Dos golpes por cada bando. Dos palizas por equipo y dos 'big threes' que aparecen y desaparecen como por arte de magia. Llega el quinto partido de las finales de la NBA, último en San Antonio. Quien gane tendrá a su favor un 'matchball' para hacerse con el campeonato en el primer partido de vuelta a Miami. Quien pierda, estará contra las cuerdas.

No están siendo las mejores finales en cuanto a audiencia se refiere en Estados Unidos, pero ese dato no refleja para nada la realidad de una serie que ha tenido momentos para todos los gustos y colores: canastas ganadoras como la de Parker en el primer partido; recitales de triples en el tercero de la mano de Danny Green y Gary Neal; actuaciones estelares de Lebron, Wade y Bosh en el cuarto...

Tras la contundente victoria de San Antonio en el tercer partido por 113-77, no todo el mundo confiaba en el resurgir de Miami. No era para menos, habían perdido un partido en el que entre Parker, Duncan y Ginóbili sumaron 25 puntos, mientras que dos supuestos secundarios como Green y Neal les endosaron 51 tantos y 13 triples. Para más inri, ningún jugador de los Heat alcanzó la veintena y el máximo anotador resultó ser Mario Chalmers, desaparecido hasta entonces.

Pero llegó el cuarto partido y los 'Beach Boys' se hicieron BIG. Wade (32 puntos) volvió a ser 'Flash', aquel jugador que ganó casi él sólo el campeonato en 2006. Bosh (20+13) se demostró a sí mismo que es capaz de jugar en la zona, es decir, anotar y rebotear sin tener que salir hasta los cinco o seis metros. Lebron (33 puntos) recuperó su agresividad y acierto de cara al aro y siguió dominando el resto de facetas como habitualmente.

Aquí os mostramos dos gráficos con las estadísticas comparadas de ambos 'big three' (James-Wade-Bosh / Parker-Ginobili-Duncan) durante el último partido y en el total de las finales.

En estos apartados podemos apreciar la importancia que tienen para los Spurs las actuaciones de otros jugadores como Leonard, Green o Neal, ya que, estadísticamente, sus tres estrellas pierden en todo ante las de Miami.

Otro punto en el que deberá hacer hincapié Gregg Popovich es en el cuidado del balón, no sólo de su trío estelar, sino de todo el equipo. En el cuarto encuentro, los Spurs doblaron a los Heat en esta estadística, perdiendo 19 balones por nueve de Miami. Pero es que en la serie promedian más de 13 bolas perdidas por partido, estadística que se dispara en las derrotas.

El triple, menos clave de lo que parece

En los tres últimos partidos San Antonio ha terminado con un 50% de acierto en los triples. Curiosamente, de esos tres sólo ganó uno, el tercero de la serie, donde ya hemos mencionado que entre Green, Neal y Leonard metieron 16, todos los de su equipo. En cambio, Miami casi ha renunciado a esa faceta, salvo por las rachas ocasionales de Mike Miller y Ray Allen. No es que no tengan tiradores (afirmar tal cosa sería de locos), sino que no es su arma.

Puede que a la postre para los Spurs el tiro exterior se convierta una hoja de doble filo. Los triples han encumbrado su juego en algunos momentos de la serie, pero no se puede depender del tiro de larga distancia para ganar todos los partidos. Siempre habrá días en los que la pelotita no querrá entrar y, ahí, deben aparecer las alternativas. Y San Antonio las tiene.

Aún así, un dato a destacar: Danny Green ha metido 19 de los 28 triples que ha lanzado en estas finales, esto es un acierto superior al 50%. Veremos si continúa con su fiesta particular y sigue sumando puntos para alzarse con el galardón de MVP de la fase final.

Todas estas dudas se resolverán a partir de las 02:00 de la madrugada hora peninsular y, como siempre, podrán seguirlo en directo en vavel.com. Mientras, para abrir boca, les dejamos con la mini película del cuarto partido entre San Antonio Spurs y Miami Heat.

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Sobre el autor
Toni Gárez
Periodista. Amante de la radio en directo. Dadme un balón y escribiré una canasta.