo Cañas, entre otros. Se le abrían las puertas al Parque Roca de Villa Soldati como “prueba piloto”...

No fue la primera vez que el tenis se mudaba. El Mayling Club de Campo de Pilar (1998), Mendoza y Córdoba (2001) también fueron los escenarios predilectos.

En 2003, el club River Plate tuvo el lujo de contener dos veces la competencia. Esto fue debido a que la fecha Copa AT&T se superpuso y el Lawn Tennis se predispuso para el torneo ATP.

El Monumentalito”, como así lo apodaron, fue montado para 8.400 espectadores y luego se amplió a 10.000. Se vendieron todas las entradas para los partidos ante Alemania y Rusia: “Más gente no implica más pasión, y el público sólo se hizo sentir de a ratos”, resaltó La Nación con relación a la nueva sede.

La etapa del estadio Mary Terán de Weiss -en homenaje a la tenista argentina reconocida internacionalmente- significó la mezcla de los cantitos de tenis con los futboleros.

“¡Vamos, David!”, se escuchó un elogio hacia Nalbandian en la presentación del estadio en 2006 ante Sucia, serie que concluyó 5 a 0. Sí hasta Diego Maradona mostró su presencia: “Se fanatizó al límite y fue un hincha de fútbol en una cancha de tenis”, describió el periódico Clarín.

El estadio Mary Terán de Weiss se inaguró

el 19 de septiembre de 2006 (Foto: saladeprensa.net)

La Asociación de Tenis Argentino quedó satisfecha: recaudó más de 1 millón de pesos. El acontecimiento fue positivo a pesar de las colas por falta de molinetes. Entonces, se fijó el Parque Roca como sede de la Copa Davis. Se amplió de 9.000 a 14.000 en solo dos encuentros. Hoy alberga a 20.000 espectadores.

Durante los últimos cinco años, el público alentó con frases reconocidas en las canchas de fútbol: “¡Y pongan huevos, y pongan huevos…!”. Los deportistas se sintieron respaldados por los cánticos y los organizadores generaron mayores ingresos.

Ese entusiasmo se potenció en 2008, cuando Argentina disputó la final de Copa Davis ante España en Buenos Aires.

La legión nacional había ganado los tres encuentros anteriores en el estadio de Villa Soldati. Pero los dirigentes, al enterarse del rival, decidieron cambiar de carpeta: de polvo de ladrillo a una pista rápida.

En un principio, Nalbandian y el capitán Alberto Mancini habían manifestado su deseo de jugar en el Orfeo Superdomo de Córdoba. También asomó como segunda opción el Polideportivo “Islas Malvinas” de Mar de Plata.

Entre estos sitios se peleó la sede. Hasta que Justin Albert, veedor de la Federación Internacional de Tenis, se inclinó por el estadio de La Feliz.

Los elementos claves de la decisión giraron entorno al positivo montaje positivo de la organización y la cercanía de éste a la capital del país. Por ende se remodeló el estadio y se incluyeron unas 11.000 butacas en su totalidad.

La albiceleste -sin Rafael Nadal a causa de una tendinitis en la rodilla derecha- perdió 3 a 1. El tenista español Feliciano López fue la figura de la serie tras derrotar a Juan Martín Del Potro en singles y vencer en dobles. España se quedó con la Ensaladera de Plata. Nunca más se volvió a tocar esa ciudad.

A pesar de la adversidad, el Parque Roca se convirtió en una fortaleza. Todo un síntoma que el aliento argentino rompe las barreras de la historia del tenis.