Cuenta la leyenda que hace un par de años existió un halcón. Un halcón que amenazaba, como otros tiempos,  con dominar su particular montaña. Dónde otras bestias codiciaban un atractivo anillo, ese halcón supo que iba a necesitar la ayuda de otros de los suyos.

Así fue como el halcón líder realizó su llamada para reunir un grupo con el que pudiera volar hacia el pico de la montaña y capturar el anillo para su eterna gloria… Pero cuando el resto de bestias de la montaña  apreciaron el vuelo de tan singular grupo hacia el mismísimo cielo, el grupo de aves empezó a sentir la presión y a tambalearse.

Esta larga metáfora con complejo de cuento podía resumir lo que han sido los últimos cinco años en Atlanta, con un quinteto que fue reconocido por la propia NBA  siendo “Jugador del mes “en una temporada. Ese quinteto  formado por Jeff Teague, Kyle Korver, DeMarre Carrol, Paul Millsap y Al Horford, llevó a Atlanta a unas cotas bien altas.

Un conjunto contra el que ningún equipo quería vérselas, gracias al buen hacer de Mike Buldelhozer en el banquillo. El entrenador supo sacar el máximo rendimiento de cada uno de sus jugadores y desarrollar un sistema de juego muy parecido al que había nutrido su formación, que no era otro que el de San Antonio Spurs.

Movimiento de balón y solidaridad entre compañeros junto con defensa. Eso fue hace  un par de  años, en la temporada 2014/2015 donde el equipo finalizó con un record de 60-22 liderando la Conferencia Este y cayendo contundentemente por falta de experiencia y lesiones en finales de Conferencia contra los prácticamente imbatibles Cleveland Cavaliers (4-0).

Los Hawks que maravillaron al mundo | Fotografía: Kevin C. Cox / Getty Images
Los Hawks que maravillaron al mundo | Fotografía: Kevin C. Cox / Getty Images

Después de esaa temporada, la afición esperaba que el equipo subiera el nivel en playoffs en la 2015/2016  para consolidarse como candidatos al anillo en la Conferencia Este. Pero con lo que no se contaba es que desde la directiva se traspasara a uno de los líderes defensivos del equipo, DeMarre Carrol.

Aún así, se esperaba que jugadores como Tim Hardaway Jr. y Justin Holiday se pudiera suplir su ausencia. No fue así, y si bien el equipo no terminó mal la temporada, con un record de 48-34, volvieron a  caer de nuevo en Semifinales de Conferencia por otro contundente 4-0 ante Cleveland Cavaliers.

Tras esta temporada, la directiva nuevamente recurrió a la agencia libre para intentar un nuevo golpe de efecto al equipo, pero tras preparar el escenario para una millonaria renovación para Al Horford, éste finalmente se decidió marchar al atractivo proyecto que le proponía  Boston Celtics. Con esta, quizá inesperada, ausencia en el equipo, la franquicia tuvo que mover ficha y la solución que se proporcionó fue la llegada de Dwight Howard.

A la salida de Horford había que sumarle la de Jeff Teague que ponía rumbo a Utah a cambio de  George Hill. Con lo que en prácticamente menos de un año Atlanta había soltado a 3 de sus 5 piezas, las cuales les había regalado uno de los mejores records de la franquicia y unas Finales de Conferencia.

En esa misma temporada soltarían a los dos piezas restantes (Millsap, Korver) que ponían rumbo a Denver y Cleveland respectivamente. En esta temporada el equipo conseguiría un récord de 43-39 a pesar de los ya numerosos cambios, pero caería en primera ronda de playoff ante Washington asumiendo ya el rol de nuevo proyecto de líder el hasta ahora segundo base del equipo Dennis Schroder.

Tras finalizar la temporada el año pasado  y sin realizar grandes fichajes en verano, la franquicia parece que ha puesto al equipo en situación de reconstrucción, quizá de forma ilógica para algunos expertos, y dejando las llaves del equipo al joven alemán  Dennis Schroder, con una renovación generosa incluida.​​​

Dennis Schroder es la esperanza de los Hawks | Fotografía: Kevin C. Cox / Getty Images
Dennis Schroder es la esperanza de los Hawks | Fotografía: Kevin C. Cox / Getty Images

Dennis junto con algunos vetaranos y caras ya conocidas de la franquicia como Kent Bazemore, tratarán de ir dando de nuevo intimidación al halcón que hasta hace unos años parecía ser uno de los más temidos de la conferencia. La franquicia parece apostar por construir en torno al draft con llegadas como  rookies como  John Collins este año que aunque parece que se encuentra algo “verde”.

No obstante, muestra un gran potencial a desarrollar por su entrenador Mike Buldelhozer, un entrenador que a pesar de los continuos cambios de la plantilla por parte de la gerencia se ha mantenido fiel al proyecto, apropiadamente apoyado también por la franquicia.

De momento, parece haber pocos motivos para alegrarse este año con este joven halcón. Y es que con un récord de 9-26, es el peor equipo de la liga antes de que  acabe el año, y no parece que eso vaya a cambiar rápido; pues la calidad de la plantilla, no da para ampliar ese número de victorias.

Sin embargo, es de admirar que a pesar de estos datos el equipo haya competido todos y cada uno de los partidos, incluyendo alguna que otra sorpresa agradable en forma de victoria a equipo grande.

En conclusión Atlanta, era el equipo del que podía  hablarse de caída del año de una forma al mismo tiempo obvia y sorpresiva, sobre todo considerando la trayectoria del equipo en los dos últimos años comparándola con la actual. En dos años han pasado de aspirar a llegar a la final de la NBA a posicionarse en buenas posiciones para el draft.

¿Podrá verse a este halcón volando hacia el cielo de Atlanta de nuevo?

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