2013 volvió a ser un año decepcionante para los Minnesota Timberwolves. Después de ocho temporadas sin clasificarse para los playoffs, siendo año tras año uno de los peores conjuntos de la NBA, la ilusión había regresado a Minneapolis durante la temporada del lockout. Kevin Love, indiscutible líder de este equipo, encontró un socio perfecto en la pista. Se trataba de un base mágico, de corte pasador, capaz de levantar al público de sus asientos con cada destello de su interminable calidad: Ricky Rubio. En su temporada de rookie, Rubio despertó el interés del mundo NBA y volvió a poner en liza a un equipo olvidado por casi todos. Hasta su lesión, el récord de los Timberwolves era de un 50% de victorias, por lo que por primera vez en años podían soñar con los playoffs. Pero su lesión lo truncó todo y parecía que había que posponer el objetivo un año más.

El equipo se reforzó con viejos conocidos de la NBA como Andrei Kirilenko y Brandon Roy, cuyo rendimiento era toda una incógnita. Los Timberwolves esperaban el regreso de Rubio para regresar a la postemporada con un roster a priori preparado para ello. Pero llegaron las lesiones, principal enemigo de Minnesota la pasada temporada. Primero cayó Roy después de cinco encuentros, más tarde Budinger, Love, Pekovic, Kirilenko… y un largo etcétera que poco a poco minaba las esperanzas de los aficionados por ver a su equipo entre los mejores. Rubio volvió, pero su repercusión no fue inmediata, ni el equipo estaba preparado para esperarlo.

Lesión de Kevin Love

El año 2013 comenzó de la peor manera posible para los Minnesota Timberwolves. Después de dos encuentros, saldados con una victoria y una derrota, Kevin Love se rompió la mano poniendo fin a su temporada. Los Timberwolves perdían a su jugador franquicia y principal baluarte. A partir de la lesión del ala-pívot el récord de Minnesota fue pésimo, con dos victorias y once derrotas. Éstas tuvieron un detonante común, como fue el poco acierto ofensivo del equipo, ya que sólo superaron los 100 puntos en cuatro partidos del mes de enero, dos de los cuales acabaron en victoria. En 11 de las 12 derrotas del conjunto de Adelman no alcanzó el centenar de puntos, evidenciando serios problemas en el tiro, sobre todo desde más allá de los siete metros, donde promediaron un escaso 30% de acierto, aunque en determinados partidos, estos porcentajes disminuían a un paupérrimo 20%. La media de puntos por partido en enero fue de solo 93,2 tantos por encuentro.

Los Timberwolves eran incapaces de anotar al contraataque, sumando menos de 10 puntos en cada partido de esta manera, mientras que en puntos en la pintura perdían considerablemente frente a sus rivales, sobre todo durante la ausencia en varios encuentros de Nikola Pekovic. La principal causa de esto estaba relacionada con la poca capacidad de los exteriores de Minnesota para penetrar al aro y ser agresivos, así como la endeble defensa de hombres como Shved, Ridnour o Rubio. En el plano individual, el mes de enero tampoco contó con los jugadores de Adelman a su mejor nivel. Ricky estuvo horrible en el tiro, casi como todos sus compañeros. La pareja Ridnour - Shved no se consolidó y rindieron de manera irregular en esta serie de partidos. La gestión de David Kahn se volvía a poner en tela de juicio debido a la mala planificación de la plantilla, que no tenía recambios para Roy en el puesto de escolta, mientras que cuatro bases de raza blanca y corte parecido se repartían los minutos en el backcourt.

Continúan las derrotas

La baja de Kevin Love hundió a los Wolves

El mes de febrero continuó con la tónica marcada. Los Timberwolves eran un equipo perdedor, capaz de ganar solo tres partidos de trece disputados y de perder seis de ocho encuentros en el Target Center de Minnesota. Una vez más, el principal problema del equipo fue el aspecto ofensivo. Sus estadísticas en los diez partidos que perdieron en el mes de febrero delatan la dificultad de los Wolves para anotar: 95.4 puntos por partido, con unos porcentajes de un 43% en tiros de campo y de un 27% en lanzamientos exteriores, completando partidos sin alcanzar el 10% de acierto en el triple. Se podría decir que la baja de Kevin Love contribuyó a este descenso de puntaje en los Wolves, pero su ausencia no solo repercutió en esta faceta, sino que en rebotes disminuyeron considerablemente sus cifras. De hecho, en sólo un encuentro de los diez que perdieron lograron ganar el rebote a su rival. Con Love, capaz de promediar más de 10 capturas por partido, el resultado no habría sido el mismo.

Ricky Rubio mejoró su aportación (algo no demasiado complicado a tener de su pésimo rendimiento en enero) y promedió unas 9.5 asistencias en febrero. En cuanto a anotación, los Timberwolves acusaron la irregularidad de su roster, pues solo ofrecían cierta continuidad Nikola Pekovic (15.5 puntos por partido) y Derrick Williams (17 tantos). Los Timberwolves solo pudieron derrotar a algunos de los conjuntos más flojos de la NBA, como los New Orleans Hornets, los Philadelphia 76’Ers o los Cleveland Cavaliers. En sus tres triunfos sus estadísticas mejoraron notablemente con respecto a la línea marcada en febrero, ya que subieron a 103 puntos, 51% en tiros de campo y un 42% en el triple. La defensa en la zona seguía siendo su talón de Aquiles, ya que Minnesota encajaba alrededor de 50 puntos por partido en la pintura. La falta de intimidación por parte de los pívots Wolves era una de las principales causas.

Ausencias de Adelman y Pekovic

El mes de marzo se presentó con dos contratiempos más a sumar a la extensa lista sufrida por los Wolves la pasada temporada. Rick Adelman tuvo que ausentarse alrededor de 11 partidos para cuidar a su esposa, aquejada de una grave enfermedad. La situación llegó a tal calado que en abril se rumoreaba con la posible retirada definitiva del veterano entrenador. Por suerte, el propio Adelman desmintió la noticia ante la mejoría de su esposa. A la baja de su entrenador se unió la de su center titular, Nikola Pekovic, debido a una lesión abdominal. La baja del pívot montenegrino no pudo sentar peor a los Timberwolves. Durante su ausencia Minnesota cayó en seis de los ocho encuentros que disputó. Sin Peks, los Wolves perdieron el rebote en los ocho encuentros, mientras que en defensa se vieron superados por sus rivales en la pintura. Ni Williams, ni Cunningham ni Stiemsma impusieron la suficiente oposición para que los rivales anotaran menos de 50 puntos por encuentro en la zona. Con la vuelta del center, el equipo mejoró considerablemente en el aspecto reboteador, ya que sólo perdieron el rebote en tres de los nueve partidos que jugó.

El balance en el mes de marzo volvió a ser negativo, aunque Minnesota mejoró algo su porcentaje de victorias, dado que en los dos primeros meses del año apenas habían ganado seis partidos. Marzo se saldó con once derrotas y seis triunfos. En estos 17 enfrentamientos, Minnesota promedió 95 puntos por partido, con unos porcentajes de un 44.4% en tiros de campo y de un 27.1% en triples (en las derrotas este último guarismo descendía a un 21%).

La enfermería de Minnesota estuvo repleta durante este mes de marzo, el peor en cuanto a lo que lesiones se refiere. A las bajas de Brandon Roy, nefasto fichaje de principios de temporada que apenas participó en cinco partidos; Chase Budinger, ausente desde inicio del curso por una grave lesión; Love, lesionado desde principios de año; Kirilenko, asiduo de la enfermería por su rara lesión en la espalda; se unieron Pekovic y Shved. Ante las ingentes bajas Derrick Williams ofreció sus mejores actuaciones con la camiseta de los Wolves, promediando unos nada desdeñables 15.8 puntos en marzo, que subieron a 17.2 con la ausencia de Pekovic. Rubio redujo sus asistencias con respecto a su brillante mes de febrero, ya que repartió 7.8 asistencias en marzo.

Adelman hace historia

En los últimos cuatro meses sumaron 17 victorias y 38 derrotas

El mes de abril, último de la temporada 2012-2013 para los Wolves al no clasificarse para los playoffs se saldó con cinco victorias y cinco derrotas. Cierto es que sus triunfos se produjeron contra tres equipos sin nada en juego: Phoenix y Detroit fuera de la postemporada y San Antonio con los reservas en pista para dar descanso a sus grandes figuras. Poco podemos destacar de este mes, más allá de los 20.8 puntos logrados por Pekovic en los seis partidos que disputó, o la vuelta de Chase Budinger a las pistas después de toda la temporada lesionado. Pero sobre todo hay que destacar a Rick Adelman. Después de un año más que complicado por los problemas médicos de su esposa logró la victoria número 1000 de su carrera como entrenador, siendo el octavo en lograrlo de toda la historia de la NBA.

La temporada 2012-2013 finalizaba para los Timberwolves, dejando de nuevo la sensación entre sus aficionados de ser otro año decepcionante. Estaba claro que David Kahn no iba a continuar como presidente de operaciones en Minnesota. A su mala relación con Kevin Love, buque insignia de la franquicia, se unía su deficiente gestión deportiva. La lista de sus controvertidas decisiones al frente de los Wolves es más que extensa. Se pueden citar algunos ejemplos como sus malas elecciones en el draft, entre las cuales se encuentran Jonny Flynn (por delante de Stephen Curry), Wesley Johnson (con Cousins, Paul George o Monroe sin elegir), Derrick Williams o el traspaso de Ty Lawson a Denver tras adquirirlo en el draft de 2009. La gota que colmó el vaso fue el fichaje de Brandon Roy para la débil posición de escolta, un jugador que llevaba dos años sin jugar y con la rodilla prácticamente destrozada.

Después de un nuevo fracaso, Kahn fue despedido en favor de un viejo conocido de la franquicia, Flip Saunders, quien ya ejerció como entrenador de los Wolves desde 1996 al 2005.

Arranca la era Saunders

Durante el mercado veraniego los Timberwolves realizaron movimientos importantes para incrementar el nivel de la plantilla y clasificarse por fin para los playoffs. Kevin Martin llegó desde Oklahoma avalado por su historial como anotador para ocupar una plaza en el quinteto titular, al igual que Corey Brewer, un ex de Minnesota que regresó tras su crecimiento en Denver durante las últimas dos temporadas. Para completar un plantel de garantías llegaron el francés Ronny Turiaf y desde el draft Shabazz Muhammad, reputado anotador universitario, Gorgui Dieng, pívot intimidador procedente de Louisville, y Robbie Hummel, exjugador del Obradoiro en España. Sobre el papel, la plantilla contaba con los mimbres necesarios para clasificarse entre los ocho mejores de la Conferencia Oeste, pero pronto empezaron los problemas de todos los años en Minnesota.

En la pretemporada volvió a caer lesionado Chase Budinger. Aun así el inicio de temporada fue halagüeño para los Timberwolves. Después de un mes de competición, los Wolves contaban con un balance de 9 victorias y 9 derrotas. Entre los triunfos logrados figuraban oponentes como Oklahoma, Dallas, New York (en el Madison) o Lakers (en el Staples). El regreso de Kevin Love y su excelente nivel fueron los principales motivos para crecer en todos los aspectos del juego con respecto al final de la temporada anterior. Su retorno ha mejorado los números de los Wolves tanto en puntos como en rebotes. Con él Minnesota sólo perdió en cinco partidos el rebote, mientras que la capacidad de anotar en la pintura del equipo creció sobremanera hasta los más de 50 puntos por partido. Otro de los aspectos que han cambiado con respecto al año pasado está relacionado con la anotación. Minnesota promedió en noviembre 105 puntos por partido con unos porcentajes de un 43% en tiros de campo y de un 37% en tiros de dos, cifras que crecían en sus victorias, donde anotaban más de 111 puntos por encuentro.

La irregularidad, su principal hándicap

La llegada de los nuevos fichajes, principalmente Martin y Brewer, surtieron un efecto inmediato. Minnesota aprovechó la velocidad y capacidad anotadora de éstos para incluir entre su repertorio ofensivo el contraataque, sumando una media de 17 puntos por partido. En este inicio de temporada Love volvió a ofrecer el espectacular rendimiento de todos los años, al promediar 23.7 puntos y 13.5 rebotes por encuentro. Kevin Martin se convirtió en el otro estilete ofensivo del equipo gracias a sus 23 puntos, mientras que Ricky cumplió con creces en su labor como director de juego con sus 8 asistencias por partido (9.5 durante los triunfos Wolves).

Los Timerwolves fueron diluyéndose poco a poco

A finales de noviembre Saunders realizó un movimiento para intentar paliar la escasez de aportación desde el banquillo de Minnesota. Derrick Williams, quien nunca contó con el beneplácito de Adelman ni cumplió con las expectativas como número dos del draft, fue traspasado a Sacramento Kings a cambio de Luc Mbah a Moute, alero camerunés de corte defensivo que ha desarrollado casi toda su carrera NBA en Milwaukee. Los titulares de Minnesota cumplían a la perfección con su rol en pista, pero los suplentes no aportaban prácticamente nada cuando les tocaba entrar. Shved desapareció de la rotación, Barea registraba unos porcentajes bajísimos, los rookies apenas jugaban y Cunningham seguía siendo tan irregular como siempre.

El buen juego del equipo de principios de temporada fue poco a poco diluyéndose. Las derrotas empezaron a superar a las victorias. En diciembre la situación no mejoró para Minnesota, ya que hasta ahora suman un récord de 6-4. Actualmente se sitúan fuera de los playoffs, lo cual empieza a preocupar a los aficionados y directivos, quienes no saben por qué el equipo no rinde como se esperaba de él. Martin y Brewer han disminuido sensiblemente sus estadísticas, al igual que Rubio, a quien se está empezando a señalar como uno de los culpables del mal momento de Minnesota, debido a su crónica falta de confianza y de acierto en el tiro. Love está jugando cada vez de manera más egoísta en pista, sin delegar responsabilidades prácticamente en nadie que no sea un Pekovic siempre cumplidor. Además, la segunda unidad sigue sin aportar demasiado en los minutos en los que participan a pesar de la llegada de Mbah a Moute.

Todavía es pronto para encender las alarmas en Minnesota pese a que el actual récord es de 13 victorias y 15 derrotas. La Conferencia Oeste cada vez es más dura y los Timberwolves, actualmente décimos en la clasificación, solo están a dos partidos y medio de los Dallas Mavericks, que cierran las posiciones de playoffs. El proyecto de Saunders mejora considerablemente al vigente en la era Kahn, por lo que tarde o temprano los resultados llegarán. Minnesota deberá sobreponerse a este bache y encontrar de nuevo el buen juego exhibido a principios de temporada para que 2014 no vuelva a ser otro año decepcionante. Otro más.

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