La relación entre Chris Bosh y Miami Heat va camino de parecerse a una telenovela venezolana. Según recientes informaciones emitidas por el medio local Miami Herald, la franquicia estaría pensando en no cortar todavía al jugador a la espera de conseguir un traspaso con el mismo con el que satisfacer las necesidades deportivas de la plantilla. En una primera impresión, la idea por parte de Micky Arison y los suyos de lograr encontrar algún equipo que quisiera desprenderse de alguna de sus piezas, las cuales pudiesen ser de ayuda en el puzzle de Miami, es buena. El principal problema es llevarla a cabo, porque se antoja complicado que una franquicia estuviese interesada en un jugador cuya enfermedad le ha mantenido inactivo por más de un año.

El calvario de Bosh, junto con su elevado salario (todavía le restan tres años de contrato por un montante de casi 76 millones de dólares), complica el futuro del jugador, y por ende el de su franquicia, quien ya tuvo la opción de cortarlo desde el 9 de febrero. Desde las altas esferas alegan que tal decisión se tomó ante la inexistencia de ningún agente libre que interesase realmente al equipo técnico, por lo que no había razones para habilitar una posición en el roster.

Sin embargo, tal iniciativa merma las posibilidades de los Heat a día de hoy, quienes no optaron por deshacerse del bicampeón del anillo, con la consiguiente rémora en el límite salarial. Desde la franquicia de Florida, han apostado por la espera de un traspaso que quizá no llegue a buen puerto. Si tal cosa no sucediera, los Heat se verían abocados a asumir la ficha del ala pívot y, por tanto, autolimitarse en futuras negociaciones. Los aficionados de los Heat esperan ansiosos a que este juego de trileros acabe bien. El tiempo dictará sentencia.