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Las caídas, jueces de las grandes vueltas

Las caídas y los percances han perseguido a los favoritos en las grandes vueltas del calendario ciclista 2014. El abandono de Nairo Quintana en la Vuelta a España se suma a una larga lista que incluye nombres como los de Alberto Contador, Chris Froome o Joaquim Rodríguez.

Las caídas, jueces de las grandes vueltas
Nairo Quintana se duele tras su caída en la Vuelta a España (Foto: Movistar Team).
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Por Andreu Valentin Torrecilla

Para ganar una gran vuelta por etapas no basta con ser el corredor más completo o tener el mejor equipo, también se necesitan grandes dosis de fortuna. Las caídas, las lesiones y las enfermedades, por desgracia, forman parte del día a día del deporte de las dos ruedas. Nadie está exento, los percances no entienden de favoritos. Las caídas las provoca la fuerza de la gravedad, que es una Ley universal que opera para todos los cuerpos por igual. Cualquier despiste, mal gesto, puede causarlas. El ciclismo proporciona grandes momentos a sus campeones, pero también maltrata a sus protagonistas con extrema crueldad.

Para ganar una gran vuelta se necesitan grandes dosis de fortuna

¿Quién no recuerda la desafortunada caída de Luís Ocaña en el col du Mente cuando tenía contra las cuerdas al gran Eddie Merckx en el Tour de 1971? El corredor conquense se encaminaba hacia su primer Tour, pero la mala suerte se cebó con él en el descenso del puerto pirenaico. Las condiciones eran extremas: agua, rayos, truenos y granizo. El descenso estaba impracticable, los frenos de las bicicletas estaban totalmente inutilizados, los corredores disminuían la velocidad apoyando los pies en el resbaladizo asfalto. Fue en ese momento cuando sobrevino la tragedia. Primero se fue al suelo Merckx, sin consecuencias. Pero Ocaña no corrió la misma suerte. El corredor español se cayó a continuación del belga y, cuando se estaba reincorporando, Joop Zoetemelk se lo llevó por delante destrozando todas sus aspiraciones en la ronda francesa.

Son ejemplos que sirven para remarcar la dureza con la que el ciclismo trata a sus grandes campeones. Una dureza que se ha acentuado en la presente campaña.

Todo comenzó en el Giro

El Giro comenzó cruzado desde el principio. Ya el primer día, en la crono por equipos disputada en Belfast, vimos como el irlandés Daniel Martin, ídolo local, se iba al suelo junto a varios miembros de su equipo y abandonaba la carrera con la clavícula fracturada. Un mal augurio que precedió al abandono de Joaquim Rodríguez. Las caídas convirtieron la sexta etapa del Giro, con final en Montecassino, en una auténtica carnicería. Tres montoneras multitudinarias, a falta de diez kilómetros para el final, sembraron el caos en el pelotón. El líder del Team Katusha y varios de sus compañeros fueron algunos de los corredores más afectados. Giampaolo Caruso abandonaba la carrera en ambulancia con un fuerte esguince cervical, Ángel Vicioso se fracturaba el fémur, y "Purito", pese a llegar a la línea de meta, se veía obligado a retirarse de la prueba con varias  fracturas: una en el primer dedo de la mano izquierda y otra en la octava costilla del tórax izquierdo.

Fuente: Katusha Team

Las caídas marcaron el Tour

El desarrollo del Tour de Francia estuvo condicionado por las caídas. El esperadísimo duelo entre Froome y Contador se esfumó en la primera semana de carrera. El ciclista británico se cayó tres veces en dos días y acabó retirándose en la quinta etapa, antes de llegar al primer tramo de pavé, con las dos muñecas fracturadas. Alberto Contador no corrió mejor suerte. El pinteño se fue al suelo en la décima etapa, en el descenso del Petit Ballon, cuando rodaba a más de 70 km/h. Y, pese a que intentó seguir en carrera tras recibir atención médica, acabó retirándose en la bajada del Platzerwasel con una fisura en la meseta tibial de su pierna derecha.

Dos abandonos que no fueron los únicos. Ciclistas como Andy Schleck, Mark Cavendish o Andrew Talansky, corrieron la misma fortuna.

Fuente: Tinkoff-Saxo

Nairo Quintana, el último en sumarse a la lista

Parecía que la Vuelta a España se estaba librando de la maldición de las grandes vueltas. Pero la mala fortuna volvió a manifestarse en forma de caída en la décima etapa, una contrarreloj entre el Monasterio de Santa María de Veruela y la localidad zaragozana de Borja. El líder de la carrera, Nairo Quintana, sufría una espectacular caída en la bajada del Alto del Moncayo. El colombiano chocaba contra el quitamiedos y salía despedido de su bicicleta aterrizando violentamente contra la calzada. Un duro golpe, sin graves consecuencias físicas, que no le impedía acabar la etapa.

Pero el hombre de Movistar volvía a besar el asfalto una jornada después. El pupilo de Eusebio Unzué se vio involucrado en una montonera, y no volvió a subirse a la bicicleta por culpa de un fuerte dolor en su hombro derecho. Un duro golpe para el corredor y para la carrera, que perdía a uno de los máximos aspirantes al triunfo final. La historia de Giro y Tour volvía a repetirse.