El Real Madrid de Baloncesto continúa apostando por la juventud y el talento de las promesas emergentes que año tras año aparecen en la capital española con ADN blanco. Usman Garuba y Mario Nakic, los ejemplos más recientes. Doncic, Yusta o Barreiro, los más impactantes.

Un crío con tablas de veterano

“No miro el DNI de mis jugadores, sino lo que son capaces de producir”, afirmó rotundamente Pablo Laso el pasado dos de noviembre. Esta declaración podría sonar a uno de los tópicos clásicos de los entrenadores cuando son preguntados por un chico que despunta en la cantera o por un curtido veterano dando sus últimos coletazos en el baloncesto. Pero en este caso, el técnico vasco se está dando la razón a sí mismo durante los partidos del Real Madrid, porque hay que ser muy valiente, por no emplear otra expresión bastante más contundente, para poner de titular en una de las canchas más imponentes del viejo continente como lo es el Ulker Sports Arena de Estambul a un joven ala-pívot que apenas promediaba poco más de tres minutos por partido en la Euroliga en su primera temporada como jugador del primer equipo.

Usman Garuba está desarrollando una progresión asombrosa desde el comienzo de la presente campaña. “Tiene algo especial, algo propio de los grandes jugadores”, reconoció su fan número uno: su entrenador. Una enorme versatilidad para jugar de cuatro o de cinco y defender con garantías a múltiples perfiles de interiores, sumada a unas condiciones físicas prodigiosas, y a una notable capacidad anotadora incluso desde más allá de la línea de tres puntos, lo convierten en uno de los jugadores más prometedores de toda la competición.

Paso al frente sin Randolph

La reciente lesión del zurdo de Wurzburg le despeja el camino para poder contar con más minutos y así lograr una evolución a una velocidad todavía más vertiginosa. Tras sus dos primeras grandes noches en la Euroliga en las jornadas cinco y seis ante Bayern de Múnich y Alba Berlín, Garuba exhibió el pasado jueves en un escenario inmejorable todo su potencial, sin necesidad de alcanzar grandes cifras numéricas (“únicamente” 3 puntos, 4 rebotes, 3 robos, 2 tapones y 2 asistencias). La realidad es que transmitió una sensación de superioridad y de control de la situación alucinante, y un dominio absoluto de todos los registros posibles, tanto defensivos como ofensivos, desde una gran capacidad de pase, hasta defensas tremendamente efectivas ante hombres como Lauvergne o Kalinic.

“Me hacéis las mismas preguntas sobre él que hace tres años sobre otro chaval que lo hizo bien aquí (Doncic)”, llegó a comentar Pablo Laso hace tres meses. Una comparación que son palabras mayores, realizada por la persona que mejor lo conoce. Usman parece no tener límites, únicamente es un chico aún sin carnet de conducir que está destacando en el máximo nivel y que en las próximas semanas podremos disfrutar con mayor asiduidad. El paso del tiempo será el único juez que coloque un techo a un joven que se está labrando un nombre en el mundo del baloncesto de un modo extraordinariamente precoz.