Todos son ganadores, sin dudas. Desde principio, subirse a un vehículo todo terreno y prepararse para una de las competencias más peligrosas del mundo no es fácil. Económicamente, físicamente y mentalmente. Por el simple hecho de poder inscribirse es un gran logro, pero llegar a la última etapa aún más; 215 pilotos fueron los que pisaron la meta en Baradero. Que las lágrimas no dejen de caer.
Luego de escoltar a Barrerda Bort hasta la etapa ocho, Marc Coma, subió y ahí se quedó hasta hoy, donde la felicidad lo rodeaba: “Estoy muy contento, claro. Aunque el último día no hemos podido realmente competir. Nos ha caído una tormenta, una tempestad, encima y había barro. Y con los neumáticos para el desierto no era nada fácil”, describía el español.
“Así que tampoco hoy ha sido un paseo. He tenido un problema con la espuma de goma. Así que he tenido que cambiar de estrategia. Había que avanzar y he impuesto un ritmo elevado. Había que hacerlo para provocar que pasara algo”, contaba sobre los detalles de esta última.
El momento de entrar a Bolivia fue clave. El salar era determinante y tenía que sobrevivir ahí: “Estoy muy contento de estar aquí. Es el trabajo de toda una vida, el trabajo de un equipo, con la moto ideal… Ahora, después de tantos esfuerzos, llega el momento de respirar y disfrutar”, concluía muy feliz y emocionado.
Paulo Goncalves con subí y bajas, comenzó con el segundo puesto en la general, bajó y nuevamente esta donde finalizó. Estuvo a cinco minutos de alcanzar a Coma, pero la penalización por el cambio de motor lo dejó donde esta. También se tomo el tiempo de elogiar a su compañero Barreda Bort y Jeremías Israel Esquerre, este último por ceder el motor y dejar Dakar por el equipo: “Sin él no estaría aquí para celebrar este segundo puesto. Así que quisiera dedicarle este resultado. Y el año que viene volveremos a intentarlo”, terminaba por decir.
En los cuatriciclos, sonriente y simpático como se lo acostumbro a ver durante toda la travesía, Rafal Sonik ganó después de siete años: “Siempre he confiado que llegaría. Quiero dedicar esta victoria a todas las personas que sueñan con el Dakar, pero que no pueden participar”, decía recordando a cada piloto que desea realizar esta gran aventura. Un verdadero profesional.
También se refirió a sus ayudantes y todos los que confiaron en él: “Quisiera compartir esta victoria con todas las personas que conforman mi equipo, ellos tampoco han dejado nunca de soñar con el Dakar. Ellos son los que se merecen esta victoria”.
Una de las grandes alegrías de los argentinos fue el segundo puesto de Jeremías González Ferioli en los quads, a parte de este logró, también se convirtió en el piloto más joven en un podio de Dakar. Con apenas 19 años, recuerda haberse puesto mal durante un periodo: "Tuve dos días que estaba bastante triste y amargado. No me había dado cuenta lo largo que era esto. Son 13 etapas y pueden pasar un montón de cosas. En Chile pude tener etapas buenas. Ahí empezamos a ir para adelante y empecé a divertirme", relataba Jeremías. Con su particular sonrisa cerraba: "Un año de trabajo termina acá, con un podio y una etapa ganada".
Luego de un comienzo abrumado por la penalización que sufrió por exceder la velocidad en un puesto de control, el príncipe qatarí Nasser Al Attiyah volvió a ganar luego de tres años. La última vez fue en 2011, donde casualmente también arribó en Baradero. Momento muy especial para él: “Es fantástico porque hemos dominado desde el principio de la carrera y hemos podido controlar la ventaja todo el rally”, recordaba Nasser.
Así agradecía: “Tengo que darle las gracias a muchas personas. He llegado muy bien preparado a este Dakar, física y mentalmente. Y luego hemos conseguido realizar nuestro trabajo día tras día”. Como un príncipe arriba de su trono, así concluía el de Qatar: “Es fantástico. Tengo ganas de más”.
El escolta, Giniel de Villiers se siente realizado. Agradece a todo el equipo la gran ayuda que recibió durante todo el Dakar. Lucho hasta el último momento contra Nasser para poder arrebatarle el primer lugar, eso lo deja satisfecho aunque con un sabor agridulce: “Él ha realizado la mejor carrera”, reconocía. “Se tarda varios años en desarrollar un coche capaz de ganar el Dakar. En sus 4 años de existencia, el Toyota Hilux ha mejorado mucho. Se ha realizado una gran labor”, expresaba el sudafricano.
Tras vivir una lucha constante entre Eduard Nikolaev y Airat Mardeev en la general desde la novena etapa, este último fue el que finalmente se quedo con la victoria. Esto decía el ruso: "Soy muy feliz y le debo esta victoria a todo un equipo, lleno de mecánicos y de trabajadores motivados”. A parte de la felicidad, también se mezcla con el dolor de una perdida: “Quisiera dedicar esta victoria a mi padre, que desgraciadamente ya no está con nosotros para poderla celebrar”, contaba el piloto del Kamaz.
Se paso demasiado rápido estos 13 días a pura emoción, diversión, alegrías, tristezas, llantos, dolor y las bajas de muchos pilotos. Otro año de Dakar que se va y deja en la historia muchas cosas, entre tantas la trágica muerte de Michal Hernik. Pero el año que viene se volverá a ver otra edición, con nuevas aventuras, pilotos y ganadores. Será hasta la próxima, Dakar 2016.