Phoenix Suns ha comenzado la temporada con la misma dinámica que venían arrastrando. La diferencia es que la plantilla con la que cuentan a raíz del último draft debería de ser suficiente para dar un paso más. Son prácticamente la peor franquicia de toda la competición, estando a años luz del resto de su conferencia. Esta situación que ha persistido en el tiempo va ligada de la mano de que la estrella del equipo, Devin Booker no encuentre regularidad por culpa de problemas físicos. Algo que siendo el único base del equipo es muy perjudicial para la rotación cuando no se encuentra disponible. 

En el último partido ante los Lakers, ocurrió lo peor que le podría pasar a los Suns. En una acción defensiva, corriendo detrás de Lonzo Ball para cortar una contra el base se resintió de alguna molestia que le hizo salir de la cancha por unos segundos. Después de que sus compañeros y LeBron James se preocuparán por su estado, el jugador aseguró que no se encontraba en condiciones de continuar jugando y se retiró al vestuario.

No se sabe el alcance que tiene la lesión, pero a la conclusión que si podemos llegar es que la "Bookerdepedencia" que tienen en la franquicia no puede continuar. La directiva tiene que asumir que es momento de moverse en el mercado para intentar realizar algún movimiento y traer un base puro. También piezas como DeAndre Ayton, el seleccionado el 1º del último draft, tienen que empezar a coger más peso poco a poco. Aún no se le ha visto ese impacto que se esperaba tras su temporada universitaria, aunque si que ha dejado muchas pinceladas bastantes buenas. Ante tantas lesiones de Booker, es cuando el pívot debería de empezar a demostrar porque gastaron una primera elección en él. 

Los focos también se encuentran sobre el nuevo entrenador. El europeo se encuentra cuestionado sobre si el equipo sigue en el mismo plan de tanking en busca de tener más jugadores jóvenes o si no esta preparado para llevar un equipo de la NBA. Igor Kokoskov cuenta con una plantilla decente, algo que no puede permitirse perder partidos como este último con diferencias de 30 puntos a más de 8 minutos del final. Pese a no contar la mayoría del partido con su jugador franquicia tras esos dolores en el muslo izquierdo, la actitud que se ve cuando los Suns están en pista es como si estuvieran dejando pasar los partidos esperando al verano.