Las lesiones de Kevin Durant y Klay Thompson jugaron un papel fundamental en la derrota de Warriors las pasadas finales. El anillo logrado por Toronto presagiaba el final de una época dorada para un equipo que pasó de la sombra de la liga a convertirse en la franquicia más generadora y ganadora. Kawhi Leonard puso fin a la andadura de Warriors en la NBA. Un ciclo de cinco temporadas en las que los de Steve Kerr cambiaron el baloncesto para siempre. Si destacamos las figuras de Allen Iverson, como uno de los jugadores más influyentes de la historia al acercar la NBA al baloncesto de las calles o Michael Jordan, como uno de los jugadores más mercantilizados; podemos hablar de estos Warriors como un equipo liderado por los Splash Brothers que cambiaron la filosofía y formas de jugar. Con el juego de triples Golden State desapareció la figura de pivot dominante, dejando paso a otras opciones de quintetos bajos o con jugadores de siete pies lanzando de tres.

La pérdida de fondo de armario, clave

Pero, a día de hoy, la situación de Warriors es bien distinta. A la lesión de Thompson (se perderá todo el curso) hay que sumar la salida de Kevin Durant, que pese a caer lesionado, Warriors supo sacar beneficio de una salida más que anunciada obteniendo a D’Angelo Russell de Brooklyn. Pero más allá de las idas y venidas, el cuadro de San Fancisco ha perdido fondo de armario. El banquillo jugó un papel fundamental en los tres anillos logrados. Jugadores como Iguodala, Livingston, Barbosa o Bogut ya no están y los recambios no alcanzan el nivel.

Pese a ello, los Warriors empezaron el curso NBA con las esperanzas depositadas en la nueva pareja formada por Curry y Russell, además de la labor en la sombra de Draymond Green. Una temporada que comenzaba son aires de cambio y en la cual, el estrenar nuevo pabellón era un aliciente. La realidad fue bien distinta, el nuevo Chase Center fue testigo de una derrota (122-141) frente a los Clippers de Kawhi Leonard, otra vez. Si la situación no era alarmante con tan sola una victoria lograda frente a Pelicans, en el cuarto partido de la temporada frente a Suns, Curry se fracturó la mano. Un hecho que podría sentenciar a unos Warriors que deberán lidiar son su líder al menos tres meses y donde la nueva incorporación D’Angelo Russell deberá de dar un salto cualitativo y llevar a su equipo al mantenerse al menos en playoffs.

Una nueva era

El final de la dinastía de Golden State y el inicio de una nueva era, se vio acentuado con el curioso quinteto que sacó Steve Kerr en el último choque frente a Hornets. Lo que significó la tercera victoria del equipo de Charlotte, llegaría ante unos Warriors que partían desde el inicio con Jordan Poole, Kyle Bowman, Glenn Robinson III, Paschall y Willie Cauley-Stein debido a las numerosas bajas. La época dorada de los Warriors ha llegado a su fin, ahora es momento de demostrar que son capaces de renacer de sus propias cenizas y confirmarse como una franquicia ganadora para la eternidad.