El primer partido de las Finales de la NBA nos dejó un gran espectáculo protagonizado por Kevin Durant y unos Golden State Warriors que consiguieron una victoria contundente para empezar con buen pie en este camino de su particular venganza. El alero de Maryland nos dejó 38 puntos, ocho rebotes y ocho asistencias con ni una sola pérdida de balón para celebrar su vuelta al gran baile de la NBA tras su última y única aparición con Oklahoma City Thunder en 2012. La versión que nos dejaron estos Warriors fue impresionante pero parece que aún tienen cosas que arreglar. En rueda de prensa, a pesar de su gran partido y la consecución de la victoria, Kevin Durant fue directo.

“Aún hay muchas cosas por arreglar, podemos jugar mucho mejor”. Durant decidió seguir metiendo miedo en el cuerpo de los Cavs tras un excelso partido. Es cierto que los de Cleveland no mostraron su mejor versión y que los Warriors tienen aún muchos aspectos de su juego que mejorar para mantener este nivel en las Finales. “Lo importante es que conseguimos la victoria, que es lo importante en unas Finales”. Derrotaron a los Cavaliers de la mejor manera posible y llegan al segundo partido con la moral por las nubes y viéndose capaces de conseguir una nueva victoria delante de sus aficionados. 

En los últimos 30 años, sólo Shaquille O’Neal anotó más puntos que los 38 de Durant en el primer partido de las Finales sin perder ni un balón. Fue todo un martillo pilón para unos Cavaliers que no encontraban la manera de frenarlo. Incluso podía verse en ocasiones cómo le dejaban la alfombra roja despejada hasta el aro para evitar acumular ningún tipo de faltas. Fue todo un quebradero de cabezas para la defensa de Cleveland. 

Los chicos de Tyronn Lue tienen muchos aspectos todavía que mejorar para poder plantar cara a los Warriors en estas Finales y no debe haber ninguna duda de que ahí estarán. El nivel defensivo fue bastante malo y no consiguieron cuidar del balón lo suficiente. Los números lo demuestran, 20 pérdidas frente a las cuatro de Golden State. Deben salir con una mentalidad diferente al segundo asalto.