Tras conseguir la primera victoria de la serie por 12 puntos, los Warriors tenían la oportunidad esta madrugada de encarrilar la eliminatoria, consiguiendo su racha impoluta en estos playoffs. Fueron capaces de arrasar a los Jazz en el primer partido y no tenían intenciones de que nada cambiase.

Por otro lado, Utah llegaba al encuentro con la necesidad de demostrar que pueden plantarle cara a este equipo, después de no haber sido capaces de disputarles el primer partido. Lamentablemente para ellos, se encontraron con la baja de George Hill, su segundo máximo anotador y un jugador clave tanto durante la temporada como en estos playoffs. En un intento por equilibrar la alineación, Shelvin Mack fue, esta madrugada, el encargado de sustituirle en el quinteto titular.

El partido estuvo dominado claramente, de nuevo, por unos Warriors que empezaron marcando el tempo desde el primer momento. Tras un espectacular primer cuarto, los locales tuvieron que aguantar las embestidas de unos Jazz que empezaron a encontrar su ritmo pero no fueron capaces de remontar.

Gracias al marcador definitivo de 104-115, los Warriors se hicieron con la segunda victoria de la serie y la sexta en estos playoffs, en los cuales siguen invictos. Los Jazz, por su parte, se marchan de vuelta a Salt Lake City, donde intentarán poner en apuros a los Warriors en el tercer encuentro de la eliminatoria.

Esperanza

Utah ha sido un equipo caracterizado con la intensidad durante toda la temporada. Sin embargo, parece que les cuesta activarse frente a estos Warriors. Los de Golden State salieron al parqué como una apisonadora, aniquilando a los Jazz en los primeros minutos. Con ocho asistencias en sus ocho primeros lanzamientos, demostraron mover mucho mejor el balón que los Jazz, mientras mantenían el partido bajo control.

Lo que separó a ambos equipos en un principio fue su agresividad en ambos lados de la pista. Los Jazz parecían demasiado centrados en mover el balón con tal de encontrar superioridad. Una obsesión que fue agrandándose conforme iban fallando sus tiros. Lo que no parecían entender es que, si no miraban a canasta con una mínima agresividad, los Warriors no tenían problema alguno a la hora de defenderles.

La intensidad defensiva de los Warriors en el primer periodo fue clave para el desenlace del partido. Mientras ellos anotaron un 60.9% de sus tiros en el primer periodo, dejaron a los Jazz en un paupérrimo 27.8%. Por si fuera poco, también fueron capaces de sacar de quicio a los visitantes, forzando cinco pérdidas en un equipo obsesionado con el movimiento de balón.

 

 

La charla de Quin Snyder pareció tener efecto en sus jugadores al inicio del segundo cuarto, ya que los Jazz parecieron salir a la pista con una mentalidad totalmente diferente. Necesitaban canalizar el ataque a partir de su defensa y así lo hicieron, consiguiendo frenar la embestida de los Warriors.

Utah necesitaba a Gobert a tope en ambos lados de la cancha y su actuación en el segundo cuarto, en el que consiguió ocho puntos y cuatro rebotes, fue vital. A su vez, Gordon Hayward siguió demostrando ser el líder del equipo, con 12 puntos al descanso. Por mucho que ellos hicieran, Draymond Green estaba siendo sueño y señor del partido. Más allá de su defensa, siempre impecable, Draymond aportó 15 puntos, cuatro asistencias y tres tapones en la primera mitad, con un magnífico 71.4% en tiros de campo, los cuales habían sido solo triples hasta el momento.

Las sensaciones de la primera mitad fueron peculiares. En el primer cuarto, los Warriors no habían dado opción alguna a unos Jazz que parecían perdidos. Sin embargo, los visitantes reaccionaron en el segundo periodo y dieron una mejor impresión, demostrando que podían luchar contra estos Warriors. De tal manera, ambos equipos se marchaban al descanso con un marcador de 47-60 y medio partido por delante.

Por el retrovisor

La distancia en el marcador parecía demasiado grande como para que los Jazz pudieran poner en aprietos a los Warriors, que habían dominado el encuentro sin demasiadas complicaciones. Tal vez fue por eso que comenzaron la segunda mitad algo más relajados de lo que deberían; algo que los Jazz no tardarían en aprovechar.

Mientras unos salían al parqué con un exceso de confianza, los otros empezaban, poco a poco, a ganarla. Empezando la mitad con un gran parcial de 3-10, Utah Jazz fue capaz de ponerse a solamente seis puntos, incomodando, por primera vez, a los Warriors. Fue entonces cuando Mike Brown reaccionó y decidió introducir en pista a Iguodala en detrimento de Zaza Pachulia, para jugar con una alineación más bajita y atlética.

El cambio pareció funcionar, pese a los riesgos que comportaba, y los Warriors volvieron a apretar los dientes. El panorama volvía a pintar muy pero que muy negro para los Jazz, que solo conseguían mantenerse en el partido gracias a Gordon Hayward, que consiguió 12 puntos en el tercer periodo. Especialmente buena fue la actuación de los Jazz en el tercer cuarto, que supieron ser peligrosos pese a los problemas de faltas de Gobert.

 

 

El último cuarto comenzó con los Warriors volviendo a poner tierra de por medio, preocupados por un posible final apretado. La defensa era más intensa que nunca y ninguno de los equipos conseguía sacar nada en claro. Lanzamientos complicados y malas situaciones de tiro hicieron que el marcador se moviese a trompicones.

Con complicaciones para ambos equipos, se llegó a los dos últimos minutos con una diferencia de siete puntos que aún daba esperanzas a los Jazz. Habían sido capaces de arañar puntos durante gran parte del encuentro así que nada les impedía seguir haciéndolo.

Para su desdicha, si los Warriors habían dominado el encuentro, también iban a dominar los minutos finales. Los Jazz parecieron tener demasiada prisa y se precipitaron en acciones tanto defensivas como ofensivas, a diferencia de los de la Bahía, mucho más experimentados y calmados. Steph y los suyos pudieron frenar a los Jazz y hacerse con el partido, gracias a un marcador final de 104-115.

Claves del partido

Puede parecer exagerado decirlo, pero los Warriors cerraron el partido en el primer cuarto. Nada fue más importante que ese primer periodo. Y es que la ventaja de 18 puntos que consiguieron en los primeros 12 minutos fue demasiado grande para los Jazz. Su experiencia en este tipo de partidos les permitió frenar a los visitantes.

Para los de Utah, sin embargo, hay algo de esperanza. Lo cierto es que los tres cuartos restantes fueron muy competidos y los Jazz llegaron a ganar esos 36 minutos por siete puntos. Es cierto que no fueron capaces de remontar, pero la historia podría haber cambiado de no ser por ese primer periodo. Los momentos en los que jugaron con intensidad y agresividad fueron sus mejores minutos y causaron verdaderos problemas a los Warriors.

 

 

Hablar de los Warriors es hablar de su Big Four. Draymond Green estuvo en su línea, volviendo a ser un todoterreno y consiguiendo 21 puntos, siete rebotes, seis asistencias y cuatro robos, acompañados de un 53.8% en tiros de campo y 62.5% en triples. Odiado o amado, Green no puede dejar a nadie indiferente. Durant le siguió de cerca, con 25 puntos, 11 rebotes y siete asistencias, mientras abusaba de los Jazz con su velocidad y elasticidad. Curry y Thompson, con 23 y 14 puntos respectivamente, cerraron una actuación redonda de las cuatro estrellas, que consiguieron 83 puntos y dejaron secos a los Jazz.

Utah se encomendó, una noche más, a Gordon Hayward. El alero fue el mejor jugador de los visitantes y fue capaz de acabar el partido con 33 puntos (21 en la segunda mitad), cinco rebotes y cuatro asistencias, anotando un 52.4% de sus tiros. Le acompañó el otro gran estandarte del equipo, Rudy Gobert, con 16 puntos, 16 rebotes y un 66.7% de acierto. Pese a que el partido del francés fue muy eficiente, cometió algunos errores graves en defensa debidos al nerviosismo y la precipitación.

Pese a que Shelvin Mack tuvo una buena actuación, con 14 puntos, los Jazz echaron mucho en falta a George Hill y su capacidad para atacar la canasta. Poco a poco fueron ganando en agresividad pero si quieren ganar a estos Warriors, deben ir a por todas desde el primer instante. Si juegan todo el partido con la misma intensidad, pueden acabar dando problemas a los de la Bahía.

La serie se marcha, de esta forma, a Salt Lake City con un marcador de 2-0 a favor de los Warriors. Los de Steve Kerr (ausente y sustituido por Mike Brown) son los grandes favoritos a todo pero Utah está demostrando, poco a poco, que se les puede plantar cara. Habrá que ver si Hill puede volver a jugar en el tercer y partido y cómo responden ambos equipos al cambio de estadio. Los Jazz, que aún no han conseguido estar por delante en el marcador en esta serie, tienen muchas ganas de plantarles cara a los Warriors. Esto no ha hecho más que empezar.