Después de una noche con tres sextos partidos que a la postre dieron pie a un séptimo, el listón para este viernes estaba en lo más alto. Otras tres series se encontraban ante la posibilidad de terminar... o de dar lugar a un partido a todo o nada.

El primero de ellos enfrentaba en Brooklyn a Nets y Raptors, con ventaja para los visitantes. Tras un mal partido de los de Jason Kidd y una actuación majestuosa de Kyle Lowry,  la eliminatoria estaba vista para sentencia por parte de los canadienses. 

Buscando la redención

Escarmentados por el dominio de los Raptors en el anterior encuentro, los Nets salieron dispuestos a mandar sobre su destino y disponer de una última oportunidad de seguir adelante. A base de atacar la pintura rival y defender la suya propia, Brooklyn acabaría el primer cuarto con una gran ventaja que no perdería en toda la noche: 34-19.

En estos primeros doce minutos destacaron las figuras de Joe Johnson y Paul Pierce, con nueve puntos cada uno, y Deron Williams, marcando el tempo de su equipo. Del otro lado, DeMar DeRozan sería el único salvable, mientras que Kyle Lowry y sus fallos dejaban ver que su partido distaría mucho del anterior, en el que se había ido hasta los 36 puntos.

La receta se mantuvo en el segundo cuarto, con un menor acierto por parte de los Brooklyn pero con la misma intensidad en defensa. DeRozan seguiría solo al frente de un equipo disfuncional, sin demasiadas luces más allá de su persona. Deron no dejó de mandar, aunque esta vez contó con la ayuda de un titular de excepción: Alan Anderson, autor de siete puntos, los mismos que el base de los Nets.

Más de lo mismo

La reanudación trajo consigo un tercer cuarto muy poco atractivo, con el desacierto como nota característica. Lejos de aprovechar el mal momento de Brooklyn, los Raptors estuvieron muy inseguros, sumando un total de siete pérdidas. Al final del cuarto, la ventaja era de 20 puntos para los locales: 79-59. El séptimo partido se acercaba cada vez más.

Greivis Vásquez y DeMar DeRozan intentaron meter el miedo en el cuerpo a los Nets, llegando incluso a situarse a diez puntos de diferencia. La solidez de Brooklyn, sin embargo, hizo que acabasen llevándose el partido holgadamente, con un contundente 97-83. Un único partido será el encargado de decidir quién será el rival de Miami Heat en las Semifinales de Conferencia.

Máxima igualdad

Si ha habido una nota característica a lo largo de esta serie, ésa ha sido la igualdad entre ambos contendientes. Han sido pequeños detalles los encargados de dirimir los encuentros: la veteranía de Paul Pierce, las actuaciones individuales de DeRozan y Lowry... 

Para hacerse con la victoria en el séptimo partido, Toronto necesita que DeMar DeRozan y Kyle Lowry estén a su máximo nivel, aunque el segundo haya sido irregular a lo largo de toda la serie. Jonas Valanciunas también debe dar un paso adelante, ya que el equipo puede obtener muchas ventajas a partir del juego interior.

Por su parte, Brooklyn necesita desarmar a los Raptors, forzando a sus estrellas a llevar a cabo tiros complicados y protegiendo la pintura, donde más daño puede hacer Toronto. A lo largo de la serie hemos sido testigos de provocaciones por parte de Paul Pierce y Kevin Garnett que consiguieron sacar a sus jóvenes e inexpertos rivales del partido. Si consiguen desquiciar de ese modo a los Raptors, estos maestros a la hora de pescar en aguas revueltas podrían marcar la diferencia... o caer un año más en Primera Ronda.