Miércoles de novedades en la NBA. Todos los focos se los lleva el traspaso que llevó a DeMar DeRozan a dejar a los Raptors para ser nuevo jugador de los San Antonio Spurs, a cambio de un Kawhi Leonard que esperaba ser enviado a Los Angeles, pero termina en Toronto, Canadá. Sin embargo, también es muy importante la noticia que llega desde Boston, ya que el acuerdo de renovación entre los Celtics y Marcus Smart es inminente.

Smart, que fue seleccionado en el sexto lugar del Draft del 2014, se ganó poco a poco el cariño de los fanáticos hasta convertirse en el jugador predilecto del público. Explicar su influencia en los Celtics de Brad Stevens no se puede realizar solamente con estadísticas. Sus promedios de la última temporada son de 10,2 puntos, 3,5 rebotes y 4,8 asistencias, pero su aporte como revulsivo de la segunda unidad, líder del vestuario y comprometido con la causa como ninguno no tienen precio.

Danny Ainge estuvo reunido con el representante del jugador, Happy Walters, en un encuentro donde ambos acercaron posturas económicas para cerrar el acuerdo, que le reportaría al jugador entre 46 y 50 millones de dólares en cuatro años, asegurando su permanencia por un largo tiempo dentro de la franquicia.

Los Celtics consiguen así un buen precio para la renovación de Smart, ya que se esperaba que consiga un contrato mucho más elevado en la agencia libre. Sin embargo, los Celtics deberán hacer algún movimiento más para cerrar su plantilla y no ingresar en el impuesto de lujo. Si esto ocurre el principal apuntado a salir es Marcus Morris, pero tampoco hay que descartar que la gerencia elija pagar el mencionado impuesto pero mantener la base del proyecto que estuvo a un partido de las Finales y con los retornos de Gordon Hayward y Kyrie Irving totalmente sanos, son candidatos a todo.