La NBA siempre ha sido la cuna de los mejores talentos baloncestísticos del mundo, pero existe un tipo de jugador que no suele ser muy habitual en la liga, de esos que brotan cada ciertos años y hacen las delicias de los aficionados. Esos jugadores que cuentan con un talento innato, un estilo de juego que no se asemeja a nada que se haya visto, y que hacen del baloncesto poesía en movimiento. Tracy McGrady, retirado en e 2013, es uno de los máximos exponentes históricos de dicho estereotipo de jugador. Ahora, 5 años después de dejar el baloncesto definitivamente y de haber ingresado en el Basketball Hall of Fame, T-Mac ha entrado en el HOF de los Magic.

"Esto es especial para mí"

McGrady se mostró visiblemente emocionado cuando se enteró de la noticia. "Sí, ingresé en el Salón de la Fama del Baloncesto, pero hoy es un día especial para mí. A nivel personal, crecí en Auburndale, Florida, y mi madre solía ir a mi casa cada verano cuando yo estaba jugando a baloncesto en Orlando,... y solía decirselo a ella y a mis amigos, que algún día vestiría el uniforme de los Magic". 

T-Mac, sin embargo, no fue drafteado por la franqucia de Orlando, sino que pasó sus primeros años en los Toronto Raptors. En Canadá no mostró su mejor versión, y al terminar su contrato de rookie no tuvo dudas para elegir su próximo destino. "Nadie tuvo que reclutarme. Sabía que iba a volver a casa". De hecho, McGrady contó que en un encuentro entre Raptors y Magic de antes del verano en el que firmó por el equipo de Florida, le dijo a Doc Rivers (en ese momento head coach en Orlando) que le guardara un sitio en la plantilla.

Trayectoria en Florida

A pesar de haber pasado sólo 4 años en Orlando, Tracy dejó una huella imborrable tanto en la franquicia como en los aficionados. Fue seleccionado para el All Star Game en cada una de las cuatro campañas que disputó allí,  fue dos veces máximo anotador de la liga e incluso ganó el premio a mejor jugador más mejorado del año en su primera temporada. Una espina clavada para T-Mac fue sin duda su paso por los playoffs, pero el infinito talento y las increíbles actuaciones que dejó en Orlando calaron demasiado hondo, tanto en la ciudad como en el propio jugador.