Una vez más, la vuelta de Kevin Durant a su antigua casa, el Chesapeake Energy Stadium, estaba en la mira de todos. El alero llegaba con algunas molestias físicas pero decidió jugar cerca de la hora del encuentro en un partido donde su antiguo socio Russell Westbrook se llevó todos los flashes.

Ambos protagonistas ya habían tenido un par de cruces durante el encuentro, pero la jugada cumbre ocurre en el tercer cuarto. Con casi siete minutos restantes, Oklahoma City dominaba tanto el marcador por 73-56 como el juego, donde los de Steve Kerr no estaban finos y sufrían el planteo de Billy Donnovan. Allí Durant intentó una penetración en contraataque emparejado con el actual MVP de la liga, en la jugada que dio origen a todo.

Sin embargo, Westbrook le tocó el balón y lo envió afuera, lo cual levantó al público. El base comenzó a hacerle el gesto de “No, no” con la cabeza y despertó la ira de Durant, quien no se tomó de buena forma las acciones de su antiguo compañero y llevó a la discusión hasta quedar ambos jugadores emparejados cara a cara y diciéndose cosas, teniendo que ser separados por los árbitros, que decidieron una falta técnica por lado.

Lo cierto es que el partido fue un auténtico show para Westbrook, que provocó a los jugadores de Golden State en varias ocasiones y con sus 34 puntos, 10 rebotes y nueve asistencias fue el principal impulsor de la victoria de los Thunder ante los Warriors por 108-91, la primera que logran contra ese rival desde la marcha de Kevin Durant a mediados del 2016.

Durant no tuvo una buena noche y se quedó en los 21 puntos, cinco rebotes y -17 en 32 minutos sobre el parqué. El MVP de las Finales se vio superado por Paul George (20 puntos, 11 rebotes y cuatro robos) durante todo el partido y la ofensiva de los campeones siempre estuvo limitada por la grandísima tarea defensiva de los Thunder, que dejaron a los Warriors en su segundo peor registro anotador de la temporada.

Tras el partido, ambos jugadores intentaron bajarle los ánimos al cruce y se lo atribuyeron a cosas del encuentro. Sin embargo, puede que el pique de esta noche entre dos de los mejores jugadores de la NBA no sea el último. Algunas heridas pueden que no hayan cerrado.