Día y horario extraño para celebrarse unos de los mejores partidos que se pueden presenciar en el baloncesto español. Madrileños y vitorianos tuvieron que sobreponerse a estas inusuales condiciones y parece que los hombres de Pablo Laso lo acusaron menos. Había mucho en juego, y el WiZink Center volvió a responder para acompañar a su equipo aunque fue inevitable que el ambiente fuera más frío de lo deseado.
A pesar de la importancia del partido y del rival, Pablo Laso siguió manteniendo su plan de rotaciones que en esta ocasión, incluía que Luka Doncic no jugará ni un minuto. En su lugar, ha jugado el canterano Melwin Pantzar, un escolta de 1,90 metros y 18 años que suele entrenar con el primer equipo.
Dichas rotaciones en los minutos han funcionado y no se ha percibido un bajón en el nivel, ya que el Madrid parece haber encontrado un buen equilibrio para mantener una línea satisfactoria en su juego. Hombres como Causeur, Taylor, Yusta o Tavares han sido hoy parte de los responsables de esa buena tendencia. Se nota que Belgrado está en el horizonte.
No se notaron las rotaciones madridistas
El Baskonia, al comienzo del partido, quizás debería haber intentado marcar diferencias en la intensidad, aprovechando la frialdad del WiZink Center, pero solo se ha limitado a seguir la corriente del juego, lo que le ha permitido estar muy cerca en el marcador durante el primer cuarto y parte del segundo, pero eso nunca es buena idea contra el Real Madrid, que anotó un parcial de 8-0 rematado cerca del final del primer periodo.
(25-24) y luego ya se distanció ligeramente al llegar el descanso, gracias a un Sergio Llull que volvió a ser desde el banquillo pero que cada vez deja más destellos de su nivel del curso pasado, y que lideró la mejoría del Madrid para poner el 52-44 a la vuelta a los vestuarios. La ausencia de intensidad defensiva de Baskonia empezaba a notarse y no se corrigió al reanudarse el juego.
Llull fue el encargado de colocar en el tercer cuarto la primera diferencia de dobles dígitos. (40-30). El base balear anotó dicho triple y fue de las acciones más celebradas del partido, ya que dejó al equipo vitoriano muy noqueado y con la sensación de que esos diez puntos de diferencia eran muchos más. No se percibía ninguna reacción en las filas de Pedro Martínez. El tercer cuarto avanzó sin mucha emoción e incluso se llegaba a los quince puntos de brecha (67-52).
El Madrid siguió dominando cómodamente e involucrando a más jugadores en el partido, con estupendas actuaciones de Trey Thompkins (17 puntos), Felipe Reyes (14), Jaycee Carroll (13) y el mejor del partido: Rudy Fernández (16 puntos).
Un equipo muy coral que contrastaba con un Baskonia cuyo base Luca Vildoza (22 puntos) fue el mejor pero que se encontraba muy poco acompañado por sus compañeros, destacando por su ausencia Tornike Shengelia. El montenegrino y candidato al MVP de la Liga Endesa solo anotó seis puntos, al igual de Beabois, otro base capaz de lo mejor, pero también de lo peor.
Ventaja de campo en todo el 'playoff'
Cuando parecía que todo estaba resuelto, el exceso de confianza provocó que el Baskonia consiguiera acercarse hasta los siete puntos a falta de seis minutos, más por desmerecimiento del Madrid, que se olvidó de jugar. Pablo Laso frenó esta situación y todo volvió a la senda que había adoptado el partido desde el segundo cuarto. La emoción y esperanza de los vitorianos duró poco, y finalmente el Madrid se impuso por 101 a 89 en un partido un tanto descafeinado y en que se siente que se ha desaprovechado la oportunidad de ver un espectáculo mejor.
Finalmente, el Madrid fue el que se fue feliz porque ha vencido a su perseguidor más directo y asegura el liderato de la Liga Regular, lo que significa que va a tener ventaja de campo siempre en estos playoffs.