Cuando un equipo no termina de encajar sus piezas lo que cabría esperar es que esas piezas, que la gran mayoría de veces suelen ser los jugadores, acaben por verse rodeadas de rumores de traspaso, descontento o incluso frustración por el propio jugador. Si a eso se le que te toca jugar un partido contra el equipo que vio nacer tu talento, fama y prestigio se añade un poco más de presión a la ya de por sí presionada cabeza de un jugador.  

Este ha sido el drama por el que ha tenido que pasar Paul George que ha visto como toda la tensión de una semana complicada para él se evaporaba cuando quedaban 15 segundos para el final del partido y su actual equipo, los discutidos Oklahoma City Thunder, conseguían la victoria por 95-100 ante su anterior equipo los Indiana Pacers.

Ha sido como lo ha relatado el jugador. “Estoy feliz de que el circo haya terminado. Todos podemos avanzar”, señaló tras el partido. “Sabía cómo iba a ser el ambiente esta noche. Mis compañeros hicieron un gran trabajando ayudándome a luchar contra ello hoy”.

Paul George finalizó el partido con 12 puntos, dos rebotes, cinco asistencias, tres robos y un tapón. Estas estadísticas se antojan algo cortas para un jugador de su talento y más si se le añade un pobre 21% de tiro. Se podría deducir que los continuos abucheos de la grada hacia su persona desde el inicio del encuentro hasta el final influenciaron en su juego, pero el jugador nacido en California defiende justo lo contrario en sus declaraciones.

"El ambiente no fue una sorpresa. Sabía lo que me iba a encontrar. He jugado aquí más de 300 partidos. Estaba cómodo. No tuvo nada que ver con los abucheos. Simplemente fallé los tiros," comentó Paul George tras una noche en la que, por una razón o por otra, no estuvo cómodo.

Tras esta victoria los Thunder se sitúan con un récord en la Conferencia Oeste de 13-14 que le permite colocarse en la ultima plaza para los playoffs. Las dudas sobre su juego, sin embargo, siguen sin disiparse y habrá que ver si finalmente consigue este equipo entrar en una dinámica positiva